Contenido creado por Inés Nogueiras
Las 40

(Casi) todo es posible

Ney Castillo cantó Las 40

Ney Castillo cantó Las 40: "Salí muy lastimado y quizás con una visión más real de lo que es la política". Por Gerardo Tagliaferro.

28.07.2015

Lectura: 24'

2015-07-28T06:36:00-03:00
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Ese niño tiene cáncer. Apenas levanta un metro del piso y no debe pasar de los cinco o seis años, pero ya la naturaleza le propuso esa batalla artera y desigual. No es necesario que alguien lo diga, lo denuncia su cabecita pelada, en la sala de espera. Ahora no está pendiente de su enfermedad ni de su falta de cabello, ahora se concentra, con poco éxito, en explicarle a su padre lo que tiene que hacer en el juego del iPad. Es un niño de cinco o seis años, inquieto, ansioso, alegre, como cualquier otro salvo por ese detalle que en este momento no le preocupa: tiene cáncer.

Su padre escucha las indicaciones con paciencia, casi con resignación y hace lo que puede, que no es mucho. Son casi las nueve de la mañana, quién sabe desde qué hora esperan en esa sala y cuánto más deberán esperar, pero algo me dice que este ritual ya tiene mucho de hábito. Es probable que lleven un buen tiempo de peregrinaje en busca de superar esta pesadilla. Y también es probable, lo más probable, que puedan algún día, no demasiado lejano, despertar de ella.

Hasta hace no mucho tiempo la pesadilla se convertía frecuentemente en realidad. Hoy un niño con cáncer -como éste de la cabecita pelada- tiene buena chance de ganar. Cuando Luis "Ney" Castillo se especializó en medicina oncológica y comenzó a tratar estas situaciones, el 80 % estaba condenado al llegar a sus manos. Hoy, gracias a la acción de la ciencia y el tiempo, el 80 % se cura.

En la sala de espera del edificio donde tiene su centro de atención la fundación Pérez Scremini hay otros niños que esperan turno junto a sus padres, igual que el peladito que se fastidia con el suyo porque no entiende lo que tiene que hacer. Si esta sala estuviera vacía, cualquiera sabría que allí se atiende a chiquilines, porque los cuadros con motivos infantiles lo denuncian: un payaso con globos multicolores, una casa de techo a dos aguas y chimenea. Pero esta mañana soleada y fría hay niños que lo confirman, como casi todas las mañanas, a la espera de su turno.

A la hora pactada, Castillo entra con su túnica blanca de médico y unas carpetas en la mano. Saluda con un genérico "buen día" a los padres que aguardan y a los niños, que no le prestan atención, y me invita a pasar a una oficina en el segundo piso. Distendido, cordial, como es habitual en él, no rehúye ningún tema. Están los obligados, en una personalidad que integra al médico con el político y el deportista, y también los que van apareciendo por el camino: la renuncia a la candidatura a la Intendencia pocos meses antes de la elección; su visión de la Concertación y de su partido; la amistad con Tabaré Vázquez; su opinión sobre Eugenio Figueredo y otros personajes del fútbol y el básquetbol; la vida, la muerte; el poder, la vanidad y, por supuesto, los niños y el cáncer.

Por Gerardo Tagliaferro
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1) ¿Cómo se hace para afrontar tantas actividades y responsabilidades, de una forma destacada, en 24 horas que tiene el día?
Creo que es parte de la personalidad. Me cuesta concentrarme en una sola cosa, no puedo hacer todo el tiempo lo mismo. Si hubiera estado toda la vida haciendo solamente medicina quizás hubiera sido mejor, pero yo necesito cambiar el módulo. Por otra parte, me gusta formar equipos, no trabajo solo en ninguna de mis actividades.

