La contraofensiva de verano de Ucrania comenzó en junio y, a pesar de que los aliados occidentales proporcionaron tanques de última generación y armamento avanzado, los recientes enfrentamientos con los rusos tuvieron consecuencias preocupantes para el Gobierno de Kiev: avances modestos pagados con muchos muertos.
Recientemente, el periódico The New York Times informó que las morgues en el país están recibiendo cada vez más cadáveres debido al aumento de los combates.
“Hay muchos más cuerpos en este momento”, informó al citado medio Taras Svystun, un soldado en un equipo de seis hombres responsable de recuperar e identificar a los militares fallecidos. El total de muertos en las morgues locales es “más o menos el doble desde que comenzó la contraofensiva”, agregó.
Aunque Ucrania no comparte públicamente el total de bajas que ha sufrido, el portal noticioso Business Insider recuerda que el general Mark A. Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto, estimó en febrero que Ucrania había perdido más de 100.000 soldados desde que comenzó la guerra el año pasado.
Las severas pérdidas de las fuerzas armadas ucranianas son causadas tanto por armas “antiguas” como de última generación: los soldados sucumben tanto por minas y trampas explosivas, como abatidos en ataques con drones de alta tecnología y sistemas de armas avanzados.
Si bien EE. UU. y otros aliados han proporcionado tanques de batalla formidables, vehículos de combate blindados y cantidades enormes de municiones, las modestas ganancias obtenidas hasta ahora en la contraofensiva de verano han llevado a las tropas ucranianas a abandonar las tácticas y estrategias occidentales a favor de desgastar al enemigo con andanadas de misiles.
Seth Jones, director del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, o CSIS, Programa de Seguridad Internacional, dijo también a Business Insider que, si bien no está claro cómo continuará desarrollándose la invasión rusa de Ucrania, la guerra podría prolongarse sin tregua durante años.