Por Nicolás Dovat
"Algunos piensan que cuando juego soy excesivamente prudente, pero en mi opinión la cuestión es otra. Yo intento evitar el azar. Quienes confían en el azar deberían jugar a las cartas o a la ruleta. El ajedrez es algo muy distinto". La frase se la atribuyen al jugador de origen armenio Tigran Petrosian, nóveno campeón del mundo. Un ajedrecista de gran solidez defensiva y contragolpeador. Único en su especie, y con un legado que se extendió por el mundo.
Neuris Delgado, si bien tiene su estilo propio, puede considerarse un representante de esta escuela. Paciencia en el juego y una defensa activa, dos elementos que le permitieron quebrar al estadounidense este miércoles en la Intendencia de Montevideo.
"Petrosian fue el que mejor entendió el ajedrez", afirmaba Delgado a un medio paraguayo una década atrás.
Subcampeón cubano en 2002, jugó también con bandera colombiana y ahora lo hace con la paraguaya. Es el primer sembrado del Duchamp y el único que tiene más de 2600 puntos de ELO. En una emocionante partida de casi cuatro horas, logró un triunfo clave ante Hungaski y se ubicó primero en el torneo a solo tres rondas del final.
Delgado - Hungaski
El cubano venía de vencer en la ronda anterior al uruguayo Matías Michailov en una partida relativamente pareja, desbalanceada a nivel de reloj. Antes, firmaba tablas con Bernardo Roselli. Se debía enfrentar, ahora sí, a uno de los candidatos del torneo, que venía de ganar las cinco partidas. El estadounidense venía mostrando un juego bastante agresivo, y en esta jornada no hizo una excepción.
El árbitro Blas Pingas rezó el clásico "los jugadores de blancas pueden comenzar" y Delgado movió el peón de rey. Se levantó de su silla y salió a recorrer. En las otras tres mesas principales jugaban el brasileño Darcy Lima contra el argentino Lucas Coro, los argentinos Federico Pérez y Leonardo Perdomo y el chileno Iván Morovic contra el uruguayo Nicolás López. En la mesa 1 esperaban por Hungaski, que llegó unos minutos más tarde. Se incorporó rápidamente. En el cuarto movimiento se tomó cerca de 10 minutos para llevar el caballo a f6. Cuando Delgado jugó f4, el estadounidense se tomó cerca de 15 minutos para decidir su próximo movimiento.
Ambos jugadores hicieron enroque largo, primero Delgado, después Hungaski. La ruta de llegada del estadounidense se percibía más despejada, aunque la especulación visual puede resultar engañosa. Cuando movió el rey hacia la columna a, dejaba entrever su plan, mientras que Delgado, amurallado, movía algunos de los peones de flanco de dama, lejanos a la acción.
Cuando llevó la dama a la columna a, la amenaza también era clara. Delgado defendiólo retrocediendo su dama luego de tomarse unos minutos. En circunstancias así no hay la más mínima flexibilidad; si el jugador no defiende correctamente, pierde. Parecía que Hungaski se le venía encima. Al mismo tiempo se lo veía nervioso, un tanto inquieto. Su reloj pasó a jugar un papel principal y de pronto, entre amenazas que se diluían y una defensa de blancas que se hacía más fuerte, el estadounidense quedó con 30 segundos para distribuir en toda la partida. Como el sistema de juego incluye 30 segundos de incremento, en ciertas ocasiones movió el rey para ganar tiempo. Por su parte, el cubano contaba con más de 20 minutos; se lo veía pensativo pero sereno, defendiendo y -al mismo tiempo- diseñando un plan para contragolpear.
No queda claro si Hungaski tuvo alguna posibilidad de sacar una ventaja clara cuando se metió en territorio de blancas con peón, torre, caballo y dama. Parecía que estaba buscando un gran golpe, no una ventaja. Cuando cambió su torre por caballo se le fue encima al paraguayo. Pero no daba con el código para desbloquearlo. Lo buscaba pero no lo encontraba. Y sus nervios crecían a la par. Cuando se le acabó la hoja para anotar los movimientos se dio cuenta también que su lapicera no funcionaba. Le hizo una seña rápida al árbitro (la misma con la que se suele pedir la cuenta en un bar) para que le consiga otra lapicera. La escena se repitió dos o tres veces, como si fuese un bucle.
