Fotos: Javier Noceti


A los 8 años Daniel Martínez supo que quería ser ingeniero. Lo mamó de pequeño, en su casa, ayudando a su padre debajo de un Renault Gordini, arreglando lavarropas, tocadiscos, haciendo muebles o incluso llaves. "Crear, buscar soluciones", dice él. La Facultad de Ingeniería estaba cantada. El camino político no tanto, se le fue abriendo a su paso desde que en diciembre de 1973, año del golpe de Estado, se vinculó al Partido Socialista. El mismo sector que hoy, cuando Martínez tiene 63 y aspira a la reelección como intendente de Montevideo, no lo apoya.

En el medio, Martínez fue sindicalista de Ancap, integró la cúpula del Pit-CNT, volvió a oficiar de ingeniero en el ámbito privado hasta que Tabaré Vázquez lo llamó en el primer gobierno de izquierda. Desde entonces fue presidente de Ancap, ministro de Industria, legislador, intendente de Montevideo y candidato por el Frente Amplio (FA) a la Presidencia de la República ("mi máximo orgullo", dice). Hoy pasa raya y saca conclusiones. Dice que está convencido que no fue el padre de la derrota "pero que digan lo que quieran".

Cruza dos o tres veces a Laura Raffo, a quien le achaca que tiene un profundo desconocimiento de cómo funciona el sistema público, y que propone cosas que ya se están haciendo. "Quizás está mal asesorada", esboza. Al gobierno le reconoce un buen manejo de la pandemia, pero dice que su escasa inversión en políticas para contrarrestar el impacto social y económico dejará huellas. Y afirma que el gobierno repite una receta neoliberal: "Hay gente que habla del Antel Arena o la regasificadora. ¡3.000 millones de dólares le salió a Uruguay la crisis bancaria del 2002! Eso fue producto de la obsecuencia neoliberal, que yo la veo repetir", dice.

Martínez también habló de las actas del Tribunal de Honor con las confesiones de Gilberto Vázquez. "Hay gente que tiene especulaciones. ¿Por qué lo pidió Familiares (ahora)? O están haciendo una investigación de todo, lo cual estaría bueno, o alguien les sopló... cosa que no tiene nada que ver con ese hecho, sino con otros hechos de pública notoriedad que están pasando ahora. En aquel momento no podían haberlo leído porque (las actas) no estaban en el informe que firmaron la ministra y el presidente", sostiene.

-¿Qué episodio puntual lo llevó a la militancia política?

-No hubo un episodio puntual. Yo venía de una familia que no estaba metida en política, con una madre muy católica y conservadora, con un padre agnóstico total que decía que "los curas, los policías y los políticos no sirven para nada". Pero él me inculcó el trabajo de muy joven, cuando fui boletero y luego portero de un cine, después pelé ajos, lavé persianas, fui pintor de obras, hice de todo un poco hasta que con 18 años ingresé a la Facultad de Ingeniería.

Yo iba a los Maristas -éramos todos hombres, allá en 21 de Setiembre-, y en el 71, con 14 años, nace el Frente Amplio. Yo me integré a una barra de muchachos que se decían del FA: Me entró a gustar eso. Ese año había que hacer una monografía de Historia y yo con 14 años elegí escribir una monografía sobre Lenin: "El Estado y su revolución". Sentí que lo que yo había leído era mucho más coherente con el mundo de solidaridad y valores que yo había recibido en mi educación cristiana que lo que yo veía en el comportamiento de mi entorno. En 1972 pisé un comité para ver qué era, y me decía frenteamplista, pero seguía siendo un botija que estudiaba y trabajaba pelando ajos. Hasta que el 9 de julio del 73 hubo una movilización contra la dictadura y con unos amigos fuimos. Vi a los milicos dar palo, dejar gente ensangrentada, y con ese mesianismo que nos habían inculcado los curas, pensé: "Yo tengo que luchar contra estos hijos de mala madre". A fines del 73, por la prima de un amigo, empezó mi pertenencia al Partido Socialista.

