El presidente de OSE, Raúl Montero, se refirió este martes al fallo del juez Alejandro Recarey por el que ordenó a dicho organismo no suscribir el contrato con el consorcio Aguas de Montevideo, lo que implica que las obras del proyecto Neptuno en Arazatí se paralicen al menos de forma temporal.
“Es la primera instancia, por tanto no está firme la resolución. Tenemos una instancia de apelación, la vamos a aprovechar”, manifestó el jerarca en conversación con Subrayado (Canal 10).
Así, opinó que el proyecto Arazatí “es importantísimo y fundamental”. A su entender, tanto la sequía del año pasado como las inundaciones y desbordes de este año “indican que necesitamos una fuente alternativa de agua potable”.
“Eso revaloriza el hecho de que uno tenga una planta que pueda, por lo menos, darle un básico de cantidad de agua a las más de un millón y medio de personas que viven en el área metropolitana. Así que convencidos de la importancia del proyecto, confiados en las leyes de nuestro país, vamos a encarar esta situación”, concluyó el presidente de OSE.
Hay que hablar
Sin embargo, desde la oposición instaron a utilizar la oportunidad que otorga el fallo de la Justicia como una “pausa para el diálogo”.
El exdirector de OSE por el Frente Amplio (FA) Edgardo Ortuño consideró que “asegurar el agua potable a la población” y “cuidar los recursos naturales y el ambiente” deben ser una política de Estado, “fruto de un gran acuerdo en 2025”.
“La Academia, la sociedad civil y la Justicia ahora nos dan la oportunidad. Ante lo sucedido en la Justicia está claro que se impone una pausa para el diálogo”, manifestó en un texto difundido este martes.
Según Ortuño, que ahora apoya la precandidatura de Yamandú Orsi, sostuvo que él siempre “señaló la necesidad de generar espacios de diálogo a nivel técnico, político y social sobre las obras y políticas necesarias para asegurar el abastecimiento de agua potable” en el área metropolitana. Así, listó una serie de factores por los que considera que el proyecto no es conveniente, entre ellas porque “no asegura el abastecimiento de agua potable a pesar de su altísimo costo” y “tiene debilidades técnicas que plantean dudas sobre la calidad del agua que producirá”.
“Todas las razones expuestas aconsejan que, a pocos meses de un cambio de gobierno, no se avance en la ejecución del proyecto hasta no realizar un proceso de estudio y diálogo amplio sobre el abastecimiento de agua potable en el próximo gobierno, para la construcción de una política de Estado al respecto, como propuso el FA”, enfatizó el dirigente de la Vertiente Artiguista.
Finalmente, Ortuño insistió en que todo esto “amerita un proceso de diálogo y estudio a fondo”, que se deberá realizar en la siguiente administración, la que estará a cargo de “ejecutar y solventar las obras”.