La vida de Jonathan Mastropierro no se parece a la de alguien que tiene 24 años. De hecho, su pasado tampoco.

Camionetas BMW y Jeep, estadías en casas de lujo de Punta del Este y un ritmo de vida de alto nivel son características del día a día de Mastropierro.

El joven, una de las víctimas en el caso del exsenador Gustavo Penadés y el docente de Historia Sebastián Mauvezín, fue antes condenado por estafa en 2019 y pasó 20 meses en prisión. 

Según dijo Mastropierro en entrevista con Montevideo Portal, el dinero que posee le permitirá vivir, al menos, de acá a “diez años más”. En el diálogo también reconoció que los dólares son producto de su pasado delictivo —sobre lo que reafirma que ya pagó con cárcel— y de los años en los que ejerció la “prostitución VIP” siendo menor de edad. 

Su primer delito fue a los 13 años, cuando, según dice, a partir de sus conocimientos informáticos secuestró miles de datos de usuarios de MercadoLibre y usó sus tarjetas de crédito para comprar artículos personales. Pero antes, a los 7 años, dio algún indicio del camino que tomaría más adelante, porque encerró a toda su clase de colegio en Lavalleja y saqueó la cantina. 

En 2023 las luces volvieron a estar sobre él, luego de su aparición en el caso Penadés. Mastropierro creía desde un principio que su pasado le pasaría factura. Según sostiene, la defensa del exsenador blanco apuntaría sobre él por ser un estafador, con el fin de desacreditar su versión, y por eso asegura que al comienzo se presentó ante Romina Celeste Papasso bajo el nombre falso de “Mateo”. 

Con el correr de las indagatorias, la fiscal Alicia Ghione avanzó y logró elementos firmes que permitieron la imputación de Penadés y Mauvezín.

Ahora, luego de algunos meses en silencio, pero siempre al tanto de lo que pasa en los medios y de lo que se dice sobre él, Mastropierro habló sobre la causa.

En la entrevista con Montevideo Portal, respondió sobre algunas polémicas que lo tuvieron en el ojo de la tormenta. Por ejemplo, la relación que mantiene con la fiscal Ghione. Al respecto, afirmó que en ningún momento el vínculo llegó al grado de que él la llevara a su casa. 

Además aseguró que, para la causa Penadés, la Policía siguió usando información de un celular que le fue incautado cuando era investigado por las estafas. En relación al caso, aseguró que fue una de las víctimas amenazadas durante los primeros meses de las indagatorias y en diversos controles policiales lo paraban, sin razón aparente. También, aunque sin dar nombres, Mastropierro afirma que hay otros legisladores que pagan por sexo a menores.

¿Cómo han sido estos meses desde que usted apareció en el caso Penadés? 

Yo al principio lo viví desde el anonimato, tranquilo. Luego de la exposición, lo viví en carne propia, con el señalamiento por parte de Penadés y de la defensa de que yo era ideólogo de una trama que luego se comprobó que no era así. En parte, me sentí atacado. Sufrí persecución. Viví lo que es chocar contra alguien que tiene poder, cuando yo no tenía intenciones de denunciarlo. Por algo desde el principio usé una identidad tapada; para que Romina no usara mi nombre, sino más bien para apoyarla. 

¿O sea que el motivo de presentarse con una identidad falsa fue ese? 

Sí, porque yo ya tenía un pasado turbio y no quería saber nada de esto. Si yo llegué a Fiscalía fue porque la fiscal me mandó llamar, porque Romina dijo: “Mirá, habló tal persona conmigo desde este número”. Investigaron y supieron quién era. Yo le dije al fiscal en la cara que no quería hacerle una denuncia a Penadés y no se la hice. Estoy en la causa como víctima porque una vez que ella toma conocimiento, investiga de oficio el delito. Si yo quería denunciarlo, voy y hago yo la denuncia. 

¿Cómo fue el vínculo con Penadés?

Fueron dos encuentros puntuales. Uno cuando era menor de edad y otro cuando ya era mayor. En el segundo fue con otra persona, que también se comprobó que era mayor. En el primero fue siendo menor con 17 años, por intermedio del otro ahora imputado, Mauvezín, cuando yo me dedicaba a la prostitución VIP. Y nada, él coordinó una cita que se dio. Penadés me levantó en el Centro y nos fuimos al lugar. 