-En noviembre perdió por un punto porcentual en el balotaje. ¿Por qué se golpeó el pecho la última noche de noviembre de 2019, cuando se subió al estrado frente a la militancia frentista y todavía se contaban los votos?

-Es poco importante... Es modernidad líquida. Lo que te puedo decir es que yo estaba feliz. ¿Por qué? Porque yo pensé que el FA iba a perder por 100.000 o 150.000 votos. Yo había empezado la campaña siendo 10 contra 1 las posibilidades, empezamos con el 28-30% nuestro FA, había que remar y remar, y lo supimos siempre. Esa noche del balotaje yo vi que estaba muy difícil (ganar) porque teníamos que tener dos de cada tres votos observados. La idea era que la gente se fuera tranquila, había habido unos conatos de violencia. Y la verdad que después de pensar que íbamos a perder por 150.000 votos y perder por 30.000 y poco, ¡yo me sentía feliz! Si me golpee el pecho porque estaba feliz... Parecía que el FA iba a perder por paliza, que íbamos a terminar destrozados, y no salimos destrozados. Salimos dolidos, heridos y perdimos, pero epa... estuvimos a un corte de uñas de tocar el cielo con las manos.

-¿Por qué perdió el FA su cuarto gobierno consecutivo?

-Yo creo que es multicausal, y es parte de lo que el FA tiene que discutir. No me quiero adelantar porque aparte soy uno de los involucrados en el análisis. Lo que queda claro es que hay componentes de la visualización que tuvo la ciudadanía sobre el gobierno nacional, hay componentes de la realidad de la fuerza política, y hay componentes de los candidatos. Dejemos que el FA dé el debate y en su momento veremos. Soy parte involucrada.

-Es que precisamente, muchos lo señalaron como el padre de la derrota. ¿Qué cuota de responsabilidad cree que le corresponde?

-Tener, la tengo en algún porcentaje. Que no soy el padre de la derrota estoy convencido. Es fácil buscar culpables, pero creo que es bastante más complejo y le haría bien al FA entender y discutir con fraternidad la multicausalidad. Yo no sé si es el porcentaje que dijo (Yamandú) Orsi o no... Dijo que el 80% (de la culpa es) del gobierno, 15% el Frente Amplio y 5% los candidatos. No sé si ese o es más de los candidatos, pero es multicausal.

-A la persona, ¿cuánto le afectó la derrota? Hablo de todo el estrés de la campaña, sumado a no haber ganado.

-En el fuero íntimo de mi familia hablábamos de 90 contra 10% las probabilidades de ganar...

-¿10% de chances de ganar?



"En el fuero íntimo de mi familia hablábamos de 90 contra 10% las probabilidades de ganar las nacionales. Me afectó el desgaste, y es ahí donde yo me critico. Si uno es un robot que termina haciendo 18 actividades por día, uno pierde la esencia de sí mismo"

-Claro, entre los más cercanos hablábamos eso. O sea que la derrota en sí no me afectó, porque era lo más posible. Sí el desgaste, y es ahí donde yo me critico. Traté de dar vuelta la torta en base a un sacrificio, a un esfuerzo personal, que creo que fue contraproducente hasta para la campaña. Porque si uno es un robot que termina haciendo 18 actividades por día como las tuve (nunca menos de 12 o 14 por día), uno pierde la esencia de sí mismo.

-Se lo pregunto porque confesó en Telemundo que durante un tiempo había perdido la memoria a corto plazo... ¿Tuvo que acudir a psicólogo o a psicofármacos por el desgaste de la campaña?

-Con eso que dije (en Teledoce) fui demasiado sincero... No era tan grave tampoco. Mirá, hice un espectacular parrillero de chapa para la azotea, que requiere cortar, medir, calcular, soldar, y mi cabeza funcionaba perfecto. Es más, me hice un examen completo y puedo asegurarte que soy el candidato de las últimas 10 intendencias que ha sido más revisado, estudiado y el que tiene mejores resultados de salud. Ni un análisis me salió mal, las resonancias perfectas. Todo bien. Pero de vuelta: la modernidad líquida y los amigos de Cambridge Analytica, ¿no? Tú sabés que ya desde las elecciones nacionales hay gente trabajando... y están los bots y los trolls.