2) Supongo que trabajar en la especialidad médica en que lo hacés, y con niños, es algo muy estresante.
Sí, pero la vida me ha enseñado a hacer las cosas con optimismo y alegría. A su vez, también hay momentos muy difíciles. Imaginate que... Te diría que, no a diario, pero semanalmente, siempre hay alguna situación complicada. No solo me refiero a las muertes que desafortunadamente suceden, también dar a un padre o una madre la noticia de que su hijo tiene cáncer es un momento especial y no es fácil. Comunicar malas noticias no es fácil y obviamente implica un desgaste emocional. Capaz que el deporte nos ayuda a nivelar.

"Los chicos preguntan mucho, pero no recuerdo ningún niño o adolescente que me haya preguntado si se va a morir"

3) Decirle a un padre o una madre que su hijo tiene cáncer, hoy no es tan mala noticia como la que era hace unos años, porque se ha avanzado mucho en las posibilidades de cura.
Es cierto. Hay muchas circunstancias en las que nosotros sabemos: "Este niño se va a curar". Pero el padre cuando recibe la noticia de que su hijo tiene cáncer, obviamente no conoce el tema con la profundidad con la que lo conocés vos; lo tenés que ir convenciendo después. Hoy las cosas han cambiado mucho, conocemos mucho más de lo que conocíamos hace unos años y disponemos de mejores armas.

4) ¿Cómo se le habla a un niño del cáncer?
Tiene que ver con edad. Después de los 7 u 8 años te diría que la aproximación se basa en la confianza. "¿Tú me tenés confianza? ¿Querés que yo te diga exactamente lo que te está pasando? Yo quiero que me tengas confianza, que cuando te hable tú sepas que te estoy diciendo la verdad". Esa es la situación de apertura. Tenemos material editado como para que los niños entiendan, se lo damos para que ellos lo lean, lo analicen y después nos sentamos a discutirlo. Hoy hay toda una mecánica establecida, pero cuando empezamos era todo medio autodidacta. Hoy la especialidad está consolidada en Uruguay y tenemos una generación joven que está recorriendo el camino con mucha más base de como nosotros lo hicimos. Vamos a tener muchos mejores profesionales en el futuro.

5) Decías que ves por primera vez a un niño y sabés si se va a curar. ¿También sabés, en esa primera consulta, si se va a morir?
También. No siempre, pero hay algunas enfermedades para las que todavía no tenemos respuesta. Algunos tipos de tumores en la cabeza, tumores de tronco encefálico, más precisamente, para los cuales todavía no hay cura en el mundo. Solo se consiguen sobrevidas relativamente cortas.

6) Muchos dicen que los médicos se insensibilizan ante la muerte, porque además necesitan hacerlo.
No, yo creo que no. Cada historia es diferente, pero creo que el día que eso me suceda, quizás es el día que me tengo que ir. Nosotros vivimos esto con una hondísima sensibilidad, todos acá. No solo los médicos. Hay días que son de honda congoja en el servicio, cuando llega un chico con este diagnóstico, por ejemplo. No solo los médicos sabemos que se va a morir, todo el personal lo sabe.

7) ¿Cómo se actúa frente al niño y frente a sus padres en esa circunstancia?
Y bueno, es más bien darles apoyo. Es una de esas circunstancias que nadie quisiera que nos pase. Nosotros maldecimos cuando nos viene un paciente en esas condiciones, maldecimos todos. Tratamos de que se vaya para la casa lo antes posible, porque sabemos que muchas cosas no vamos a poder hacer y entonces tapamos los síntomas más complicados que tiene y que disfrute de la familia todo el tiempo que pueda. Obviamente les explicamos eso a los padres. Es una situación muy difícil de entender, antes sucedía con mayor frecuencia. Hoy es el 2 o 3 % de los casos, pero sucede. Podemos hacer una cantidad de cosas para ayudarlo, pero no curarlo. La primera reacción de los padres siempre es de descrédito ante una mala noticia como esa y comienza la búsqueda de información en las redes -cosa que haríamos también nosotros probablemente- a ver qué cosas se pueden hacer para cambiar ese pronóstico. Te sorprendés, porque en todos los estratos sociales o niveles educativos, todos encuentran algún camino alternativo. Medicinas alternativas que piensan que pueden ayudar...