¿Ese es el modus operandi de Penadés? 

Sí, sí. Igual a mí como víctima de la causa me consta que él no está preso solo por dichos de personas que estuvieron con él. Por algo, en dos oportunidades, dos Tribunales de Apelaciones diferentes confirmaron las sentencias en su contra. La gente que sale a abanderarse diciendo: “Ah, es todo mentira”... Hay un montón de cosas que están bajo reserva, hay un juicio en proceso. Tendrían que llamarse al silencio y dejar que la Justicia actúe porque él no está preso solo por la gente que lo señala. 

¿Usted tuvo acceso a la carpeta? 

Sí, claro, en todo momento, constantemente. Mi abogada y yo. 

¿Cómo cree que impactó la denuncia falsa contra Yamandú Orsi en el caso de Penadés? 

Impactó mal. El tema acá es que por el hecho de que Romina haya mentido, eso no quita que Penadés no sea culpable. Dicho de otra manera, no le quita responsabilidad a Penadés por lo que está siendo investigado. En el caso de Penadés, Romina destapó una olla... No olvidemos que Borsari y otras personas del Partido Nacional en ese momento aparecieron mencionadas. Que después ella se haya subido al carro y haya querido una compensación económica, y tenga sus motivos que yo los desconozco, bueno, eso va a ser ella y tendrá que pagar a la Justicia. 

¿Usted conoce a las otras víctimas? 

No, sinceramente, no sé quiénes son. Ahora, Paula Díaz aparece diciendo que Romina prepara a la gente y los lleva a Fiscalía; dice ella que hay un registro. Bueno, que lo muestren, porque ayudaría en la causa. Uno busca que esto sea transparente, que no se siga ensuciando porque hay demasiado barro. Los que embarraron la cancha fueron Penadés y su defensa cuando trataron de amedrentar víctimas, de hacer un seguimiento. A los que ellos conectan en mi camioneta, arriba de mis camionetas —de la BMW y de la Jeep— no aparecen en la causa.

Sí se les tomó declaración. 

Sí, pero nunca comentaron hechos siendo menores de edad. Son personas que comentaron hechos siendo mayores. Ellos no saben quiénes son las víctimas, ellos se guían por personas que están en el ambiente gay que Penadés los reconoce porque estuvo con ellos, pero esas personas no lo están denunciando.

Usted habla de transparencia, ¿no sería mejor haber dado el nombre de los denunciantes a las defensas? 

Me parece que no, porque hay una diferencia abismal en lo que es acceso a una defensa justa, porque el loco tiene poder. Sin saber los nombres, el loco hizo un operativo bárbaro a través del Estado. A mí me detenían en el auto con gente, le pedían datos a las personas, no comunicaban al CCU [Centro de Comando Unificado], no era nada ajustado a derecho ni a protocolo. Me detenía gente que luego terminó procesada, me seguía gente cuando tendrían que estar trabajando para el Estado y estaban con Penadés. Si se hubierab conocido los nombres, en menos de 10 días no quedaba nadie. Todavía hay una persona que estuvo con él que —y oh casualidad— iba a presentar la denuncia y apareció muerto. Y eso está sin aclarar. 

En la última audiencia del caso, la fiscal Ghione vincula las estafas cometidas por usted con Penadés por un mensaje que usted envió a otra persona hablando de “papá Penadés”. 

Sí, se trata de un iPhone que yo tenía, que está en poder de Interpol. Me consta que Interpol, de mala fe y cinchando para el lado de Taroco, persuadió a la fiscal a que agregara eso.

Jonathan Mastropierro. Foto: Ministerio del Interior

Jonathan Mastropierro. Foto: Ministerio del Interior

¿Es el mismo celular que se pidió examinar ahora? 

No. Yo confío en el equipo fiscal, pero no estaban dadas las condiciones para que se me incaute un teléfono porque yo no soy imputado en la causa. A mí no se me está investigando por nada. Es más, si estoy en calidad de víctima, ¿por qué a mí se me incautaría el teléfono? Nunca me quisieron devolver el teléfono, lo reclamé en su momento con la fiscal Pérez y no tuve respuesta. 