-Pero lo dijo usted mismo.

-No, está bien, pero vuelvo a decir: la modernidad líquida hace que algunas cosas se estudien: "Esto viene bien para explotarlo, peguémosle por acá en redes". Yo no pago miles de dólares por mes para mantener una estructura para andar creando bots y trolls, y así generar tendencias en Twitter. No lo hago. Es generar hechos políticos donde no los hay. También estoy en contra, porque lo sufrí -y ahora está (Álvaro) Villar sufriéndolo- en contra de los portales truchos. Es una canallada. Eso no se hace. Mi forma de hacer política tú la conoces. Siempre trato de debatir ideas, y la cosa banal de la modernidad líquida trato de que no influya tanto. Soy un político de ideas.

Y no tuve que ir a terapia ni apelar a psicofármacos, no. Tampoco para poder dormir. Duermo como un bebé. Sí tuve contracturas, y ahí tomé relajantes musculares, pero nada fuera de lo normal. Me hice exámenes de sangre, ando bárbaro, aparte tengo un cuerpito limpio, nunca consumí una droga. Salgo a andar en bicicleta, hago gimnasia para la columna. En las recorridas canso a gente 20 años menor que yo.

-Usted anunció que no sería candidato a la IM, incluso cuando se lo preguntó Álvaro Villar, entre otros. Unas semanas después decidió presentarse. ¿Qué lo hizo cambiar de opinión?

-Tuve muchas llamadas, muchas visitas, mucho Whatsapp de la gente de los barrios. Tú sabes que hace 20 años que recorro los barrios, hago política desde el contacto de la cercanía y no yendo a hablar donde hay problemas antes de las elecciones, sino continuamente. "Pelusa" (Shirley Medina) siempre lo dice: "Daniel hace 20 años anda en los barrios, con pata en el barro, sin ser él nadie sino alguien solidario y lejos de cualquier período electoral". Y como ella te lo pueden decir otros 30 militantes sociales. Muchísima de esa gente me escribió, me vino a ver, me llamó.

-¿Qué le dijeron para convencerlo?

-"No nos dejes solos, Daniel. En vos confiamos". Pah, es algo que conmueve, que te empuja y te cuestiona. Yo ya había tomado la decisión de alejarme de la política en el 91, cuando era miembro del secretariado ejecutivo del Pit-CNT, y ese año decidí que quería dedicarme a mi carrera de ingeniero y no quería ser más dirigente. Después, bueno, Tabaré (Vázquez) me ofrece la presidencia de Ancap y está todo eso de poder contribuir al primer gobierno de izquierda de Uruguay. Y después, una cadena de hechos que termina en mi máximo orgullo: ser el candidato único del FA a la Presidencia de la República. Yo no reniego de eso, aunque estaba convencido de que perdíamos... o era lo más probable. De corazón: es mi máximo orgullo. Y después, que digan lo que quieran. Quieren hacerme el Mariscal de la derrota, no importa.

Entonces, te decía, me llama esa gente, y hubo un montón de grupos políticos y dirigentes que vinieron a verme. Cristina Lustemberg estaba en Punta Negra y yo en San Francisco, ella tuvo mucho que ver. Y un día vienen (Pablo) Ferreri, Álvaro García y Gustavo Leal y me dicen: "Nos bajamos los tres si tú agarrás". Y ahí pesó el deber ser, la responsabilidad de la conciencia. Y acá estoy.

-Hay frentistas que explican en ese cambio de postura el no haberlo apoyado. El Partido Socialista (PS), por ejemplo, que apoya a Carolina Cosse, o su ex compañera de fórmula que apoya a Álvaro Villar. Graciela Villar me dijo: "Daniel dijo que no, Daniel dijo que sí, Daniel dijo que no, Daniel dijo que sí y para ese momento ya habíamos decidido apoyar a Villar". El PS, por otra parte, es su partido de toda la vida, y no lo apoya. ¿Usted los entiende?

