El caso de una mujer que conservó secretamente en su domicilio el cadáver de su madre subió en las últimas horas a los titulares de la prensa brasileña.
Según informara O Globo, el caso se conoció luego de que la mujer sufriera un trastorno de salud y su hija, nieta de la difunta, llamara a un servicio de emergencia móvil. El hecho ocurrió el pasado sábado en una finca de la calle Marco Polo, en la zona norte de Río de Janeiro.
El cuerpo de María Auxiliadora de Andrade Santos, de 75 años, se encontraba en avanzado estado de descomposición.
Los vecinos contaron que la hija, que vivía con la anciana, había mantenido el cuerpo de su madre encerrado en una de las habitaciones durante aproximadamente seis meses. Durante ese tiempo informó al vecindario que su madre había fallecido y que ya se había realizado el funeral, en una ceremonia privada y discreta. Sin embargo, los cambios de comportamiento de la mujer y su creciente aislamiento resultaron sospechosos.
“Era una señora activa, siempre iba a la iglesia. De repente, desapareció. La hija dijo que tenía problemas de salud y luego dijo que había fallecido”, dijo uno de los testigos.
“No olíamos mal olor, pero ella cambió mucho su comportamiento”, dijo otra vecina.
La ausencia de
olores provenientes de la putrefacción se explica por los procedimientos de la
hija, que es farmacéutica. El informe indica que utilizó fármacos y
formaldehído para enmascarar las emanaciones.
Cuando los médicos llegaron al lugar, encontraron a la paciente acostada en el sofá, aparentemente sin ningún problema de salud. Sin embargo, al estar cerca del dormitorio donde yacía el cuerpo, sí notaron el olor característico de la descomposición. Entonces revisaron y hallaron el cadáver.
El informe no detalla si la nieta de la fallecida, una joven de 22 años, estaba al corriente de la situación cuando llamó al servicio médico.
En cuanto a la hija, fue interrogada por la policía y quedó en libertad. Ahora se procura establecer las causas y circunstancias del deceso de la septuagenaria.