María Creuza cumplió 80 años, como Caetano Veloso, como Rada y Hugo Fattoruso. La novedad no es que la artista bahiana se sume al club de los octogenarios, sino que a la edad en que muchos se duermen temprano, sentados en el sillón con el control remoto en la mano, ella sigue cantando las canciones de bossa nova y samba que han marcado su repertorio, y aún más, sigue girando en Brasil y fuera de su país, para interpretar esas canciones que no escribió pero que cualquier oído atento las asocia con ella.
Por ejemplo, “Você abusou” (“Você abusou, tiro partido de mim, abusou”…), la emblemática canción de cadencia lenta que escribió su marido de entonces, Antonio Carlos Pinto, para que ella la asumiera como “su cédula de identidad”. Pero la Creuza no es una one hit wonder, nada de eso. Están “Onde anda você”, “Catendê”, “Estrada do sol”, “Minha namorada”, “Agua de beber” y podría decir, incluso, clásicos mundiales como el de Jobim, “Garota da Ipanema”.
La novedad, además de su vigencia en la música, es que María Creuza vuelve a Uruguay, donde su carrera internacional comenzó, a inicios de los años 70, cuando volaban palos en la calle, pero también había más lugares chicos, intimistas, tipo café concert, que abrigaron el desembarco del carioca Vinícius de Moraes y dos jovencitos que prometían: María Creuza y Toquinho. Con la excusa de su show íntimo en la Sala Camacuá (el 24 de abril), y las “lembranças” de un pasado “maravilhoso”, la Creuza se prestó a hablar de sus comienzos, la bendición de un padrino artístico como Vinícius, el por qué del éxito de algunas canciones y su vigencia a los 80, cuando sus nietas la ayudan a entender los tiempos de Tik Tok.
"Tuve la suerte de viajar a Japón y participé de un festival muy importante en Tokio. Y fue lo que me dio la oportunidad de conocer gente importante, volver a Rio y participar de un festival. Ahí me vio Vinícius de Moraes y empezó a definirse mi destino"
En su adolescencia cantaba de forma suave, sin proyectar la voz, en el grupo Les Girls. Y esa actuación le valió ser llamada a distintas radios para cantar y ser entrevistada. ¿Cómo recuerda sus inicios en la música?
Sí, ahí empecé. Fue una cosa muy interesante porque yo todavía no sabía para qué lado iba. Era un grupo de chicas muy jóvenes y estaba buscando qué hacer en un lugar como Bahía que es una cumbre de música, de arte, de todo. Yo estaba estudiando teatro, quería ser actriz. Cantaba con las chicas, Les Girls, con las que cantaba desde el colegio. Un día gané un concurso de canto y eso empezó a definir mi vida, lo que sería mi futuro. Fue determinante. Me empezaron a llamar para interpretar en festivales, era una época muy linda para todos los artistas que estábamos empezando. Eso pasó en San Pablo, en Rio de Janeiro y en Salvador de Bahía, claro.
¿Y en qué momento se dio cuenta que era una artista y se dedicaría profesionalmente a la música?
Lo intuí desde muy temprano, porque yo era elegida en el colegio para decir poesías, yo era elegida para cantar en el coro, siempre tuve esa tendencia, me destacaba. Me di cuenta que era un camino que estaba apareciendo en mi vida. Ahora, vivir de la música… no pasó mucho tiempo. Después que fui invitada a cantar en el Festival de Rio de Janeiro me di cuenta que podía vivir del canto, de mi oficio. Eso fue en 1969, tenía 20 años, era una joven con mucha esperanza.
Las canciones escritas por su pareja, Antonio Carlos Pinto, le permitieron empezar a ganar premios como mejor intérprete. Y también le permitieron empezar a girar por todo Brasil y conocer mejor su país gracias a las canciones, ¿no es así?
Sí, es verdad. Y también tuve la suerte de viajar con ellos a Japón y participé de un festival muy importante en Tokio. Y justamente fue lo que me dio la oportunidad de conocer gente importante, volver a Rio y otra vez participar de un festival. Y ahí me vio Vinícius de Moraes y empezó a definirse mi destino.
En los años 70 se junta con Vinícius de Moraes y Toquinho, el primero los trajo a Uruguay, a Punta del Este primero, y en su caso, también al Teatro Solís de Montevideo... ¿Cómo recuerda aquel Uruguay?
Maravilloso, maravilloso… Fue un descubrimiento hermoso el que tuve. Me di cuenta de la suerte que tuve con un lujo de padrino como Vinícius, que me presentaba muy cariñosamente al público. Ese viaje a Uruguay y Argentina fue mi primer viaje fuera de Brasil, y fue muy fuerte. Pero ojo, no estaba Toquinho inicialmente. Fui con Vinícius y Dori Caymii, hijo de Dorival Caymii. Era un tremendo músico y guitarrista. Pero tuvo un problema familiar y tuvo que volver a Rio. Porque Vinícius firmaba un contrato para tocar dos semanas y se quedaba un mes o dos tocando, por la buena respuesta del público. Nos terminábamos quedando más tiempo. Y bueno, Dori se tuvo que volver a Brasil y Vinícius llamó a Toquinho, otro guitarrista que estaba empezando… Y así salió Dori y entró Toquinho. ¡Cosas del destino!
