Durante gran parte de la jornada del miércoles, el norte del país estuvo bajo alerta meteorológica por lluvias intensas y tormentas fuertes. El fenómeno tuvo consecuencias inmediatas y notorias en la ciudad de Rivera y en su vecina brasileña Santana do Livramento.
El volumen de agua que cayó en un breve lapso hizo que algunas calles se convirtieron en arroyos torrentosos o en “piscinas espontáneas”. O al menos así lo consideró un vecino que, a sabiendas de que las playas oceánicas le quedaban muy lejos, decidió darse un chapuzón callejero.
El insólito espectáculo fue registrado en video y recogido por medios locales, como Hora Uno, y por el comunicador Marcio Silva, quien detalló que una medición llevada a cabo a las 14:00 horas marcó la nada despreciable medida de 57 milímetros de agua caída.
Desde el otro lado de la frontera también se reportaron episodios de acumulación. Según el periódico A Plateia, varias zonas de la ciudad se inundaron y la zona más afectada fue la plaza Artigas y sus alrededores, donde en algunos momentos del día fue imposible el tránsito tanto para automóviles como para peatones.