La madre, de 17 años, explicó a los investigadores que no quiso despertar al bebé, profundamente dormido después de un largo trayecto, y que lo dejó en el auto para irse a dormir ella. A su regreso, el bebé había muerto.

Los hechos ocurrieron en Nenzing, en el oeste de Austria, donde las temperaturas llegaron a 30 °C el martes.

La autopsia confirmó el jueves la muerte por insolación. Se abrió un proceso por homicidio por imprudencia contra la madre.

AFP