El cuerpo de un civil israelí muerto en un accidente de coche en Cisjordania ocupada se devolvió hoy a su familia en Israel, después de que el cadáver fuera sustraído este miércoles del hospital por milicianos palestinos de la ciudad de Yenín.
"Tras los esfuerzos de las fuerzas de seguridad y en coordinación con las fuerzas y autoridades de seguridad palestinas, el cuerpo del israelí que murió en un accidente automovilístico en la urbe de Yenín está siendo transferido a su familia en Israel", informó en un comunicado el Ejército israelí.
El cadáver del fallecido, Tiran Fero, un joven árabe-israelí de una localidad con mayoría de habitantes de religión drusa de Israel, fue requisado por miembros de la Brigada de Yenín —una amalgama de milicias que operan en la ciudad— en un centro hospitalario donde se le había ingresado tras un grave de accidente de coche.
Los milicianos palestinos pensaron que era un soldado encubierto que se infiltró en Cisjordania, ya que los drusos suelen realizar el servicio militar en Israel, pero era un estudiante de secundaria que entró en la zona con un amigo para reparar un problema en el coche.
A cambio del retorno de su cadáver, la Brigada de Yenín pedía que Israel devolviera los cuerpos que retiene de palestinos muertos en incidentes violentos.
Las autoridades israelíes mantienen retenidos actualmente los cadáveres de 117 palestinos, concretaron a EFE fuentes del Centro de Derechos Humanos y Ayuda Legal de Jerusalén (JLAC).
Yair Lapid, primer ministro saliente de Israel, envió sus “sentidas condolencias a la familia Fero y a toda la comunidad drusa” por la “trágica muerte de Tiran, que iba a celebrar hoy (este jueves), su cumpleaños número 18”.
“Devolver su cuerpo a su familia es lo menos que podemos hacer para traer consuelo a su hogar. Agradezco a todos los que trabajaron en el último día para lograr este triste cierre”, manifestó.
Por su parte, el titular de Defensa, Benny Gantz, agradeció los esfuerzos de coordinación hechos por la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para la devolución del cadáver.
“Me gustaría felicitar a la Autoridad Palestina por tomar medidas para devolver Tiran Fero, de bendita memoria, a su familia. Esta es una medida humanitaria básica tomada tras un incidente horrible", declaró Gantz.
El robo del cadáver generó también gran indignación entre la población drusa de Israel y en la localidad de donde procedía el joven, Daliat al Carmel, hubo una manifestación para pedir el retorno del cuerpo.
En el pasado, las milicias palestinas han secuestrado israelíes, vivos o muertos, para negociar la liberación de prisioneros palestinos y la devolución de los cuerpos de combatientes muertos.
El martes, Fero y otro israelí entraron a Yenín. El acceso a esta localidad, como el resto de ciudades cisjordanas bajo control palestino, está vetado a civiles israelíes, pero sí se suele permitir la entrada a población árabe-israelí.
Escalada
La tensión entre Israel y Palestina se ha elevado luego de los dos atentados con explosivos ocurridos este miércoles en Jerusalén, que dejaron como saldo un menor de edad muerto y 14 heridos. Se trató del primer ataque de este tipo en años, lo que ha puesto a Israel en estado de alerta mientras las autoridades sospechan de que se trató de un “ataque combinado”.
Temprano por la mañana, una primera explosión sacudió una parada de autobús en una de las entradas de Jerusalén, a lo que siguió otra detonación, media hora más tarde, en otra parada de transporte público en un cruce de la colonia judía de Ramot, en Jerusalén Este.
Ambas explosiones fueron provocadas de forma similar: los artefactos explosivos -que también contenían clavos- fueron colocados en las estaciones de bus dentro de bolsas y posteriormente se habrían hecho detonar por control remoto.
Esto indica que podría tratarse de "un ataque combinado" que se planeó y se ejecutó con detalle, dijo la Policía.
La primera detonación fue la más grave: un joven de 16 años murió tras ser evacuado al hospital y 11 personas resultaron heridas, tres de ellos se encuentran en estado crítico y uno en condición moderada.
En la segunda explosión, que sucedió 30 minutos después de la primera, tres personas sufrieron heridas leves por esquirlas.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, condenó los atentados cometidos en Jerusalén, dado que el joven fallecido, Aryeh Schupak, era un estudiante de Yeshivá (escuela religiosa judía) con nacionalidad israelí y canadiense.
En un mensaje en su cuenta de Twitter, Trudeau expresó sus condolencias a los familiares y amigos del joven canadiense y dijo que pensaba también en los heridos. "Canadá condena de la manera más contundente esta violencia", expresó.
Los ataques con artefactos explosivos en espacio público y contra civiles no eran comunes en Jerusalén desde hace años.
El último fue en 2016, aunque atentados de esta índole se asocian más bien al período de la Segunda Intifada (2000-2005), cuando los ataques bomba cometidos por grupos palestinos se convirtieron en una realidad constante propia del conflicto palestino-israelí.
La violencia en la zona se ha recrudecido
desde marzo, con ataques por parte de palestinos y sangrientas redadas del
Ejército israelí en Cisjordania ocupada.
En lo que va del año, 149 palestinos han muerto en incidentes
violentos con israelíes en Cisjordania e Israel, según el Ministerio de Sanidad
palestino. Esto convierte al 2022 en el año más sangriento en la zona desde
2006. Del lado israelí, han muerto 28 personas.
En Palestina
Un joven palestino de 22 años murió este miércoles por disparos del Ejército israelí en la ciudad cisjordana de Nablus, durante enfrentamientos entre residentes locales y soldados y en lo que marca la segunda muerte palestina de una violenta jornada en la zona.
La muerte del joven fue confirmada por el Ministerio de Sanidad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que lo identificó como Mohamed Abu Kishek.
El fallecido había resultado herido esta madrugada durante los enfrentamientos con las tropas israelíes que se encontraban resguardando a un grupo de civiles judíos en su peregrinación mensual a la Tumba de José, un sitio considerado sagrado por judíos, musulmanes y cristianos como el último lugar de descanso del patriarca bíblico José.
Abu Kishek fue hospitalizado tras un disparo de bala en la zona del abdomen y murió algunas horas más tarde.
Su fallecimiento sigue al de Ahmed Amjad Shehadeh, un adolescente de 16 años que también participó de los enfrentamientos de esta madrugada y, según informó Sanidad, murió tras un disparo al corazón.
El Ejército de Israel confirmó que sus tropas operaron en Nablus, bastión de una nueva generación de milicianos palestinos, para "asegurar la entrada coordinada de civiles israelíes a la Tumba de José".
En ese momento, "sospechosos armados pusieron en peligro la vida de los soldados, que respondieron con fuego real", señaló un portavoa del Ejército, que agregó que los civiles y soldados israelíes "salieron de la ciudad" tras los hechos.
Ningún soldado o civil israelí resultó herido en los hechos, pero más de treinta palestinos resultaron lesionados, según los servicios de emergencia de la Media Luna Roja, cuyos médicos atendieron a 10 personas por heridas de balas reales, 22 por balas de goma, tres por lesiones y decenas asfixiados por gases lacrimógenos.
EFE