-La libertad es libre. Yo no voy a juzgar a nadie, y nunca le pedí fidelidad incondicional a nadie, así que... El Partido Socialista ya había tomado decisiones en su momento. Los respeto. Dejala ahí. Ninguno de los grandes grupos me apoya, sí grupos importantes como Asamblea (Uruguay) y la Vertiente (Artiguista) y muchísimos más pequeños, soy sin dudas el que recorro una amplitud ideológica, organizacional, más amplia. No tengo al MPP con su organización, que apoya a Villar, no tengo al PCU con su fuerza de estructura que apoya a Carolina (Cosse), tengo mucha más gente, pero ta... Lo otro es casi una anécdota; cada uno sabe por qué lo hizo. Y yo lo respeto.

-La limpieza de la ciudad es la gran preocupación de los montevideanos, según las encuestas. El FA no ha podido con la basura. ¿Qué planes tiene para resolver esto?

-Hay un 62% de montevideanos que aprueba mi gestión, ¿verdad? El único tema que tenemos negativo es la limpieza. Aunque fue mejorando con el tiempo, mirás para atrás y era mucho peor. El sistema de recolección donde la gente tire todo junto en un contenedor y vaya un camión y levante, en Montevideo con la cultura que hay, no existe. Hoy hay camiones y contenedores de sobra... Imaginate 1.300 dólares por 40 todas las semanas quemados. Multiplicá y fíjate cuánta plata es eso. A veces por error humano, pero muchísimas veces (lo tenemos filmado) se queman adrede. Pero por el motivo que sea, hay un porcentaje chico de la ciudadanía que tiene una actitud agresiva contra la limpieza de la ciudad. Así pongamos sensores en cada contenedor, tendríamos que poner un ejército de funcionarios limpiando permanentemente.


"Me dijeron: 'No nos dejes solos, Daniel. En vos confiamos'. Pah, es algo que conmueve, que te empuja y te cuestiona. Un día vienen Ferreri, García y Leal y me dicen: 'Nos bajamos los tres si tú agarrás'. Y ahí pesó el deber ser, la responsabilidad de la conciencia"

En nuestra Agenda Verde decimos que tenemos que ir hacia algo ecológicamente más responsable. Esto es clasificar en origen y luego recoger por separado y que eso que tú recoges sea lo orgánico, que se convierta en compost, sea el plástico que en sus diferentes versiones se convierta en materia prima, en un proceso industrial, sea el vidrio para fundir en un nuevo vidrio, sean los metales y la chatarra, que se convierta en algunas fundiciones. Que sea convierta todo en economía circular, en materia prima de procesos cortando el círculo vicioso de seguir llenando el planeta de residuos y tirando todo al vertedero. Vamos a hacer una prueba en unos días en un complejo de viviendas, vamos a empezar por 500 hogares, y la idea es terminar el período con un 20% de los montevideanos cuyos residuos se clasifiquen. No es fácil. Una cosa es un complejo de viviendas, un hotel o restaurantes, pero no en todas las casas podés poner tres tachos de basura.

-Propuso un plan de obras con una inversión de 250 millones de dólares. Hábleme de las "ocho agendas de las transformaciones". Ya me habló de una.

-Una de esas agendas es un plan de obras que abarca tres áreas principales: lo urbanístico, lo medioambiental y la integración social. A su vez, ese plan de obras abarca tres aspectos. Pero estamos haciendo una propuesta muy integral y muy global. Soy el intendente que invirtió más en valores reales en la historia de la Intendencia, aún actualizando valores de los años 20 o 30 del siglo XX. Podrían preguntar: si invertiste 800 millones de dólares, ¿por qué ahora hablás de 250? Bueno, tú ves que en las otras cosas hay dinero también. Nosotros jerarquizamos la apuesta a lo social, la apuesta al trabajo. Y todo con recursos genuinos, no con préstamos. ¿Sabés por qué esa inversión? Porque estamos convencidos de que este período -no solo por la pandemia sino por el impacto de las políticas del gobierno-, va a haber un decaimiento económico para la gente. La redistribución de la riqueza, el consumo, la calidad de vida de la gente va a caer. Ojalá me equivoque.

