Por César Bianchi
@Chechobianchi
Fotos: Javier Noceti
@Javier.noceti
Cuando empezó a militar con 14 años, para Rafael Michelini (62) todo era "como un juego". Cuando en 1972 arrojaron una bomba en su casa y su hermano -uno de 10- quedó cubierto de vidrios rotos, se "despertó". Y terminó de asumir la gravedad de la cosa cuando se dio el golpe de Estado. Un día antes, el 26 de junio de 1973, su hermana Elisa pasó su cumpleaños presa en Cabildo. Su familia le cantó el Feliz Cumpleaños del otro lado de las rejas y esa misma noche, su padre, Zelmar Michelini viajó a Buenos Aires. Encomendado por el FA Zelmar viajó para detener a Enrique Erro, porque si lo metían preso, no habría forma de escaparle al golpe. Buscaban ganar tiempo, al menos. No fue posible: en la madrugada los militares emitieron un comunicado e ingresaron de prepo al Parlamento.
Fue ahí que Rafael se dio cuenta de la magnitud de la figura política de su padre, dice. Después asumió, como pudo, con sus 17 años, la noticia del asesinato de su padre en Argentina. Y siguió militando. Fue edil en 1984 por el Partido por el Gobierno del Pueblo (PGP) y le resultó aburrido. Por lo menos, con mucha menos adrenalina que ir caminando y entregarle a un papel a otro en la calle y seguir cada uno su camino, o pintar muros que dijeran "Abajo la dictadura".
Fue edil, senador, candidato a la Presidencia de la República, diputado, secretario político del Frente Amplio sin banca, y desde hace algunas semanas sólo es un dirigente frentista sin cargo, líder del Nuevo Espacio que fundó. Se quedó sin el secretariado político de su fuerza política cuando el presidente de la colectividad, Javier Miranda, le quitó su confianza. Y esto tras haber dicho en una publicación: "si no suspenden el plazo (de recolección de firmas para un referéndum contra la LUC), nos aglomeraremos". Michelini dice que no se equivocó, que él hizo una advertencia y "los compañeros interpretaron otra cosa". Y que los hechos le dieron la razón: él movió "el avispero" y ahora no hay dirigente frentista que no esté en los barrios sacándose fotos y consiguiendo firmas contra la LUC.
También tilda a este gobierno "herrerista" de preocuparse porque el mercado rija todo, minimizar el poder "dinamizador" del Estado y lo culpa de haberse "enamorado" de una estrategia que ya no funciona para combatir la pandemia. A su juicio hay que parar todo "por dos meses" y "poner una torta de plata" para que la gente no salga de su casa y así restringir fuertemente la movilidad.
-Cuando el golpe de Estado usted tenía 14 años. Tres años después, cuando matan a su padre en Buenos Aires, ¿cómo se enteró y cómo reaccionó ante la noticia?
-Me acuerdo mucho porque un periodista de AP -Melloni creo que se llamaba- me llamó y me dijo: "Tengo que hablar contigo". Fui hasta Luis Alberto De Herrera y Rivera, a dos cuadras de casa, y me dijo: "Tengo la información de que aparecieron dos cuerpos y se dice que uno es el de tu padre". Yo tenía 17 años. Yo estaba a dos cuadras de casa y no sabía qué hacer. Decidí ir a la casa de mi hermano Luis Pedro, que era más lejos, para comunicarle esa información. Llegué a la casa de Luis Pedro, se lo conté, nos fuimos para casa (la de mis padres) y cuando mamá nos vio entrar, nos dijo: "Díganme que no es cierto". Creo que se dio cuenta en nuestro rostro la noticia. Fue algo impactante... Ahí decidimos quiénes iban a Buenos Aires y quiénes se quedaban. Felipe fue más valiente que yo, y viajó a Buenos Aires. Yo me quedé a organizar el entierro con mi prima María Laura. Los milicos entraron el barco antes, bajaron los cuerpos antes, y lo que iba a ser una cosa multitudinaria (que lo fue), en el momento en que llegan los cuerpos, no éramos tantos. Me acuerdo que disolvieron el entierro con caballos. El que lo disolvió fue (el coronel Alberto) Ballestrino.
