Hace algunos meses, la Policía uruguaya logró interceptar un cargamento de más de 400 kilos de droga que venían en una avioneta y fueron dejados en un campo del interior del país.
Producto de eso, un delincuente local fue detenido y se encuentra preso. En tanto, la droga fue incautada y se descubrió que el origen era Bolivia, desde donde comenzaron a reclamar el pago de la cocaína pese a que no había llegado a su destino final porque fue detectada por las autoridades.
En ese marco, la familia del delincuente uruguayo comenzó a ser amenazada y su pareja —que vive en Montevideo— recibió la orden de que juntara el dinero, pero que no se lo diera hasta que él le diera el visto bueno.
La mujer preparó una maleta con US$ 500.000 y no quiso dejarla en el apartamento en el que vive en la capital del país, por miedo a que los bolivianos tomaran represalias. En ese momento es cuando entra Sofía, la joven de 22 años que fue secuestrada y torturada esta semana.
Sofía se dedica a hacer manicura, y la pareja del narco uruguayo es su clienta desde hace mucho tiempo, por lo que le preguntó si podía dejar la maleta en su casa. Los delincuentes bolivianos, que los investigadores estiman que tienen “delegados” en Uruguay, se enteraron de la existencia del dinero en la casa de la mujer.
De acuerdo con lo que dijeron fuentes policiales a Montevideo Portal, la familia del narco uruguayo que está preso estaba dispuesta a pagarle a los delincuentes extranjeros, pero estos pedían una serie de condiciones que no generaban “tranquilidad”. A modo de ejemplo, querían que la esposa del recluso y su hijo fueran enviados a Bolivia como garantía del pago.
No es la primera vez que intentaron secuestrar a Sofía, porque en octubre una camioneta blanca apareció en la zona del barrio Municipal donde vive e intentó hacerla entrar a la fuerza.
Ahora, cuando los delincuentes lo lograron, ingresaron a su casa y lo primero que preguntaron a los gritos fue: “¿Dónde está la plata?”, en referencia al maleta con US$ 500.000.
La joven fue internada en el Hospital de Clínicas, producto de las torturas y lesiones que sufrió durante las menos de 24 horas en las que estuvo secuestrada. Se estima que la víctima fue liberada porque realizó algún tipo de confesión, dado que los delincuentes no pidieron rescate y tampoco se contactaron con su familia durante el tiempo en que tuvieron a Sofía retenida.