¿Ese celular en el que se menciona a Penadés es viejo entonces?

Sí, de hace muchos años. En un momento desistí y procedí a resetear el teléfono a la distancia. Cuando yo voy a hacer este reseteo, me encuentro con que el teléfono había sido reseteado y estaba con otra cuenta de iCloud. 

Pero precisamente con este tema de las estafas...

En eso, había un comentario de una chequera de un cliente VIP con el que yo había estado y se le había extraviado, pero luego apareció. Nadie usó la chequera, no hay una denuncia de nada, o sea, en un encuentro el hombre fue con la chequera y se le perdió la chequera. Listo. Y yo cuando hablaba con él, decía “papá Penadés” a modo de chiste, pero son conversaciones privadas. 

¿Pero eso en qué contexto?

Yo jodía que se la iba a dar a “papá Penadés”, pero es eso nomás, chistes, conversaciones privadas. Yo cruzaba mensajes con otras personas que se dedicaban a lo mismo que lo veían o estaban con él y usaban el “papá Penadés” por la diferencia de edad. Por eso yo también me refería a él de esa forma. 

En la última audiencia se da a entender una posible vinculación entre la denuncia falsa contra Orsi y Penadés. ¿A usted le consta? 

Yo he visto en las redes que Romina hizo un comentario, pero no hay ningún vínculo para mí entender. Ella dice: “Yo podría haber denunciado a cualquiera”, pero es un fragmento por lo que no podría decir si él tiene algo que ver con el tema de la denuncia falsa. Además, hay un tema: Romina dice cosas sin pensar; tira cualquier bomba y después tiene que meter reversa a fondo. Entonces, hay una realidad, no tiene nada que ver una cosa con la otra.

¿Usted dice que Penadés o alguien de su círculo no impulsó a Romina Celeste a idear la denuncia? 

No, no lo creo sinceramente. Yo creo que hay un nuevo operativo para sacarlo libre. ¿Cuál es el fuerte de la defensa de Penadés en este momento? Es que Romina mintió en el tema Orsi, entonces, con esto en mira se pone en duda todo y está bien, porque es su juego como abogados, pero que no intenten hacer lo que ya hicieron. Yo no voy a permitir que ellos entren a mi teléfono porque hay cosas personales. Sí pueden consultarlo porque yo no tengo nada para esconder, que se fijen si hay algo relacionado a lo que ellos buscan, pero no que tengan una copia. Indirectamente me están amedrentando.

Con respecto a las estafas, ¿usted cree que fue la Policía quien buscó que la fiscal investigara la vinculación con Penadés? 

Sí, y la fiscal investigó y no hay nada.

¿Pero por qué lo diría en una audiencia?

No sé, la verdad. 

¿Habló con Romina después de lo de Orsi? 

No, porque estaba detenida. Sí me acerqué a la sede de Interpol para acompañarla, llevarle comida y una frazada, pero no necesitaba y no fue necesario. ¿Por qué? Porque nadie está libre de eso. Yo estuve preso, sé lo que es pasar mal. Yo en ese momento no conocía el caso y para mí Santo y Seña es puro show. No hay periodismo. Entonces no me guío por eso y fui a ver si Romina estaba bien. 

¿Cuál es su relación Ghione? 

Mi relación es excelente, muy profesional. Yo lo que veo de parte de Nacho Álvarez es que desde el principio está ensañado con Ghione por temas personales. Lo ha dejado ver. Una persona, cuando está tanto tiempo frente a las cámaras, se deja ver. Conmigo la fiscal siempre ha sido respetuosa. Sí hay unos chats, porque como víctima yo no quería ni acercarme a la Fiscalía. Yo me levantaba en mi casa y me encontraba con mi camioneta con las ruedas reventadas, me ponían autos particulares frente a mi casa. ¿Qué iba a hacer yo? ¿Denunciar a Penadés? Me pasó el número la fiscal, me dijo que cualquier cosa le avisara y siempre fue un vínculo respetuoso, y no era su número personal sino el institucional.

¿Y eso de que usted la llevó a su casa es así?