Veintiún años después, en 1997, me encontré con Ballestrino -nos reunimos como siete veces-, porque yo iba a hablar sobre los desaparecidos, en conversaciones que teníamos con Elías Bluth y con (Julio María) Sanguinetti, y cuando el coronel Ballestrino me recibe en su casa por primera vez y me pregunta si quiero tomar algo, le dije: "Antes que nada: usted disolvió el entierro de mi padre". Le vino como un sofocón, como una crisis, y me dijo: "fue el peor día de mi vida". A esa altura él ya lo veía con otros ojos, porque en la dictadura cayó en desgracia, después se hizo religioso, y después empezó a "ayudar" para salvar sus culpas, en búsqueda de la verdad. Eran los primeros indicios de la verdad. Él era uno de los convencidos que a (Ramón) Trabal lo habían matado ellos mismos.
-Fue edil por el PGP (Partido por el Gobierno del Pueblo), lista del FA en 1984, y cinco años después apoyó la salida de la agrupación del FA y creó el Nuevo Espacio. Apoyó la candidatura de Hugo Batalla, y usted fue elegido diputado. ¿Qué significó el Nuevo Espacio en su carrera?
-Significó mucho. Ahí la izquierda tenía una gran discusión sobre el tema de las libertades. Era una discusión fuerte, que se había tenido antes de la dictadura, pero cuando empezó el autoritarismo (Juan Pablo) Terra, (Rodney) Arismendi y mi padre -que habían tenido discusiones muy fuertes en el Parlamento sobre temas internacionales, donde primaba la libertad- dijeron: "Acá hay que dar un cauce pacífico, porque si no, esto se nos va por el caño". Los tres tuvieron la visión de decir: "Si nosotros no damos un cauce democrático y pacífico, esto se nos va por el caño". Y papá trajo a (Líber) Seregni. Increíblemente, frente a lo que se venía, ¡la izquierda presentaba un militar como la respuesta!
"El coronel Ballestrino me pregunta si quiero tomar algo, le dije: 'Antes que nada: usted disolvió el entierro de mi padre'. Le vino como un sofocón, como una crisis, y me dijo: 'ese fue el peor día de mi vida'. Se estaban empezando a conocer algunas verdades"
Si a todos nos hubieran dicho que la cortina de hierro que se caía en el 89, la vida hubiera resuelto eso. Pero nadie te dice lo que va a pasar mañana. Hicimos ese proceso con el Nuevo Espacio, para mí fue muy importante, yo fui diputado y por seis meses no hablé en cámara. Después llegó la discusión de cuando Batalla quería arreglar con Sanguinetti... y yo me sentí siempre de izquierda. Siempre fui de izquierda. Cuando Batalla se fue con Sanguinetti, nosotros rescatamos el Nuevo Espacio y empezamos un camino muy interesante para la vida de este país.
-En 2003 llegó a un acuerdo con el Frente Amplio (FA) y volvió a este partido, donde fue primero senador y luego diputado. ¿Cómo evalúa los logros del FA en tres lustros de gestión? ¿Qué significaron los gobiernos del FA para el país?
-Para mí esos 15 años del Frente en el gobierno fueron maravillosos. Lo podemos ver en números: un país que producía 16.000 millones de dólares pasó a producir 60.000 millones de dólares al final de la década y media. En derechos, en derechos humanos, en igualdad, las laptops para niños y niñas en edad escolar, las revisaciones bucales, ¡el que puedas ver!: se hicieron más de 100.000 operaciones de ojos gratuitas. Fueron años maravillosos. Y si lo mirás por el lado de la prosperidad: cuántos autos se vendieron, cuántas casas se construyeron... Y además se incorporó un elemento en términos económicos, que cuando hay situaciones de crisis en el exterior, el consumo interno te mantiene la economía. Hay que ver los liceos, las escuelas, los hospitales que se hicieron, cómo está el Pasteur, cómo está el Hospital de Tacuarembó.