8) ¿Nunca ayudan esas cosas?
Creo que ayudan más a satisfacer la necesidad de la familia de hacer algo, que realmente a cambiar el resultado. Pero a veces uno debe contemplar esas situaciones en las que las familias ante un pronóstico tan complicado sienten la necesidad de sentir que hicieron algo para tratar de cambiarlo.

"Capaz que soy un poco injusto, pero tengo la visión de que (en política) priman los intereses individuales por sobre los grupales"

9) Cada tanto aparecen productos que supuestamente curan el cáncer u otras enfermedades o personas que suministran remedios no convencionales y surgen testimonios que avalarían que esto es así. ¿Conocés casos en los que efectivamente haya habido resultados positivos en tratamientos no avalados por la ciencia?
Todos los días aparecen esas cosas. Yo he vivido muchos años y te puedo decir que eso pasa no solo en Uruguay, pasa en todo el mundo. Es lucrar con la desesperanza del prójimo. Hay una industria mundial montada en base a lucrar con la desesperanza. Todos tienen el mismo patrón, son medicamentos en general de costos accesibles porque, si no, no serían de consumo popular. Generalmente te dicen que no abandones los tratamientos convencionales, es decir que se cubren porque si el paciente abandona el tratamiento seguramente el resultado va a ser malo y en poco tiempo. Son en general buenos vendedores, tienen la capacidad de convencer de que eso va a hacer una diferencia. Cualquiera sea la sustancia, siempre el patrón es el mismo. Lo desagradable a veces de esto es que mucha gente que no puede, gasta dinero en cosas que no ayudan, y a veces el paciente se cura porque no abandona los tratamientos convencionales y ese paciente o esos padres pasan la información de que "hay que darle esto, porque ayuda a curar".

10) ¿La ciencia lo explica todo?
Ah, yo creo que sí. Soy de una generación que ha sido muy afortunada, porque cuando empezamos los chicos se morían todos, acá y en el mundo. Y soy testigo presencial de que hemos pasado de curar 30 o 40 %, a curar 80 o 90 %, como se curan algunas patologías. Y sé por qué: porque he vivido los pasos que se han dado. Entonces tengo que apostar a eso.

11) Uruguay tiene hoy un porcentaje de cura del cáncer infantil similar al de los países desarrollados.
Estamos muy cerca de los países desarrollados. Obviamente hay todavía pequeñas diferencias. En el comienzo, la diferencia con el mundo desarrollado era la falta de acceso a todas las terapias; después fue la diferencia en el acceso entre los que podían y los que no podían. Y hoy las diferencias son sencillamente en algunas cosas pequeñas a las que nosotros todavía no tenemos acceso. Hablo de tecnología.

12) ¿Alguna vez viste curar a un niño que cuando llegó a vos pensaste que se iba a morir?
Sí. Muy excepcionalmente pero lo he visto. Nosotros lamentablemente hablamos siempre de porcentajes. Y bueno, he visto chicos que debían haberse curado y recayeron y no se curaron, por mecanismos de resistencia de la enfermedad insospechados, y he visto algún niño también que pensamos que no se iba a curar y está curado. Los dos extremos. Puede llegar un chico con un 98 % a favor, pero tiene un 2 en contra. Y también puede tener el 98 en contra y finalmente gana ese 2. Existe en la literatura mundial; en medicina no hay ninguna estadística que dé 0 o que dé 100. Nunca le decimos a los padres "se va a curar" o "se va a morir", decimos "tiene mucha chance de..." o "el pronóstico es muy malo" o "normalmente en un caso así los tratamientos funcionan por poco tiempo". Esa es la información.