Eso es falso, que compruebe lo que dice, porque nosotros no tenemos ningún vínculo. Ella no estuvo tampoco nunca en mi vehículo. Un día Nacho Álvarez me llama, de noche tarde, y me preguntó si podía ser que yo conociera al hijo de la fiscal. Yo quedé mudo, porque si me dijo “puede ser”, yo asumo que él ya tiene algo y capaz que el hijo es amigo mío de algún ambiente o yo me lo crucé. Entonces, le digo “puede ser”, pero después se comprobó que no era así, de hecho nunca confirmé nada. Pero no, no tengo ningún tipo de vínculo. A mí juicio, Nacho Álvarez es parte de la trama para salvar a Penadés. 

En la trama de Penadés, se habla de una relación entre un boliche al que usted le hace relaciones públicas que queda al lado de otro boliche en el que trabajó Romina Celeste. 

Todos los boliches de Montevideo están rodeados de menores, nosotros no lo permitimos, porque te cae Inau y te encuentra un menor adentro y es carísima la multa. Los locales bailables, además, no son nuestros. Con Romina Celeste hay una gran diferencia de tiempo entre uno y otro, y eso no quita que Penadés no sea culpable. Ellos no pueden armar una defensa... no tienen nada. La defensa de Penadés va a dejar suposiciones, yo esperaba mucho más de la defensa de Penadés. 

Yo lo único que espero es que a Penadés lo condenen porque quiero cerrar esto, porque dicen que hay un móvil económico, pero ¿yo qué necesito de Penadés? Tengo dinero como para pasar 10 años lo más bien. Yo no tengo interés de hacerle algo al hombre, yo vi lo de Romina, la estaban atacando y la quise ayudar.

¿Usted cuando estuvo con él siendo menor, se dio cuenta de que lo que pasó estaba mal?

Yo no me pongo a pensar eso, porque era algo por algo. Si yo me pongo a pensar sobre esto, me tengo que poner a pensar en toda la otra gente con la que estuve y los tendría que denunciar. Obvio que sabía que configuraba un delito, pero si a la otra persona no le importa, a mí menos porque no iba a ir preso. Porque si tuviera interés en denunciar, te puedo asegurar que tendría un montón de gente en cana, pero no busco eso. 

Pero hay otras familias, de contexto crítico, que capaz que sí necesitan el dinero y ven allí una oportunidad de alcanzarlo. 

Capaz que sí, pero como no conozco a las víctimas no te podría decir si efectivamente buscan solo eso o en realidad quieren justicia.

¿Hay más gente del sistema político relacionado a la causa Penadés? 

No con el tema Penadés, no lo sé, pero sí parlamentarios, sentados en bancas, que pagan por sexo a menores de edad. 

¿Legisladores? ¿De qué partido? 

Sí, senadores, diputados o gente de la política que tiene presencia en los medios.

¿Se le viene a la cabeza algún nombre? 

No, prefiero no decirlos. 

Pero… 

No, en serio, no los voy a decir. Ni eso, ni el monto que cobraba. 

¿Mauvezín trabajaba para Penadés? 

No sé. A mí me consta, porque sigo en el ambiente, que no solo era Penadés a quien lo conectaba con otros jóvenes. 

¿Podría estar dentro de una red de trata? 

Sí. ¿Vos pensás que va a vivir solo de lo que le daba Penadés? Mauvezín, a mi juicio, era otra víctima de Penadés porque lo tenía adoctrinado para acercarle menores. Mauvezín ganaba por esto, no lo hacía por amor al arte. La cagada fue que empezó a llevarle personas de contexto crítico, personas que tienen necesidades... Yo para estar con una persona de ese tipo, cobraba muchísima plata comparada con lo que les pagaba a los menores. Yo cuando vi la copia de la sentencia y pagaba $ 2.000, totalmente... asqueante. Yo cobraba en dólares y era mucho más alto. 

¿Cómo sigue la causa del accidente de tránsito por el que fue imputado?

Y sigue su curso, porque no llegué con la otra parte a un arreglo. Espero antes de la próxima audiencia llegar a un acuerdo reparatorio, que sea justo y que sea dentro de lo razonable. Por eso me asesoré con personas que saben del tema y que sea algo justo para cerrar esto.