-Me mencionó solo cosas positivas. Hubo de las otras...
-¿Cuáles?
-¿En serio? Pluna, Ancap, Sendic, Gas Sayago... y podría seguir.
-Pluna: se cerró porque los jueces en Brasil podían ir contra la aerolínea uruguaya como complejo económico de Varig. No había forma de pagar los despidos de todos los empleados brasileros. Esa es la verdadera razón. Después hubo, injustamente, sospechas de que se quería darle a tal o cual en lo que fue ese remate. La gente lo vivió así, pero nada de eso hubo. Ancap: se hicieron inversiones necesarias, hubo aspectos de administración que quizás si se hubiera consultado a Economía, se hubieran hecho mejor. Pero la situación de Sendic no es por Ancap, es por otras cosas, y el compañero cuando no pudo explicar algunas cosas, el FA tomó la decisión que tomó.
-¿Y por qué perdió en 2019?
-Por múltiples razones. No hay una única razón...
-Muchos dirigentes frentistas han hablado de soberbia, y de no darle bolilla al interior del país.
-Sí... Eso de la soberbia es lo que decimos los dirigentes. Cuando perdiste por 25.000 o 30.000 votos, tenés que ver por qué no te votaron. Yo creo que hubo cierto cansancio con el FA y que hubo propuestas increíblemente infantiles de la derecha, los conservadores, que personas educadas, preparadas y serias, las creyeron. Hay gente que hasta el día de hoy me dicen: "Pero subieron las tarifas". Y yo les digo: "¿Y qué pensabas? ¿Que no las iban a subir?" "Yo les creí que no las iban a subir". La derecha pensó: "Con tal de llegar, lo que sea". A tal punto de sacar a (Carlos) Moreira de la campaña electoral -uno de los vicepresidenciables que tenía en mente Lacalle Pou- hasta que se calmaran las aguas, y después lo pusieron de intendente.
-No, lo puso la gente, los colonienses.
-Pero lo pusieron en el partido, sino no llega. El Partido Nacional lo echó y lo dejó entrar nuevamente. A él lo autorizaron, por eso pudo salir intendente. Si tú vas al Partido Nacional y decís: "Quiero presentar una lista", te tienen que autorizar, si no te autorizan, no podés ser candidato.
"Hay muchas cosas que hicimos mal, pero no quiere decir que eso nos haya llevado a la derrota. Nos preocupamos mucho por el déficit fiscal. Si nosotros hubiésemos sido menos cuidadosos el año electoral, seguramente hubiéramos ganado"
-¿Todavía se deben la mentada autocrítica o a esta altura no tendría sentido?
-Hay un documento que es muy bueno, y toca todos los aspectos de la autocrítica, que nosotros tenemos que hacer. Por la pandemia quedó para más adelante. Pero no quiero banalizar la derrota. Hay muchas cosas que hicimos mal, pero no quiere decir que eso nos haya llevado a la derrota. Por ejemplo, nos preocupamos por sobremanera por el déficit fiscal. Si nosotros hubiésemos sido menos cuidadosos el año electoral, seguramente hubiéramos ganado.
-Así y todo, dejaron un déficit fiscal del 5%... Menos mal que fueron cuidadosos.
-Y si UPM hubiera empezado dos años antes, no hubiera habido déficit fiscal. La derecha al déficit fiscal, ¿cómo lo trata? Bajando gasto. ¿La izquierda cómo lo trata? Hay que generar prosperidad, si generás prosperidad, suben las entradas. El déficit es: entradas menos gasto. Si tus gastos están más alto que las entradas, tenés un déficit, ahora si tus entradas son más que los gastos, no tenés déficit. Si la segunda planta de UPM hubiera empezado dos años antes, no hubiéramos tenido el déficit fiscal.