13) A un niño con un pronóstico de ese tipo, ¿se le dice la verdad?
Yo creo que acá nadie se anima a decir la verdad en esa circunstancia. Le decimos que con el tratamiento va a mejorar, cosa que es cierta, porque los tratamientos lo mejoran transitoriamente y después habrá que ver cómo sigue la evolución. No cerramos la mentira, pero tampoco... Por lo menos yo no me atrevo todavía a enfrentar esa situación de decir que se va a morir. Te diría además otra cosa: yo soy de sentarme y estar a disposición de todas las preguntas, y los chicos preguntan mucho, pero no recuerdo ningún niño o adolescente que me haya preguntado si se va a morir. Probablemente le preguntan más al papá, que saben que no les va a decir eso. Conmigo quizás sospechan que por ahí les digo. Es así.

14) ¿La política en tu vida es cosa del pasado?
Nunca podés decir "de esta agua no he de beber". Pero salí muy lastimado y quizás con una visión más real de lo que es la política, de lo que yo me esperaba.

15) Pasadas las elecciones departamentales, ¿qué podés decir hoy, que no hayas dicho, sobre las razones por las que renunciaste a la candidatura?
Está claro que pequeños intereses grupales dentro del Partido Colorado y el Partido Nacional impidieron que los candidatos naturales, que estábamos trabajando desde hacía tiempo, pudiéramos finalizar la campaña adecuadamente y dar la batalla electoral que se había planeado. Cuando priman los pequeños y pequeñísimos intereses sobre los intereses generales, la función y el objetivo están perdidos. Cuando los objetivos pasan por intereses individuales, el objetivo general se pierde. Eso fue lo que pasó.

16) La sensación que quedó fue que lo que desencadenó tu renuncia estuvo vinculado con la irrupción de Edgardo Novick.
En realidad no fue puntualmente por Novick, sino porque cuando a nosotros nos entrevistaron los líderes de las distintas fracciones del Partido, pusimos un par de condicionamientos para aceptar. Uno era el apoyo económico. El otro tenía relación con esto: yo había sido candidato anteriormente y el Partido Colorado no había ido con candidato único, ProBa (Propuesta Batllista) había presentado otra candidatura, que era la de Villar. Cuando se presenta esta oportunidad, vienen a conversar conmigo Pedro Bordaberry, José Amorín y Ope Pasquet, y la condición que puse, además del apoyo económico, fue que el Partido estuviera unido y alineado detrás de la candidatura. La primera noticia que tuve fue que no iba a haber apoyo económico, porque el Partido después de la elección nacional quedó muy mal. Igual seguimos. Asumimos que debíamos hacer una campaña más económica, pero que íbamos a seguir peleando. Pero cuando el Partido se divide, con la presencia de un candidato que teóricamente iba a ser neutral, ya ahí sentimos lo que decía antes de los pequeños grupos. No es porque sea Novick, cualquiera que hubiera provocado la fragmentación del Partido... Ya no tenía sentido.

"Me temo que entrar otra vez al ruedo sea inútil o estéril"

17) ¿Te parece que si hubieras seguido, Novick te habría restado votos o habrían crecido juntos?
No me gusta especular con eso. Creo que nosotros teníamos, blancos y colorados, dos candidatos muy fuertes. Yo creía que hasta capaz que ganábamos. Incluso acá (en la Fundación Pérez Scremini) me estaban cuestionando un poco por el hecho de que quizás me tendría que ir. La primera pérdida importante fue la de Gandini, porque estaba bien posicionado, hacía cuatro años que venía trabajando diariamente con esa obsesión que tiene él para el trabajo de todos los días. Y se complementaba con mi presencia, que no es la de un político, lo cual hacía un equilibrio aceptable. Por lo menos presentaba una fórmula para pelear la elección. En la elección anterior, blancos y colorados juntos habíamos votado en 40 %. Había un antecedente fuerte, con un poco más estábamos en la lucha. Yo tenía dos meses de trabajo y las encuestas me daban el 16 %. Es decir que daba para ser relativamente optimista.

