Un crimen brutal y la conducta subsiguiente del perpetrador conmovieron días atrás a la generalmente tranquila localidad de Abatiá, en el estado brasileño de Paraná.
Gilmar Ferreira de Souza, de 44 años, mató a puñaladas a su esposa, Adriana Carvalho Vieira, de 40 años. Tras cometer el crimen, el feminicida se tomó una selfie junto al cadáver ensangrentado de su pareja y publicó dicha imagen como estado de WhatsApp.
Según informa el medio local 24hNews, los hechos ocurrieron el pasado 2 de diciembre. Luego del crimen, Ferreira intentó quitarse la vida, sin conseguirlo.
Cuando la policía llegó a la finca encontró a la mujer exánime tumbada junto a la puerta de la cocina, y con un gran corte en el cuello. Cerca estaba tendido el agresor, quien fue trasladado a un centro de salud y luego arrestado. Se encuentra actualmente en prisión preventiva, a la espera de juicio.
El asesino era funcionario municipal y llevaba nueve años casado con la víctima. En 2016 ya había sido arrestado por intentar asesinarla, pero posteriormente habían retomado la convivencia. Testimonios de vecinos señalaron que la pareja “no mostraba problemas” y “parecía estar en paz” .
Adriana era conocida en la comunidad y participaba en actividades en una iglesia.
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