-¿Y su autocrítica? El Nuevo Espacio se sumó al Frente Líber Seregni, que ha perdido fuerza en los últimos años. Y usted perdió su banca. ¿A qué lo atribuye?
-Tú sos diputado o senador cuando tenés votos. Yo tuve más o menos los votos que venía teniendo antes, lo que no tuve fueron los sublemas correspondientes. Si hubiéramos tenido un sublema de todo el progresismo, hubiéramos sacado seis o siete senadores. Pero no lo hicimos. Hay una cosa electoral. Si todo el progresismo (la Vertiente, Fuerza Renovadora, Alianza Progresista, Nuevo Espacio, Asamblea Uruguay) hubiéramos ido todos juntos, hubiéramos sido el lema más votado. Y por supuesto, cuando se perdieron votos de centroizquierda, también fuimos afectados.
-¿Qué evaluación hace de este año y pico de gestión de la coalición multicolor?
-De gobierno herrerista, porque este es un gobierno herrerista. Incluso lo marca (Jorge) Larrañaga: cuando Larrañaga muere, ponen un herrerista (Luis A. Heber), cuando sacan a Bartol del Mides, ponen un herrerista (Martín Lema). El gobierno es herrerista, y el Herrerismo es un sector conservador, más militante, más coherente y con más convicción. Por supuesto yo discrepo con ellos, diametralmente, pero reconozco que ellos tienen una idea: creen en el mercado y en que el mercado arregla las cosas. Y yo estoy en la vereda de enfrente: creo que el Estado tiene un lugar para jugar, creo que el Estado es dinamizador de la economía y del mercado. Ellos creen que el Estado frena la economía, frena el mercado. Claro, es dinamizador cuando tomás buenas decisiones. Ellos dicen: "Que el Estado solo esté en Policía y Justicia, y por supuesto cuidar la soberanía, y que el resto, cada uno se encargue de su vida". Pero si tú no le das computadoras a los niños como le dimos, tú nos los preparás para el mundo tecnológico. Cuando hay niños y adolescentes de Tala, Migues y otros pueblos chicos que ganan concursos en la NASA es porque les diste los instrumentos. Cuando el Estado no les da los instrumentos, no les das posibilidades a la gente. Entonces, ¿quiénes tienen las posibilidades? Los ricos, como siempre. No es que en mi mundo los ricos no tengan posibilidades, pero por lo menos que los pobres también, que la gente de más abajo, las tenga.
-¿Lacalle Pou ha combatido bien la pandemia?
-Yo voy a hablar del gobierno herrerista, de Lacalle Pou no voy a hablar. Se preparó para ser presidente, a los 13 días le vino una pandemia... ¡Hay que tener yeta! Le vino una pandemia y además, los primeros meses, le va bien... y se enamora de ese camino. Se enamora y lo convierte en ideología, y hoy tenemos 4.600 muertos. Y hay que vivir con eso, ¿no? El gobierno herrerista ya asumió que la única solución son las vacunas, y que hay que liberar la economía y que pase lo que tenga que pasar. Si esto fuera un partido de fútbol: no están leyendo bien el partido. Las vacunas van a dar el resultado sí, tanto es así, que lo que nosotros tenemos que hacer es llegar al momento en que den resultado. Ellos dicen: "Las vacunas van a dar resultado, ¿cuándo sucederá eso? Veremos". En cambio yo digo: "No, ahora hay que aguantar el partido hasta que den resultado".