Cuando Delgado entendió que no habían amenazas sobre su rey, llevó su torre a la octava fila y comenzó así una serie de amenazas claras que Hungaski ya no podía manejar. La contraofensiva se iniciaba así y no podría ser frenada. Tal vez sí en un sentido de chances técnicas, pero no a nivel del juego que se estaba desarrollando. Muchas veces cuando se analizan partidas no se tienen en cuenta los factores psicológicos. El estadounidense, con solamente 30 segundos en su reloj, con el rey de blancas entre cejas, no parecía contemplar un final alternativo. Cuando retrocedió su caballo para defender se lo notó forzado y fue, tal vez, el momento que Delgado se fue al ataque más suelto para resolver la partida a su favor.
En la séptima fecha, a disputarse este jueves a las 19:00, Delgado se enfrentará al argentino Lucas Coro, mientras que Hungaski lo hará ante el brasileño Darcy Lima. Dos partidas que prometen.
Morovic - López
Al jugador uruguayo Nicolás López, campeón nacional en 2014, le tocaba jugar de negras ante el chileno Iván Morovic, quien había sido derrotado por Hungaski en la fecha anterior. La diferencia en el ELO de los jugadores, en este caso de casi 200 puntos a favor del chileno, no llegó a notarse. En plena apertura, López sacó la dama a c6, y Morovic se tomó cerca de 20 minutos para pensar su próxima jugada. El chileno parecía estar profundizando en exceso y ese tiempo también lo utilizaba López. La propuesta por parte del uruguayo fue primero por el flanco de dama, y más adelante, con un avance de caballo, buscó presionar por el flanco de rey.
Las amenazas del Morovic fueron bien canalizadas por López, que terminó la partida dominando.
En la séptima fecha, López jugará en una de las cuatro mesas principales ante el argentino Federico Pérez, mientras que Morovic deberá enfrentar al uruguayo Diego Carbone.
El argentino Pérez, ex top 100 mundial, le ganó a su compatriota Leandro Perdomo, en una partida que se percibía enredada, con complejidades que exceden a la posibilidad de emitir un comentario, ni siquiera a nivel anecdótico.
Tablas varias
En la sexta fecha del Duchamp se registraron tablas en las siguientes partidas: Darcy Lima-Lucas Coro, sin mayores sobresaltos; Nahuel Díaz-Claudio Coppola, una de las partidas más largas de la fecha; Facundo Vázquez y Diego Valerga; Felipe Menna-Santiago Moura y Colomban Vitoux-Diego Carbone. Esta última partida tuvo un componente único: ambos jugadores se tomaron más de media hora cada uno para pensar un solo movimiento, que era fundamental para continuar una partida que parecía espejada.
Posiciones (a falta de tres fechas por finalizar el torneo)
Neuris Delgado (PAR) 5,5
Robert Hungaski (USA) 5
Darcy Lima (BRA) 5
Federico Pérez (ARG) 5
Lucas Coro (ARG) 5
Nicolás López (URU) 5
Bernardo Roselli (URU) 4,5
Diego Valerga (ARG) 4,5
Leandro Perdomo (ARG) 4,5
Matías Michailov (URU) 4,5
Santiago Moura (BRA) 4,5
Facundo Vázquez (URU) 4,5
Felipe Menna (BRA) 4,5
Diego Carbone (URU) 4,5
Carolina Luján (ARG) 4,5
Nahuel Díaz (URU) 4,5
Colomban Vitoux (FRA) 4,5
Martín Labollita (ARG) 4,5
Pablo Ricardi (ARG) 4,5
Claudio Cóppola (URU) 4,5
Alejandro Hoffman (URU) 4,5
Para consultar el listado completo de jugadores y otras estadísticas puede visitar el sitio chess-results.com y buscar ahí la V Copa Duchamp.
Mueven negras
En la cartelera del campeonato, donde figuran los próximos cruces y la información estadística pertinente, publicaron una petición de ayuda para Alejandro Gómez "El Pelego", que atraviesa un momento difícil y precisa de varias manos. "Es un amigo del ajedrez riverense, que fue diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad que no tiene cura pero existe un tratamiento en EEUU, sumamente costoso, que puede ayudar a igualar la posición y seguir la partida", se expresa.
Puede hacer su colaboración en las siguientes cuentas:
BROU 904436-00003 en dólares
RED PAGOS 77917 en pesos
a nombre de Alejandro Gómez
Diego Peláez: 099 285 180