Yendo a las otras transformaciones: gracias a que está por inaugurarse la obra de saneamiento más importante desde que se hizo el colector para el otro lado, el colector de Punta Yeguas (que dará calidad ambiental a las ocho playas del oeste) y lograr la certificación para cuando llegue la fecha de conmemoración de fines de 2023 y 2024, que recuerda que hace 300 años (Bruno Mauricio de) Zavala sacó a los portugueses... Por eso se llama Plan 300 Años de Montevideo. Bueno, decía, la idea es que las ocho playas estén certificadas.

Queremos avanzar hacia que Montevideo sea una capital agroecológica. Ya empezó a serlo. Fue iniciativa en mi período, y terminó votado en la Junta (Departamental) la prohibición del glifosato, y estamos proponiendo huertas orgánicas a lo largo y ancho de Montevideo, ayudando a complementar la alimentación de mucha gente en la periferia. Después, seguir trabajando en asentamientos, seguir construyendo calles y asfaltando donde no había, iluminar algunas viviendas, lo que implicaba que llegaran los taxis y ambulancias donde antes no llegaban. Y hacer vías como ensanchar Luis Alberto de Herrera, mejorar Batlle Berres, seguir avanzando en la rambla del Cerro, el ensanchamiento de Avenida Italia a la altura de Barradas, así como también embellecer la rambla de los montevideanos. Y queremos llegar al 95% de Montevideo cubierto de saneamiento.

-¿Ahí están las ocho transformaciones?

-No, ¡voy por el segundo punto recién! ¡Es que es un plan integral! Además, está la Agenda de Cultura Ciudadana (trabajar en el cambio educacional para respetar las playas, educar sobre la basura diferente o el comportamiento en el tránsito). La Agenda de la Movilidad y el Transporte, que implica la integración de todos los sistemas de transporte, con políticas específicas para fomentar las bicicletas y la peatonalización. La Agenda de Convivencia, donde están los Sacude y de avanzar hacia una política donde estén mucho más integrados. La Agenda Productiva que implica la Agencia de Inversiones de Montevideo, pero también contrataciones de ciertos sectores de la sociedad más vulnerables para que consigan trabajo, y la promoción del emprendedurismo. La Agenda de Innovación: seguir avanzando en esta explosión tecnológica que motivó que el año pasado Montevideo haya sido una de las seis ciudades calificadas para competir por el premio a la ciudad más inteligente del mundo, certamen en el que ganamos en el rubro Gerenciamiento de Proyectos. Y por último, la Agenda de Conmemoración y Festejo por los 300 años de Montevideo. Tenemos derecho a celebrarlo, con premios y concursos.

-La semana pasada para este espacio entrevisté a Laura Raffo, y me dijo que le reconocía a su gestión la preocupación por parques y áreas verdes, así como el avance en el saneamiento. Pero me dijo que "en gestión y administración hay mucho por mejorar". Habló de una mala gestión suya, y dijo que el shock de infraestructura no era tal, porque muchas obras no se terminaron a tiempo y todavía tienen trancada a Montevideo. O que se le adjudicó obras a una empresa que a los tres meses se fundió.

-Laura Raffo va a tener un problema: le va a llevar mucho tiempo entender cómo funciona el sistema público. Lo que dice refleja desconocimiento de cómo funciona el sistema público. El sistema público tiene retrasos producto de la apuesta a la transparencia, cosa que reafirmamos, y la lucha contra cualquier tipo de corrupción. En el sistema público tú tienes que lograr el financiamiento (el Fondo Capital, sólo eso, llevó casi un año hasta que la Junta lo aprobó), después sí hicimos cosas internamente que nos permitieron generar ahorros, que a su vez nos permitieron hacer otras obras. No vino el mago Merlín y nos dio 800 millones de dólares. Los peleamos. Luego, se hacen licitaciones. Ahí hablo de transparencia y excelencia. Hubo pliegos que estuvieron más de seis meses siendo revisados cada coma, cada frase.