"El gobierno herrerista ya asumió que la única solución son las vacunas, y que hay que liberar la economía y que pase lo que tenga que pasar. Deberíamos ir hacia dos meses de parar todo para blindar bien, quizás menos, pero parar"
El partido es que tenés que hacer dos cosas: tenés que pedirle al conjunto de la sociedad que tome consciencia de eso, y para eso tenés que poner plata. Si vos le decís a la gente de la construcción: "No es un problema si ustedes se están contagiando o no, yo tengo que bajar la movilidad. Les doy dos meses de licencia. No pueden perder los empresarios, y no pierden ustedes". A los comerciantes lo mismo. ¡Hay que poner una torta de plata! Tenés que poner muchos ómnibus (eso se corrigió, está el 100% de la flota en la calle), y vos parás todo dos meses. ¿Qué dejás? Comunicaciones, porque necesitás comunicarte, energía, la parte de salud y toda la cadena alimenticia. El resto, lo frenás por dos meses.
-¿Dos meses? Rafael Radi habló de parar tres semanas... Dos meses es muchísimo tiempo con todo parado...
-Acá hay que hacer un parate, para que la gente se quede en su casa. Deberíamos ir hacia dos meses para blindar bien todo, pero eso hoy es imposible, entonces quizás menos, pero parar. Tenés que generar la sensación de riesgo, por eso es muy importante el diálogo. Porque así la gente dirá: "Si todos estos se ponen de acuerdo es porque esto viene bravo". Parando dos meses, o un poco menos, generás el sentido que tuvo el año pasado el "quedate en casa". Incluso debieron suspender el plazo de la recolección de firmas (contra la LUC): "Miren, es tan importante esto que vamos a suspender por dos meses eso. Quédese todo el mundo en su casa".
-"Si no hay ampliación del plazo (de recolección de firmas contra la LUC), nosotros vamos a ir a juntar firmas a los barrios y nos aglomeraremos", le dijo a Caras y Caretas en abril. De inmediato le llovieron críticas desde el oficialismo, dirigentes del FA tomaron distancia de sus dichos y unos días después Javier Miranda anunció que usted dejaba de ser el secretario político del FA. En perspectiva, ¿cree que se equivocó con sus dichos? ¿Lo malinterpretaron?
-Primero, eso ya es una anécdota. Segundo, fuimos a los barrios, hoy estamos en los barrios. Tercero, si mi actitud sirvió para mover el avispero, moví el avispero. Yo estaba convencido que había que ir a los barrios, estaba convencido que no nos iban a dar la suspensión del plazo, entonces había que decirle a todo el mundo: "Si vamos para allá y la Policía nos complica, estamos en un lío". Se lo había planteado también a Sanguinetti el día anterior, cuando hicimos un zoom entre la Comisión Nacional Pro-referéndum y el Parrido Colorado, y Sanguinetti me dijo: "No Michelini, vamos a hablar con Larrañaga y evitar problemas".
-Está bien, pero la parte que hizo ruido fue: "si no suspenden el plazo, nos aglomeraremos". Sonó a amenaza.
-Yo advertí. Quizás no se entendió en toda su dimensión, pero además lo dije en todos los canales de televisión después. Yo advierto que si vamos ahora a los barrios, "van a decir que" nos aglomeramos, y van a traer a la fuerza pública. Yo estaba advirtiendo. Los propios periodistas al mediodía decían: "Lo que está diciendo Michelini es que advierte que van a ir los barrios y que no se tome eso como una aglomeración". ¿Qué pasó esa tarde? Ah, no sé. Y qué le pasó al Frente para tomar esa decisión (de dejarlo sin el cargo de secretario político del FA), no sé...
-Los principales dirigentes del FA se separan de sus dichos, y Javier Miranda, presidente de la fuerza política, anuncia que usted dejó de ser el secretario político del Frente...
-Y falta un tercer capítulo: ¡y después van a los barrios! Las firmas están en los barrios. Y no hay aglomeraciones, porque tomamos todos los recaudos sanitarios.
-Entonces, tú no crees que te equivocaste al decir eso...
-No es una equivocación. Yo transmití lo que transmití y los compañeros interpretaron otra cosa. Yo advierto que vamos a ir los barrios y que eso se va a tomar como una aglomeración.
-¿Lo dejaron solo en el Frente Amplio? ¿Esperaba más respaldo?
