El Frente Amplio recibió ayer en el Salón de Fiestas del Palacio Legislativo un sello conmemorativo por los 50 años de su fundación, realizada el 5 de febrero de 1971 en una sesión histórica presidida por el senador Zelmar Michelini sen el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo.
Quizá pocos de los presentes aquel 5 de febrero podían imaginar que un colectivo tan heterogéneo, la "experiencia mayor y más perdurable de unidad popular en todo el mundo", según el socialista José Díaz, cumpliría 50 años y que sobreviviría a una dictadura, alcanzaría primero el gobierno de Montevideo y ocuparía la presidencia de la República por tres mandatos consecutivos.
Esta mañana, el expresidente José Mujica se refirió al proceso de gestación y madurez del Frente Amplio en charla con Primera Mañana, el programa de Raúl Ponce de León y Juanchi Hounie en El Espectador.
El proceso de gestación del FA fue muy largo y puede rastrearse a la crisis que sobrevino para el país tras la Segunda Guerra Mundial, cuando el Partido Colorado abandona el Gobierno luego de 90 años, dijo Mujica.
"En aquel país relativamente bastante socialdemócrata, la torta se fue achicando, repartir era cada vez más difícil y entramos en crisis. El drama era que cada vez pagaban menos lo que vendíamos y costaba más caro lo que comprábamos", agregó.
La política se hizo cada vez más regresiva porque no había para repartir, dijo. "Cuando un pueblo está bastante bien y cae tan abruptamente sufre mucho más que los acostumbrados a vivir relativamente mal", afirmó.
Entonces, se producen allí las condiciones que "generan esa cosa tan especial que se llamó Frente Amplio". "Se logró un grado de apertura porque la necesidad histórica lo imponía. Se llegó a algo que parece imposible. Desde fuerzas políticas de orientación marxista a la democracia cristiana, porque el país necesitaba intentar otro rumbo", dijo.
"El FA fue posible porque somos uruguayos. ¿Por qué? Porque nuestros partidos tradicionales en el fondo siempre fueron Frente. Históricamente, los partidos tradicionales tuvieron dos o tres corrientes que disputaron entre si con diferencias a veces grandísimas, y sin embargo siguieron existiendo por esa flexibilidad, que logró conformar una cultura en Uruguay", aseveró Mujica.
A la llegada de la dictadura, "hubo una fuerte militancia en el exilio y una presencia clandestina". "Y siguió la tarea de acumulación del Frente Amplio y sobre todo esa generación de cultura de poder crear a partir de gente con diferencias importantes, que mantiene su fisonomía pero logra una unidad de acción que mantiene en el tiempo", señaló.
"Es bueno acostumbrarse a la alternancia", dijo, sobre la derrota en las últimas elecciones, y opinó que "es probable que una buena parte del FA no esté acostumbrada a hacer oposición".
"Hay que mirar hacia adelante para construir lo que se pueda, y saber que se hizo mucho pero mucho más falta por delante", razonó.
Pasado y presente
Llegando al presente, Mujica dijo que la pandemia debería haber sido usada para "estar más cerca" y "darse cuenta de que es una causa nacional". "No ha podido ser, lo que no quiere decir que no haya que aspirarlo. Hay que mantener una bonhomía. No quiero un país crispado, de medio país contra medio país. Entonces tratemos de salir de esto, pero lo que me asusta es el mundo, porque lo único que crece es la incertidumbre", se lamentó.
Cuando se le consultó por la relación del FA con el Gobierno actual y su visión sobre la presidencia de Lacalle, opinó: "La gestión de Lacalle en materia de comunicación con la gente anda fenómeno, es como si tuviera una agencia espléndida de publicidad que le motoriza el Gobierno. Pero hay una crisis económica latente y ha pasado una cosa: en los últimos 16 años es la primera vez que el salario real baja y las jubilaciones bajan. Eso no se puede sostener mucho tiempo y esos son los desafíos".
Opinó que la pandemia "ha ayudado al Gobierno porque sacó al Frente Amplio su escenario principal que es la calle, la movilización". "Es la realidad, no quiero decir que la pandemia la haya buscado el Gobierno ni nada por el estilo", afirmó, pero acotó que al mismo tiempo "le crea un desafío y le golpea la coyuntura económica y le puede terminar hasta cambiando la línea, porque vino de una actitud de achicar el gasto y que la inversión privada reflote la economía, pero va a tener que hipotecar el país y contraer cuenta para que el Estado pueda gastar y movilizar la rueda, porque no va a haber abundante inversión si no se ve que la economía camina".