Por Cecilia Presa
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“Lo animal es político”, reza el eslogan con el que se presentó la lista 409 en Montevideo, Florida, Paysandú, y Treinta y Tres a las elecciones internas del pasado domingo. El lema fue el Partido Verde Animalista (PVA), otrora liderado por el abogado Gustavo Salle, pero que para este octubre tiene a la única candidata presidencial mujer a la cabeza: Rita Rodríguez.
Rodríguez, de 38 años, además, es la primera vegana en candidatearse a la presidencia uruguaya.
La profesora de Filosofía lleva una década como activista por los derechos de los animales, como integrante y fundadora de la ONG Trato Ético Animal. Pero no fue hasta el año pasado que, tras la convocatoria de integrantes del PVA, decidió lanzarse a la política partidaria.
En diálogo con Montevideo Portal, explicó que su objetivo es “trabajar para los animales, impulsando proyectos de ley, políticas públicas y trabajando en educación”, como lo viene haciendo desde la ONG, pero esta vez integrando el Legislativo.
“Nos parece imprescindible que a estos proyectos, que ya venimos desarrollando, se los pueda trabajar en primera persona adentro del Parlamento”, apuntó Rodríguez y aclaró que, si bien por una cuestión formal su candidatura es a la presidencia de la República, su verdadero objetivo es ocupar una banca en Diputados.
“Hemos trabajado en diferentes cambios sociales y políticos para los animales, como la prohibición de carreras de galgos en el Uruguay, y el cierre de zoológicos en Canelones y San José, pero en todos los casos nos pasa que no hay nadie que lleve el animalismo como bandera. Nadie tiene esta causa como principal reivindicación y a la sociedad civil le lleva muchísimo tiempo y esfuerzo tratar de encontrar legisladores que puedan ponerle la cara, la firma y las ganas a los proyectos”, explicó.
Rodríguez considera que hoy en día la sociedad “está más madura como para entender que lo animal es político, que hay que trabajarlo desde allí y que, por supuesto, es un tema social que afecta a todos los animales humanos y no humanos, y que es transversal a todas las problemáticas que en general abordamos a diario”.
Y lo que piensa también, en parte, se reflejó en las urnas. Aunque pasó bastante más desapercibida que las del Frente Amplio, el Partido Nacional y el Partido Colorado, el Partido Verde Animalista también tuvo una interna competitiva. Y allí Rodríguez tuvo un récord: fue quien logró el liderazgo de su partido con mayor ventaja frente al segundo.
La lista que tenía su rostro cosechó 1.084 sufragios, lo que representó el 78,78% de los votos de su partido, frente a las 293 personas (21,22%) que votaron a su contrincante, el magíster en meteorología y ambientalista Raúl Viñas. Todo esto según los datos preliminares de la Corte Electoral.
Mientras que Rodríguez representaba la “A” de “Animalista” del PVA; Viñas, fundador de la ONG Movimiento Por un Uruguay Sustentable (Movus), era el candidato de la “V” de “Verde”.
“Hoy podemos ver efectivamente cuál es el rumbo que los votantes le han dado al partido, que hoy es principalmente un partido animalista”, aseguró la presidenciable.
Aunque nunca integró un poder del Estado, Rodríguez sí tiene experiencia electoral ya que fue votada por las 20 ONGs que integran la Coordinadora Nacional de Protección Animal para ser representante nacional de las protectoras en el directorio del Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA), cargo que ostenta desde 2021 hasta la actualidad.
De igual modo, el Parlamento no le es ajeno. De hecho, la ONG que integra ha respaldado e incluso redactado algunos proyectos de ley presentados por legisladores de varios partidos, como uno de tipificación penal de la violencia hacia los animales no humanos, junto con la legisladora frenteamplista Sylvia Ibarguren, u otro que establece la prohibición de sangrías de yeguas, presentado por César Vega del PERI. También destacó la predisposición para estos temas de la colorada Desiré Pagliarini y de Federico Ruiz del Frente Amplio.
“Los partidos toman las causas, las escuchan y en campaña las reivindican, pero luego, a la hora de priorizar, lo animal siempre queda en un lugar que no es el que debería estar. Porque ponen a lo humano primero y justamente nuestra reivindicación es que estamos construyendo sociedad con los demás animales y que las reivindicaciones animales tienen que estar en primera línea junto con las reivindicaciones humanas”, criticó de todos modos.
Si bien admite que es difícil llegar a los alrededores de 25.000 votos necesarios en Montevideo para alcanzar el Parlamento, la docente se tiene “mucha fe” para octubre. “Tenemos muchas expectativas realmente porque nos está sorprendiendo el activismo animalista que hay”, planteó y sumó otro argumento: “El Partido Verde Animalista en la elección anterior había sacado más o menos la misma cantidad de votos en la interna y en las elecciones arañó una banca en el Parlamento”.
Efectivamente, en octubre de 2019 la fórmula Gustavo Salle-Ana Cordano obtuvo 19.392 votos (0,80%), solo 4.188 menos que la del Partido Independiente, el lema con menos votos que logró llegar a una banca en la Cámara baja (que fue ocupada por Iván Posada).
“Sería un logro enorme de los animalistas y para los animales que se hace de forma gasolera a punta de activismo”, consideró.
Tras llegar a este primer objetivo, Rodríguez sueña a futuro con formar una bancada animalista que englobe a todos los partidos políticos. “Para que el animalismo crezca en cada uno de los partidos del Uruguay”, cerró.
Por Cecilia Presa
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