Giorgia Meloni, la primera mujer en dirigir un Gobierno en Italia, quiere que la llamen "el presidente" —del Consejo de Ministros— en masculino, una elección correcta gramaticalmente, pero que no todos están dispuestos a cumplir, reabriendo un debate sobre el lenguaje inclusivo que lleva décadas sin cerrarse en la machista sociedad italiana.
La decisión de Meloni, de 45 años y líder de la coalición de derecha ganadora de las elecciones, apareció ya en el primer comunicado emitido oficialmente tras jurar el cargo, el pasado domingo, aunque el principal sindicato de la cadena pública RAI (Radiotelevisión Italiana) ya ha expresado su oposición, mientras algunos medios de comunicación han decidido que usarán el artículo femenino para referirse a ella.
"No hay prioridad gramatical. Existe una preferencia ideológica por parte de quienes ostentan este cargo. Desde el punto de vista lingüístico, puede decirse que el masculino está relacionado con la tradición (....), el femenino, que es absolutamente legítimo, lleva consigo una carga de modernidad más evidente, porque deriva de las reivindicaciones feministas realizadas desde los años 80", explica a EFE Claudio Marazzini, presidente de la Academia de la Crusca, principal institución lingüística y filológica del país.
El responsable de esta institución que se encarga de proteger la lengua italiana asegura que no se puede imponer "un uso obligatorio" ni tanto por parte de Meloni y los partidarios de "el presidente", ni como por sus detractores.
El techo de cristal del presidente
Meloni es una pionera que ha roto más de un techo de cristal en la masculina y veterana clase política italiana, pero lo cierto es que su partido, los Hermanos de Italia, y ella se alejan y mucho del feminismo, al oponerse al establecimiento de cuotas y en su gobierno de 24 ministros solo seis son mujeres.
La falta de precedentes de una mujer como primera ministra no significa que el debate lleve ya décadas entre los italianos con otros cargos similares como presidente de la Cámara de Diputados -la progresista Laura Boldrini exigía el femenino durante su mandato (2013-2018)- o del Senado -la conservadora Elisabetta Casellati (2018-2022), prefería el masculino-, explica Marazzini.
"El cargo de presidente de las más altas instituciones del Estado ya ha estado sujeto a fluctuaciones", añade, antes de revelar: "Personalmente, creo que seguiré llamando a Meloni 'la presidente del Consejo de Ministros'", pero "en la interlocución directa no dudaría en adoptar el masculino, por una forma de respeto hacia sus preferencias".
También "porque no se trata de una opción agramatical o antigramatical, sino simplemente de un uso tradicional, quizá minoritario en los últimos años, pero bien arraigado en el pasado de la lengua".
"No hay que temer estas oscilaciones: la lengua nunca es un monolito. Por el contrario, es precisamente en la variedad donde todos los hablantes pueden encontrar su espacio y pueden interactuar positivamente con los demás, superando cualquier diferencia, sin renunciar a sí mismos", explica.
Pero las críticas se suceden: "La primera mujer primera ministra se hacer llamar por el masculino, el presidente. ¿Qué le impide reclamar su primacía en el idioma? Treccani dice que los papeles deben ser declinados. ¿Afirmar lo femenino es demasiado para la líder de la FDI, un partido que ya se olvida de las Hermanas en su nombre?", se preguntó Boldrini en Twitter.
La diputada de Partido Demócrata aludía a la última edición del diccionario de referencia de la lengua italiana, del Instituto Treccani, que incluye por primera vez formas femeninas de sustantivos y adjetivos que hasta ahora sólo se registraban en masculino, como "médica", "notaria", "cirujana" o "arquitecta".
Política de género
Usigrai, el principal sindicato de la RAI, ha hecho saber que sus trabajadores deben acatar el Manifiesto de Venecia, que hace una referencia precisa al lenguaje de género, y que la política aprobada recientemente hace obligatorio el uso del femenino allí donde exista.
"Tal vez habría que ser más cauteloso al invocar la obligatoriedad. (...) Descarto que alguien intente 'imponer' al conjunto de los periodistas italianos su preferencia lingüística, ya sea por el masculino o por el femenino. En presencia de una oscilación determinada por las posiciones ideológicas, creo que todos pueden y deben mantener su plena libertad de expresión", explica el presidente de la Academia de la Crusca.
Como se ha visto con la RAI, los medios y los periodistas italianos se debaten sobre cómo llamar a Meloni ante una situación que deja a todos margen para su propia decisión.
"Creo que el giro histórico de tener una mujer al frente del Gobierno podría haber ido acompañado de un cambio en el lenguaje y en las palabras que se utilizan para definir a los políticos. A la costumbre de ver a una mujer estrenando se habría sumado la de adaptar el lenguaje a nuestros tiempos. Lástima", asegura a EFE Francesco Olivo, periodista que cubre la información política para el diario "La Stampa".
Su periódico, uno de los más importantes de Italia, ha decidido, "a pesar de la posición de Meloni, llamarla LA primer ministro".
Según Olivo, que cree que el objetivo de la nueva jefa de Gobierno es "distinguirse de lo que ella llama el discurso feminista", se abre "en cualquier caso una gran oportunidad para las mujeres, incluso más allá de las posiciones ultraconservadoras que quiere imponer Meloni".
Por Marta Rullán para EFE.
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