El país oceánico, una de las naciones más exitosas a la hora de combatir el virus, se encuentra en la fase de relajación de las medidas de restricción física y social, tras apenas registrar nuevos contagios en las últimas jornadas.
El viceprimer ministro neozelandés, Winston Peters, quien es el más alto funcionario del gobierno de la laborista Jacinda Ardern de origen maorí, propuso este martes abandonar el saludo tradicional con el fin de salvar vidas.
"Una de las cosas que hay que tener en cuenta es si el hongi en esta circunstancia va a volver alguna vez", dijo Peters en declaraciones retransmitidas por la cadena local TVNZ .
"Hay un viejo y famoso dicho que señala que las culturas que no se adaptan, mueren" añadió el también líder del partido nacionalista New Zealand First, parte de la coalición gobernante.
El hongi, una de las tradiciones que se mantienen en los actos oficiales de Nueva Zelanda, se dejó de usar como saludo a mediados de marzo cuando aparecieron los primeros casos de coronavirus en este país, que ha detectado dentro de su frontera 1.147 infectados, incluidos 21 muertos.
La opinión de Peters se da además cuando Nueva Zelanda se prepara para abrir su economía y retornar a la normalidad progresivamente a partir del jueves, aunque seguirá manteniendo las normas de distancias físicas.
Peters, también ministro de Exteriores, recalcó que en esta nueva fase hay que seguir teniendo cuidado en evitar contagios porque se puede poner en peligro muchas vidas.
"En términos de catarros, gripes y COVID-19 seguramente tiene sentido en que lo consideremos", precisó el político.
El comentario de Peters ha causado reacciones encontradas entre los pobladores de Aotearoa, nombre oficial maorí de Nueva Zelanda y que se traduce por ""tierra de la larga nube blanca".
"¿Por qué elige el protocolo de una cultura y no la práctica generalizada del apretón de manos?", indicó la dirigente maorí Debbie Ngarewa-Packer, co-líder del Partido Maorí.
Ngarewa-Packer recalcó además que su pueblo "conoce mucho sobre la adaptación y la autogestión. Ya hemos demostrado nuestra resiliencia".
Para la primera ministra Ardern, la decisión queda en manos de los "iwi", el pueblo maorí.
"He visto a los líderes de los 'iwi' decidir cómo van a mantener a su pueblo a salvo y lo que desean hacer con la práctica cultural en este entorno. Les doy mi total apoyo y tengo fe en ellos", precisó Ardern en declaraciones a la prensa en Wellington.
Para los maoríes, el hongi representa el intercambio del "aliento de la vida" que proviene de los dioses y cuando se da la bienvenida al visitante (manuhiri), esta persona se convierte en "gente de la tierra" (whenua).
El hongi ha sido incorporado en los actos oficiales e incluso muchos miembros de la realeza británica como el príncipe Carlos o el expríncipe Enrique y Meghan Markle, así como el exmandatario estadounidense Barack Obama recibieron la bienvenida con este tradicional saludo.
"El hongi ha durado mil años en Nueva Zelanda (...) incluso durante la gripe de 1918, que mató 50 veces más personas que el COVID-19 (...) Creo que el hongi, los besos, los abrazos y tristemente hasta el movimiento antivacunas seguirán durante 2021", dijo en su cuenta Twitter el médico Gary Payinda.
Con información de EFE
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