-El secretario político lo pone el presidente y lo saca el presidente. En el mismo momento que él (Miranda) siente que falta sintonía, ya está... no se discute más. No estoy para perder el tiempo, además.
-¿Qué sería perder el tiempo?
-Siendo secretario político del Frente tratar de estar con un presidente con el que no estás en sintonía. Para mí, había que apretar el acelerador contra la LUC, como después se hizo, a mil. Yo decía "vamos a hacer esto", pero no había forma de hacerlo, cuando lo lanzo en la prensa con toda la fuerza, dicen "no", pero después lo hacen. Y ahora no hay un solo dirigente -por suerte, me alegro- compañero o compañera que no esté en los barrios, sacándose fotos y juntando firmas.
-¿Por qué anular 135 artículos de la LUC, una ley que el FA acompañó en más del 50% de los artículos?
-Son 476 artículos y criticamos 135. De los 135 el Frente combatió casi todos. Alguno, en alguna transacción se votó, pero después cuando fuimos a conversar con los sectores sociales, en un momento hicimos clic, había que definir cuántos artículos anular y cuáles.
"El secretario político lo pone el presidente (del FA) y lo saca el presidente. En el mismo momento que él (Javier Miranda) siente que falta sintonía, ya está... no se discute más. No estoy para perder el tiempo, además"
¿Por qué estos? Primero, que a los 30 días siendo buen pagador te puedan echar de tu casa, y más en pandemia... no me parece buena cosa. Hay gente que dice: "pero son los que alquilan sin garantía". ¿Y cuántos hay que alquilan sin garantías? ¡Muchos! Pero cuando hay niños aplica el sistema normal, vos tenés un amparo. Eso se lleva 30 y pico de artículos. ¿Por qué voy a ir con un régimen en pandemia que echa gente a la calle? Por suerte, los jueces lo aplican poco. Otra: sacar de los consejos directivos de la educación a los docentes, ¿por qué? Los docentes son los que saben más del tema educativo, de los programas, que la educación tenía que estar fuera -supuestamente como hacía el Frente- de interferencias políticas. Lo primero que hicieron fue borrar a los docentes, y poner más políticos. Yo no estoy de acuerdo.
En los 7 u 8 artículos vinculados a la seguridad restringen derechos ciudadanos, ninguna de esas cosas que hacen van a afectar a los tipos del narcotráfico. Permiten que personal masculino cachee a muchachas en la vía pública, va a ser para lío, y si ella es narco, ¡le prende bala antes! ¿Y para qué van a estar hombres cachando muchachas, sin pedir autorización? Y además, en el tema inclusión financiera, permiten que hasta 100.000 dólares tú compres lo que quieras. Yo pregunto: ¿quién anda con 100.000 dólares en la calle? ¡Es plata sucia! Lo que quieren es lavarla. ¿Para qué vamos a permitir que eso ocurra si ya salimos de eso? Entre otros, eh. Son 135 artículos que deberían sacarse de nuestro ordenamiento legal.
-En mayo de 1996, a 20 años del crimen de su padre y Héctor Gutiérrez Ruiz, se dio la primera Marcha del Silencio, y usted tuvo mucho que ver en eso. Fue uno de los mentores de esa marcha que pre-pandemia era multitudinaria. ¿Advierte que este gobierno está comprometido con la búsqueda de verdad y justicia por los desaparecidos?
-Yo creo que la sociedad cambió y permeó a todos los partidos, por suerte. En aquel momento era muy difícil -segundo gobierno de Sanguinetti- y no querían saber nada. Los blancos y los colorados estaban a favor de los victimarios. NO hacían nada a favor de las víctimas. Y empezamos a movilizar. La construcción de esa marcha tuvo que ver con dos hermanos míos (Felipe y Zelmar "Chicho"), con ellos dos teníamos en la cabeza que había que movilizar. Creo que fue una genialidad hablar de "silencio", primero porque estaban las víctimas, y segundo, para que no se convirtiera en una cuestión de consigna: que cada uno pudiera venir con su historia a cuestas, la que sea, a reclamar en silencio por los desaparecidos. También estaba el tema de los niños desaparecidos: no hay que olvidarse que Macarena Gelman aparece recién en 2001 y Simón Riquelo en 2002. Yo creo que la sociedad permeó a los partidos y ahora ningún partido puede obviar el tema. Cuán comprometidos están, los hechos lo dirán.