18) La experiencia de la Concertación y cómo llegó finalmente a la elección, ¿da margen para insistir en el futuro?
El país hoy, lamentablemente, está fragmentado en dos partes, es claro. Las rivalidades históricas entre el Partido Colorado y el Partido Nacional van a seguir existiendo pero son menores que las que los separan con la otra mitad, que es el Frente Amplio. Obviamente somos diferentes blancos y colorados, pero, ¿cuán diferentes son los del MPP con los socialistas o con los de Astori o con Vázquez? Pero tienen un programa común que casi siempre lo respetan.

19) Te has definido como un hombre de centro izquierda. Vázquez también ha dicho que este es un Gobierno de centro izquierda.
Y... Yo creo que tenemos muchas cosas en común. Yo no soy un detractor de todas las cosas que ha hecho el Frente. El primer Gobierno de Vázquez se manejó dentro de las cosas razonables que uno puede esperar de un Gobierno de izquierda. La reforma tributaria creo que fue un paso adelante para el país y hay otras cosas con las que discrepo, naturalmente. No me gustó el segundo Gobierno (del FA), no lo encuentro de centro izquierda. Me parece que estuvo lleno de buenas intenciones y de pocas concreciones. Yo creo en la buena voluntad de la gente, nadie llega al Gobierno con mala intención. Creo que Mujica aportó cosas nuevas: la igualdad de género está bien, lo de la droga estoy a favor, pero no eran cosas que estaban en la agenda. Las cosas grandes como la reforma del Estado no se hicieron. Fue un período de cinco años en los que no se concretaron las cosas importantes para el país: infraestructura, desarrollo, reforma educativa. Se concretaron cosas que tenían más impacto publicitario que las que el país necesitaba.

20) ¿Por qué una persona de centro izquierda se uniría a personas o sectores identificados como de derecha para pelearle el Gobierno a una fuerza de centro izquierda?
¿Cómo personas moderadas como Astori o Vázquez se pueden aliar con sectores de extrema izquierda que participan de ideas revolucionarias? Porque ellos creen que en la interna pueden imponer su pensamiento. Y yo creo que dentro de la fracción en la que participamos también podemos imponer nuestra forma de pensar.

21) Tu padre conoció a Luis Batlle. ¿Qué grado de relación tenía?
Yo también lo conocí. Mi papá era practicante de medicina y trabajaba en un laboratorio privado. Era el que le sacaba sangre a Luis Batlle para los estudios de laboratorio. Él tenía algunos trastornos de metabolismo lipídico, según me contaba mi viejo, y periódicamente se tenía que hacer exámenes. Mi viejo, que era socialista -me acuerdo de ir de su mano a escuchar a Frugoni- se enamoró del caudillismo de Luis Batlle. También me acuerdo de ir con él a algún asado en Camino de las Tropas donde estaban -lo supe después- Lanza, Michelini, Sanguinetti... toda esa gente.

22) ¿Qué opinión tenés hoy de la política y de los políticos?
Capaz que soy un poco injusto porque salí un poco machucado, pero tengo la visión de que priman los intereses individuales por sobre los grupales. Me temo que entrar otra vez al ruedo sea inútil o estéril.

23) Cuando decís intereses individuales ¿te referís a valerse de la política para provecho personal?
A tener un protagonismo individual, a decir: "Yo si juego aquí puedo acceder a un puesto". Yo que soy muy del fútbol y el básquetbol veo que ahí lo importante es el equipo. En la política, el que no juega no te apoya. Esa es la idea con la que me fui.