"Tenemos que ir hacia algo ecológicamente más responsable. Clasificar en origen y recoger por separado. Que sea convierta todo en economía circular, en materia prima, cortando el círculo vicioso de llenar el planeta de residuos y tirando todo al vertedero"

Sabrá de algunas cosas Laura Raffo -no sé de cuáles-, pero la invito a que profundice en qué implicó ser premiada como la ciudad que mejor gestiona los proyectos. Implicó excelencia, hubo quien nos controló permanentemente. En cada proyecto había un equipo con jefes de muchas áreas. Y después, dice que una empresa se fundió. Sí, es verdad. Nosotros teníamos sospechas, pero ¿cómo vamos a cometer la arbitrariedad de no darle la obra si no teníamos elementos legales para hacerlo? ¿Le vamos a decir "no te la damos porque sospechamos que estás mal"? Por su desconocimiento del sistema público, o tal vez porque no tiene una apuesta a la transparencia y a la ética de la misma forma en que yo la hago, dijo esas cosas. Nosotros preferimos perder tiempo pero hacerlo muy transparente. Nosotros -una vez que logramos los ahorros- no podíamos hacer todo junto. Si no diferíamos en un plazo de tres años las obras, había que pedirle a 1.300.000 montevideanos y los 300.000 que vienen a la capital por semana: "Váyanse a otro lado, desaparezcan todos, terminamos las obras y vuelven".

Creo que no tiene mala intención, lo que hay -como mucho de lo que dice Laura Raffo- es muchísimo desconocimiento.

-Álvaro Villar habló de un plan de transporte que incluiría un tranvía, un tren y un MetroBus, una inversión de 500 millones de dólares. ¿Qué necesita Montevideo para mejorar el transporte público?

-Cuando asumimos Montevideo calculamos más o menos cuánto se necesitaría para hacer de Montevideo la mejor ciudad del mundo, y ahí se incluía no solo lo que teníamos que poner nosotros sino también lo que tenía que poner el gobierno para la parte de vivienda, y me daba 8.000 millones de dólares. O sea, 16 años de recaudación de la IM y si todo lo ponía para inversión -no pagaba sueldos, no pagaba funcionamiento, no pagaba nada-, y también tenía que pedirle al millón y medio de montevideanos que se fueran, para hacer todo, ¿no? Y ahí te la dejaba perfecta... Por tanto, como eso es imposible, siempre hay que elegir.

La propuesta que planteó Álvaro yo también la recibí, es la idea de un privado. Nosotros hicimos un estudio de la realidad económica de la IM -conocemos muy bien los números, tenemos esa ventaja-, y decimos que tenemos un plan integral, no una inversión estrella, sino un plan integral que trabaja en todo Montevideo, con especial acento en aquellos sectores de exclusión social. Entendemos que si hacemos una inversión de 500 millones de dólares supera lo que la IM puede hacer o deja muy comprometida a las futuras administraciones. Y no nos va a permitir trabajar por la inclusión social y el desarrollo de Montevideo de forma pareja, y poniendo el acento en aquellos lugares de mayor vulnerabilidad. A mi entender es inviable. Y si sumás, son decenas de ideas las que requieren recursos. La infraestructura que yo propongo son 250 (millones de dólares), pero hay otras ideas que también requieren recursos.

Yo prefiero apostar a un plan global donde la IM barra la cancha y colabore con el embellecimiento de la ciudad, y atender los problemas más cruciales de los más desposeídos en todo Montevideo, antes de concentrarme en el transporte.

-¿Le parece bien que desde la cúpula del FA se haya decidido no debatir con Laura Raffo y no reunirse con el presidente? Su competidor interno, Álvaro Villar, quería la entrevista y el debate.