-Hace unas semanas el abogado Pablo Chargoñia presentó una denuncia ante la Fiscalía de Lesa Humanidad por el asesinato de Gutiérrez Ruiz y de su padre, ocurrido junto al de Rosario Barredo y William Whitelaw, en mayo de 1976 en Buenos Aires. La acción judicial fue realizada a pedido de las dos familias. ¿Qué los motivó a esto?
-Nueva información. Sobre Whitelaw, Barredo, Gutiérrez Ruiz y Michelini ya habían sido condenados Juan Carlos Blanco y Juan María Bordaberry como autores intelectuales, pero faltaban los autores materiales de los hechos. Nosotros sospechamos que fue (José Nino) Gavazzo y su patota, junto con Aníbal Gordon. Pero faltaban más datos o había cosas que no nos cerraban. A Whitelaw y a Rosario Barredo los desaparecen el 13 de mayo del 76, a papá y Gutiérrez Ruiz los matan el 18 de mayo. Entonces, ¿dónde estuvieron? ¿Estaban en Orletti o no? Pensábamos que no, que Orletti había abierto después, dónde estuvo mi hermana Margarita y dónde trajeron el primer vuelto y el segundo vuelo. En el primer vuelo quedaron sobrevivientes, y a los del segundo vuelo los mataron en una tumba como los nazis. Una tumba colectiva: esa es la Operación Zanahoria. No es que la Operación Zanahoria no existió; existió para una sola tumba, la tumba colectiva. Si hubiéramos descubierto esa tumba, hubiera sido impactante para la sociedad uruguaya. Y ahí se terminaba ese halo de gloria que Gavazzo y su patota.
"Yo creo que la sociedad cambió y permeó a todos los partidos. En el segundo gobierno de Sanguinetti los blancos y los colorados estaban a favor de los victimarios. Ahora ningún partido puede obviar el tema desaparecidos. Cuán comprometidos están, los hechos lo dirán"
Pero nosotros, en los hechos de mayo nos faltaban datos, hasta que aparece algo que ya estaba, pero como todo: tú ves, ves, pero no ves lo que estás viendo. Había un local, un centro clandestino por la calle Juncal que por los números era a cuatro o cinco cuadras de Orletti, pasando la vía, pero nos habíamos dado cuenta que la numeración cambió y el local estaba casi en los fondos de Orletti. Ahí empezamos a poner la lupa y los recuerdos de Gabriela Schroeder, la hija de Rosario Barredo (que tenía 4 años), y coinciden, algunos de esos recuerdos, en que podían haber estado en Juncal. Aparece además que también Manuel Liberoff pudo haber estado en ese centro clandestino de Juncal -él fue raptado en la misma fecha-, entonces empiezan a generarse una serie de elementos que queremos que se investiguen. Y si podemos dar con los autores materiales, también.
-¿Dónde lo encuentra el Frente hoy?
-Militando todos los días por las firmas, todos los días, menos los lunes. En los últimos días anduve por Melo, ayer en Solymar, juntamos una cantidad de firmas. Yo sigo en el Nuevo Espacio y dentro del Frente Amplio, claro.
-¿Es feliz?
-(Se ríe un buen rato). Lucho y disfruto de la vida al mismo tiempo. Agrego que el año pasado, con la muerte de mi hermano (Felipe) fue muy impactante. Si me lo preguntás de nuevo, te digo: mientras que mi nieta siga sana, soy feliz.
Por César Bianchi
@Chechobianchi
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