24) Todos los seres humanos buscamos el reconocimiento de los demás. ¿Cuánto juega la vanidad en la política? ¿Cuánto juega en tu caso?
Te diría que, a esta altura de mi vida ya no tengo la vanidad del reconocimiento. Capaz que la tuve, seguramente la tuve en algún momento. Hoy no siento esa necesidad. Me inclino por estar en lugares en los que realmente me sienta útil. Seguramente en algún momento sentí la necesidad de tener popularidad, hoy creo que ya pasé esa etapa. Cuando ando por ahí, la gente me respeta más por lo que hago acá que por lo que pude haber hecho en otro lado.

25) Fuiste amigo de Tabaré Vázquez.
Sí. Tuvimos una espléndida relación porque fuimos becados juntos en Estados Unidos por la Sociedad Americana de Cancerología. Yo tendría treinta y pocos años -Tabaré es un poco mayor-. La Sociedad seleccionó dos probables futuros líderes de la oncología latinoamericana en cada país, e increíblemente de Uruguay nos seleccionó a Tabaré y a mí. Hay una edición de la publicación de la American Cancer Society en la que hay una foto, y estamos los dos. Éramos dos nenes (se ríe). La beca implicaba visitar los diez centros de cáncer más importantes de Estados Unidos, incluso tuvimos una recepción en la Casa Blanca, que la hizo (George) Bush. Y convivíamos en el mismo cuarto, fueron 45 días.

"Seguramente en algún momento sentí la necesidad de tener popularidad, hoy creo que ya pasé esa etapa"

26) ¿Reconocés a aquel Tabaré Vázquez en éste que hoy es presidente por segunda vez?
Sí, era igual. Un hombre muy carismático. Siempre digo algo que a él no le gusta: no hablaba bien inglés. El fuerte de él era el francés, y sin embargo en el grupo que éramos treinta y pico o cuarenta, nunca estaba en el frente pero era un referente. Muy carismático.

27) Esto fue en la década del 70. ¿Hablaban de política?
Sí, hablábamos de política y en realidad en ese tiempo no teníamos muchas diferencias. Hablábamos mucho de fútbol. Recuerdo que él aspiraba a ser presidente de la AUF y decía que me iba a llevar (se ríe). Ya estaba en Progreso él.

28) ¿Era claro que era un hombre de izquierda?
Sí, claramente. Una izquierda moderada, pero claramente lo era. Nunca imaginé en aquel momento que iba a llegar a donde llegó. Lo veía sí como presidente de la AUF, porque él era presidente además de la Liga Universitaria y cuando sos un tipo carismático y estás vinculado a un club chico, podés llegar a presidir la AUF porque ni Nacional ni Peñarol te vetan.

29) ¿Es verdad que lo vetó Sanguinetti en su momento?
Yo no creo que lo haya vetado, pero bueno... Yo tuve un problema parecido porque años después fui candidato. Yo era presidente la noche anterior a la elección, en la que competía con Figueredo, y a las diez de la mañana me llama (el expresidente de Defensor, Eduardo) Arsuaga para decirme que yo no iba a ser presidente porque Wanderers, que era uno de los equipos que me iba a votar, acababa de pedir voto secreto. "Y si pide voto secreto es porque se va a dar vuelta y alguno más se va a dar vuelta también". En estas cosas hay muchos intereses que juegan.

30) ¿Qué pasó en esa noche?
Y, alguien compró votos. No hablo de comprar con plata, sino con promesas y todas esas cosas que suceden en el fútbol.

31) Voy a hacerte una pregunta utilizando un término que usó el propio Arsuaga a propósito de todo este escándalo de la FIFA. ¿Figueredo es un coimero?
No me consta... La verdad que no tengo elementos para decirlo así. Está claro que de su posición en el fútbol sacó muchas ventajas personales. No sé cómo lo hizo, no me consta.

32) ¿Te sorprendió lo de la FIFA y la Conmebol?
No, para nada... Para nada. No me sorprende lo que pasó, me sorprende cuántos estuvieron tantos años trabajando con Figueredo y se tiraron del barco a los cinco minutos. Eso es lo que me sorprende. Porque no era Figueredo solo, estuvo acompañado por mucha gente y ahora parece que no lo conocen.