-Igual te digo: cuando estuvimos reunidos fue unánime la decisión, no hubo discrepancias. Estaban los tres candidatos, estaba el presidente del FA y el presidente de la departamental y no hubo discusión. Algún día discutiremos tranquilos sobre los debates... Primero habría que firmar un reaseguro para cumplir lo que se dice, hablo de lo que anuncian los debatientes. Que quede en un pizarrón anotado lo que prometió cada uno. Segundo: ¿cómo iba a ser? ¿Los tres contra ella? No parece tener sentido. ¿O cada candidato contra ella? Ah, claro, obviamente que Raffo quiere debatir, porque va a tener prensa por un rato largo. Y el FA no iba a elegir a uno para que debatiera contra ella, porque los otros dos iban a quedar molestos. En los tres escenarios, siempre perdía el Frente Amplio. Por lo tanto se decidió eso.


"Sabrá de algunas cosas Laura Raffo -no sé de cuáles-, pero la invito a que profundice en qué implicó ser premiada como la ciudad que mejor gestiona los proyectos. Va a tener un problema: le va a llevar mucho tiempo entender cómo funciona el sistema público"

Y aparte, en lo personal, si uno dijera: "Pah, Laura Raffo está tirando ideas renovadoras, interesantes". A mí me parece que no. Incluso, propuso que la IM pueda ver las cámaras del Ministerio del Interior, algo que ya se hace... O aparentemente no sabía que los ómnibus ya tienen GPS y que entrás a la página web de la IM y podés saber dónde está cada ómnibus, de cada compañía, en cada momento. Le quería poner un chip, parece que no sé lo que es... Ta bien, nadie es perfecto y puede estar mal asesorado, a cualquiera le puede pasar. Pero ella ha estado en plan de confrontación. El otro día dijo que yo no había cumplido con poner una estatua en el Caserío de los Negros, que se habrá enterado qué es el Caserío de los Negros porque le dijeron en ese momento. Yo vengo trabajando para reconstruir la memoria histórica de la comunidad afrodescendiente desde que era presidente de Ancap. El compromiso fue poner una placa. Hubo quien planteó hacer un monumento ahí, pero lo que se arregló en una comisión que se formó es poner una placa, que ahí está. Ella a veces confronta sin información.

Y sobre reunirse con el presidente (Lacalle Pou), yo al principio dije que sí, también. Yo lo vuelvo a decir: nosotros nos reunimos con Tabaré (Vázquez, cuando era presidente), no hubo prensa, sí hubo una foto oficial que colgaron en la web de Presidencia. Pero el presidente pidió que no hubiera prensa y pidió que se aclarara que él no se había expresado políticamente por nadie. ¿Por qué? Porque Tabaré es muy institucionalista, y estaba preocupado de no transgredir la Constitución. Lacalle Pou tiene derecho a reunirse 20 veces con quien quiera y todas las veces que quiera con Raffo, pero ella salió de esas reuniones a hacer un eje de su campaña en que ella, como era del gobierno, iba a tener mayor preferencia. Lo cual es comprometer al presidente en un posicionamiento político partidario y creo que desde el punto de vista de la institucionalidad, algo que no se debe hacer. El FA no lo hizo.

-¿Cómo tomó la divulgación, 14 años después, de las confesiones de Gilberto Vázquez en un Tribunal de Honor?

-Primero, reafirmar que hay que saber la verdad. Hay huellas que no se pueden enterrar ni olvidar. Es falso que se pueden enterrar u olvidar. Después, en realidad no era una investigación por los derechos humanos esa confesión; fue en el medio de un tribunal de honor porque se había escapado de un hospital. En aquel momento las actas no estaban incluidas en lo que firmaron Azucena Berrutti (entonces ministra de Defensa) y Tabaré Vázquez (entonces presidente) porque en ese momento las cuestiones de honor no iban incluidas en las actas sino que era un informe de la asesoría legal del ministerio, lo que firmaron Azucena y Tabaré. Después, el propio gobierno del FA hizo que no pudiera ser vedada a la información ninguna declaración que incluyera violaciones a los derechos humanos. Eso fue después.

Y aparte, eso era un tribunal de honor que los propios militares le habían hecho a Gilberto Vázquez por haberse escapado de la cárcel. Fue el gobierno del FA el que empezó a hacer las investigaciones y empezó un proceso de meter en cana a violadores de los derechos humanos, nadie lo asoció y mucha gente no volvió a leer. Alguien tendría que haber dicho: "Se debió haber leído todo", como pasó por suerte tiempo después. Sí, pero me parece que queda claro que acá no hubo intencionalidad de tapar nada.

