Un hombre de 34 años residente en la provincia vietnamita de Quang Ninh ingresó el mes pasado a un hospital local con un cuadro de intensos y persistentes dolores abdominales.
Los médicos le hicieron una radiografía y un ultrasonido, y descubrieron un gran cuerpo extraño alojado en el estómago. Si bien no pudieron determinar qué tipo de objeto era, decidieron operar de inmediato porque el paciente estaba a punto de sufrir una peritonitis.
Al abrir el vientre del hombre se llevaron una sorpresa mayúscula: el cuerpo extraño era una anguila de 30 centímetros de longitud que, para mayor pasmo de los galenos, vivía y coleaba.
Los profesionales lograron extraer el animal y el paciente se recuperó.
Si bien el hombre no quiso explicar cómo el pez había llegado vivo hasta su estómago, los médicos estiman que ingresó por el ano, se deslizó por el colon, mordió el intestino y arribó al estómago.
El doctor Pham Manh Hung, jefe del equipo de cirugía que llevó a cabo la intervención, insistió en el asombroso detalle de que la anguila estuviera viva.
“Este es un caso raro. El recto es un sitio con abundante materia fecal y propenso a infecciones”, explicó en declaraciones recogidas por el periódico Metro.
Por extraño que le resultara al cirujano, la literatura médica registra un puñado de casos similares, concentrados en China.
A diferencia de otras situaciones en las que personas se introducen objetos por retaguardia, en estos casos el cometido no sería el placer sexual.
Al parecer, algunas personas en China creen que meterse una anguila en el recto puede resolver el estreñimiento. Más allá de que eso sea no cierto, siempre será menos incómodo y peligroso tomar un laxante.