33) Pero el resto, los que estaban en el fútbol y no lo acompañaron, sabían lo que sucedía.
Sí, pero viste que para las coimas no hay recibo. Está claro que había cosas que no funcionaban bien, ni en el Uruguay ni en la región. Algunos hablan de Blatter pero en realidad, el centro de la joda para decirlo claramente, era Sudamérica y Centroamérica. Hay algunos que tuvieron la suerte de morirse antes, porque eran los verdaderos caudillos de la cuestión.

"Me sorprende ver cuántos estuvieron tantos años trabajando con Figueredo y se tiraron del barco a los cinco minutos"

34) Estás hablando de Grondona.
Sí, y de su entorno. Porque en estas cosas no es solo Grondona y no es solo Figueredo. Acá hubo mucha gente que jugó con ellos. Acá, en Argentina, en Paraguay, en Chile, en Bolivia...

35) ¿Pensás volver al fútbol?
Y, puede ser. El año que viene termino mi compromiso con el básquetbol -yo cambié los estatutos para que los presidentes no pudieran eternizarse- y alguna cosa voy a tener que hacer (se ríe). Pero en el fútbol, probablemente en mi equipo (Defensor) y no necesariamente en la presidencia. Si puedo trabajar en algún rincón en mi club...

36) ¿Tu actividad en la medicina tiene fecha de vencimiento?
No. Probablemente en el cargo de director médico (en la Fundación Pérez Scremini) voy a tener que dar paso a la nueva generación, es natural. Pero seguir trabajando acá, por la Fundación, desde otra posición, lo voy a hacer. Por ahora esto depende mucho de que yo siga empujando por afuera para que las cosas salgan bien.

37) Tenés nietos de la misma edad que muchos niños que atendés acá. ¿Qué aprendés en el trabajo con ellos que después trasladás a la relación con tus nietos?
Y bueno, de las cosas que más me gustaría trasladarles a ellos es la noción de humildad. Mis hijas y mis nietos han nacido en condiciones diferentes de las que nos criamos nosotros. Me preocupa particularmente en el caso de mis nietos, como algunos problemas los tienen resueltos, que pierdan la idea del sacrificio que cuesta conseguir las cosas. Por eso me preocupa que entiendan bien la noción de humildad y de solidaridad. Yo vengo de una familia muy humilde y tengo la vivencia de lo que es trabajar duro y ser solidario. Mis hijas lo vivieron y tengo la preocupación de que para mis nietos no sea todo un colchón de rosas.

38) ¿Qué hacían tus padres?
Mi padre hizo de todo. Yo nací cuando mis padres tenían 19 años y él trabajó en el Saint Bois, donde aprendió el oficio de laboratorista. Eso durante el día y de noche enterraba muertos. Después se transformó en practicante del laboratorio Martínez Prado, hacía domicilios, siempre fue un laburante. Mi madre trabajó en casa siempre. Yo nací en Santa Lucía y me crié en el barrio obrero detrás del Saint Bois.

39) En la pared de tu oficina tenés un dibujo que hizo un niño que murió. Alguna vez me contaste la historia de ese dibujo y me gustaría que lo hicieras para cerrar esta nota.
Lo tengo frente a mi escritorio. Me lo regaló la mamá el día que inauguramos el servicio, en 2002. Era un día de fiesta y ella me trajo el cuadro enmarcado de una pintura que había hecho su hijo, que falleció. En el dibujo el niño está casi todo tapado, el sol brillando y las zonas expuestas que son la cara y las manos, iluminadas. Y él escribió: "No te preocupes mamá que yo voy a seguir dándote luz". Un chico de 7 años.

40) Él sabía que se iba a morir.
Él sabía que se iba a morir. Creo que todos los niños que están en esa situación, en algún momento lo saben.


Montevideo Portal | Gerardo Tagliaferro
Fotos: Juan Manuel López