El primer ministro israelí prometió este domingo vencer a los “enemigos” de Israel y su ejército bombardeó objetivos de Hezbolá cerca de Beirut, en la víspera del primer aniversario del ataque de Hamás en suelo israelí, que desató la guerra en Gaza.
“Juntos lucharemos y juntos venceremos”, declaró el primer ministro durante una visita a sus tropas en el norte del país, en la frontera con Líbano.
“Hace un año sufrimos un golpe terrible”, añadió, en referencia al ataque del movimiento islamista palestino del 7 de octubre, que desató una devastadora ofensiva del Estado hebreo en la Franja de Gaza.
Netanyahu, que pronunciará el lunes un discurso a la nación para conmemorar el letal ataque, también dijo que el ejército había logrado transformar “la realidad de un extremo al otro”. “El mundo entero está impresionado por los golpes que están asestando a nuestros enemigos”, aseguró.
Tras haber debilitado a Hamás en Gaza, Israel anunció a mediados de septiembre que desplazaba “el centro de gravedad” de sus operaciones hacia el norte, en la frontera libanesa, donde Hezbolá abrió el 8 de octubre de 2023 un frente en apoyo al grupo islamista palestino.
El jefe del ejército israelí, Herzi Halevi, afirmó este domingo que sus fuerzas no sólo habían derrotado el brazo militar de Hamás, sino que habían “asestado un duro golpe” al movimiento chiita libanés, respaldado por Irán.
“No nos detendremos”, aseguró, advirtiendo que la guerra será “larga” y se libra “por nuestro derecho a ser un pueblo libre en nuestra tierra”.
Hamás elogia un “glorioso” ataque
Hamás, que gobierna Gaza desde 2007 y es catalogado como organización “terrorista” por Estados Unidos, la Unión Europea e Israel, elogió por su parte el “glorioso” ataque del 7 de octubre.
“Hizo añicos las ilusiones que el enemigo se había creado, convenciendo al mundo y a la región de su supuesta superioridad y capacidades”, dijo en un video Jalil al Haya, miembro del grupo basado en Catar.
Además de iniciar una campaña de bombardeos en Líbano, Israel se enfrentó el martes a un ataque de Irán, en respuesta, según Teherán, a las muertes del jefe del Hezbolá libanés, Hasán Nasralá, y del jefe de Hamás, Ismail Haniyeh.
El primero murió en un bombardeo israelí el 27 de septiembre en Beirut, la capital libanesa. El segundo fue abatido en un bombardeo atribuido a Israel el 31 de julio en Teherán, la capital iraní.
La agresión iraní avivó el temor a una conflagración en Oriente Medio. El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, amenazó el domingo a Irán, su enemigo jurado, con ofensivas similares a las de Gaza y Líbano.
Teherán dijo sin embargo que ya tenía “preparada” su respuesta en caso de ataque israelí, informó el domingo un medio local citando una fuente militar.
Los llamados a una tregua en Oriente Medio se han intensificado en las últimas semanas. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió el sábado el fin inmediato de la “impactante violencia y el derramamiento de sangre” en Gaza y Líbano.
El papa Francisco, a su vez, pidió “un alto el fuego inmediato en todos los frentes, incluido el libanés”.
La agencia de prensa oficial libanesa ANI reportó más de “30 bombardeos” durante la noche en varios sectores de la periferia sur de Beirut, bastión del movimiento islamista libanés, y un corresponsal de AFP informó de otros bombardeos en el este del país.
“Parecía un terremoto”
Mehdi Zaiter, un verdulero del suburbio sur de Beirut de 60 años, vivió una noche de pesadilla. “Fue la noche más violenta que hemos vivido. Había tantos bombardeos que parecía un terremoto”, dijo a AFP.
Con las operaciones en Líbano, Israel busca detener los disparos de cohetes de Hezbolá en la frontera para que decenas de miles de desplazados en el norte debido a las hostilidades puedan volver a sus casas.
En Gaza, el ejército anunció haber rodeado la zona de Jabaliya, en el norte del asediado territorio, donde estima que el movimiento palestino está recomponiendo sus fuerzas.
También anunció el despliegue de tropas adicionales cerca del enclave, en previsión del aniversario del ataque de Hamás en Israel.
El ataque dejó 1.205 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento basado en cifras oficiales israelíes.
Los islamistas también capturaron ese día a 251 personas, de las cuales 97 siguen cautivas en Gaza y 33 de ellas habrían muerto, según el ejército.
La ofensiva israelí en la Franja ha causado por el momento 41.870 muertos, según las últimas cifras del Ministerio de Salud del territorio palestino, cuyos datos son considerados fiables por la ONU.
En Líbano, más de 2.000 personas han muerto por las hostilidades desde octubre de 2023, de las cuales más de un millar desde el 23 de septiembre, según las autoridades. Alrededor de 1,2 millones de personas han sido desplazadas.
AFP
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