-Está bien, pero Familiares hizo un pedido de acceso a la información pública en este gobierno que lleva seis meses y tuvo las actas del tribunal. Y durante los tres gobiernos frentistas no se conocieron. ¿Por qué?

-Sí, también hay gente que tiene especulaciones. ¿Por qué lo pidió Familiares? O están haciendo una investigación de todo, lo cual estaría bueno, o alguien les sopló... cosa que no tiene nada que ver con ese hecho, sino con otros hechos de pública notoriedad que están pasando ahora. Yo no sé... En aquel momento no podían haberlo leído porque (las actas) no estaban en el informe que firmaron la ministra y el presidente. Las actas habían sido retiradas, porque todavía el tema de los hechos personales o de honor no podían ser manejados. No se incluyó.


"Hay gente que tiene especulaciones sobre las actas. ¿Por qué las pidió ahora Familiares? O están haciendo una investigación de todo, o alguien les sopló... cosa que no tiene nada que ver con ese hecho, sino con otros hechos de pública notoriedad que están pasando ahora"

El tipo, en un tribunal de honor, que era porque él se había escapado del Hospital Militar, terminó diciendo eso, que no tenía nada que ver... Había gente que ni se imaginaba que estaba eso (NdeR: las confesiones de que torturó y no se arrepentía). De todas formas, yo me alegro que sigan apareciendo y se avance en saber la verdad.

-¿Cómo ve la marcha de este gobierno de coalición?

-Desde el punto de vista de manejo de la pandemia, bien. Nombrar gente experta, a Rafael Radi le tengo un gran aprecio, lo conozco como persona y como científico me han hablado maravillas de él en el mundo. Ahora, desde el punto de vista económico... está bien, uno puede decir, hay cosas que Uruguay ya las tiene, porque invirtió en su sistema de salud, y ya la tenía de antes, es una fortaleza. Entonces, es una forma de reconocer lo hecho por nosotros. ¿El FA no hizo nada? No, parece que hizo. Porque permitió enfrentar la pandemia de una forma muy importante. Lo cierto es que en América Latina -no hablo de Europa, del Primer Mundo-, pero acá en América Latina el promedio de recursos para enfrentar la pandemia y para mitigar los impactos sociales de la pandemia, es de 2,4% del PBI. Hay países que aportaron el 4,9% de su PBI para eso. Uruguay está último con 0,7% de su PBI.

No creo que uno sea neoliberal porque sea hijo del demonio, y le quiera hacer daño a la gente. Creo que el neoliberalismo es una filosofía que para mí ha demostrado sistemáticamente su fracaso y en Uruguay el impacto que ha tenido... escúchame. Hay gente que habla del Antel Arena o la regasificadora. ¡3.000 millones de dólares le salió a Uruguay la crisis bancaria del 2002! Eso fue producto de la obsecuencia neoliberal, que yo la veo repetir.

-¿Volvería a ser candidato a la Presidencia?

-Con la foto de hoy, lo considero un imposible matemáticamente. Pero... implicaría cuestiones que creo, son impensables.


"Hay gente que habla del Antel Arena o la regasificadora. ¡3.000 millones de dólares le salió a Uruguay la crisis bancaria del 2002! Eso fue producto de la obsecuencia neoliberal, que yo la veo repetir"

-¿Se hace tiempo para ver a Defensor Sporting?

-El otro día estaba en la feria de La Teja desesperado porque faltaban 2' para terminar el partido, iba ganando 2-1 y estaba con miedo de que nos empataran. Por suerte no estaba en la cancha cuando perdimos 5-0 (contra Fénix), me hubiera dolido verlo en la cancha... Trato de ir, más de cinco veces por año no puedo ir. Eso sí, desde que fui ministro traté de no ser un hincha tradicional, de los que grita desaforado. Por aquello de dar el ejemplo porque uno es un hombre público.

-¿Es feliz?

-Siempre fui recontra feliz. Pero súper feliz.