En Argentina, en 1970 grabó con Vinícius y Toquinho el álbum en vivo de un recital en La Fusa (Vinícius en La Fusa con María Creuza y Toquinho). ¿Qué tiene de especial ese disco, que marcó tanto la música brasileña?
Fue un antes y un después en mi vida. Ese disco nos marcó profundamente, primero porque se vendió todo y hasta hoy hay una historia: Vinícius estaba queriendo grabar ese repertorio que funcionaba tanto para el público de Uruguay y Argentina, y entonces un productor sugirió que preparáramos el repertorio de lo que estábamos cantando. Era hacer una cosa sobre la respuesta que sentíamos al cantar esas canciones en lo que en aquella época se llamaba café concert: lugares chicos, como si el público estuviera ahí mismo con nosotros: respiración a respiración. Fue una época muy linda, y mi experiencia en Uruguay fue fantástica.
Yo viví de huésped en Casapueblo, la casa de mi querido (Carlos) Páez Vilaró. Y también tuve la suerte de seguir abrazada por el público. Yo era una cantante que estaba recién empezando, pero mi voz cayó bien, la forma en que me presentó Vinícius fue una maravilla, y aquí estoy hablando contigo.
Luego grabaron Eu sei que vou te amar, y salieron de gira por Europa. ¿Cómo podría explicarle a un millennial qué es la bossa nova?
La bossa nova es una música de cadencia poética, que inventó Vinícius de Moraes. La palabra cantada como si fuera algo jazzístico. Tenía intervalos bien de jazz. Y con la armonía de João Gilberto, que se juntó al maestro Tom Jobim y empezó a hacerse ese tipo de música que entra, como una mezcla de samba “recto” con jazz. Para darle un nombre, Vinícius la llamó bossa nova.
¿Sigue viva la bossa nova? Da la impresión que en Brasil hoy se escuchan otros géneros…
Se escucha de todo en Brasil, y también bossa nova. No suena como antes, es verdad. Pero, para mí, siempre será el retrato perfecto de Brasil antes y después de Vinícius de Moraes. Era una onda muy especial —en Brasil se usa mucho la palabra “onda”—, bueno, era una onda de Vinícius y Tom Jobim con João Gilberto. Eso marcó a toda una generación y los demás empezamos a interpretar lo que ellos escribían. Eran las letras de Vinícius con las melodías de los coautores. Eso nos marcó profundamente. No creo que haya muerto, todavía recibo invitaciones para ser madrina de muchos locales en Brasil. Trabajé muchos años en un local que se llamaba “Vinícius” en Ipanema, y es una especie de lugar sagrado. Siempre hay bossa nova en Brasil, siempre.
"La bossa nova es una música de cadencia poética, que inventó Vinícius de Moraes. Y con la armonía de João Gilberto, que se juntó al maestro Tom Jobim y empezó a hacerse ese tipo de música que entra, como una mezcla de samba recto con jazz"
Usted es intérprete. ¿Nunca intentó escribir sus propias canciones?
Sí, sí, lo he intentado. Pero yo estuve casada con el compositor de “Você abusou” (Antonio Carlos Pinto), que es como mi cédula de identidad en todos lados. Escribí pocos temas como autora, tengo pocos temas. Tengo muchos temas como coautora, en parcería (sic). Él me ha dicho que, aunque no la haya escrito, soy coautora de “Você abusou”, porque fui quien presentó ese tema en el mundo (es de Antonio Carlos y Jocafi).
¿Por qué cree que “Garota da Ipanema”, de Tom Jobim, se transformó en un clásico brasileño mundial y ha trascendido el tiempo?
Es una canción tan descriptiva, tan Vinícius de Moraes, podría decir… Es una chica caminando hacia la playa y quedó una letra tan grácil, y fue traducida de una forma muy especial y cantada en todo el mundo, ¡y pegó! Es la magia que tienen algunas canciones que trascienden y quedan en el imaginario colectivo para siempre, ¿no? Como “Você abusou” también. “Você abusou” es la “Garota de Ipanema” 2.
Tiene 22 discos publicados, en algunos coparticipando con otros cantantes. Uno se distingue: porque se llama como usted, María Creuza (1980). ¿Qué tiene de especial ese disco, que lleva su nombre?
Todos son especiales, querido. Ahora, para acordarme de todo el repertorio es difícil… Tengo uno que se llama María Creuza: Poético que es uno de mis preferidos. Tengo otro que se llama Sessão nostalgia (1974) que me encantó porque elegí a todas mis preferidas, digamos. Entonces, todo eso fue haciendo mi discografía. No tengo una explicación de qué tiene ese disco en particular. Todos ellos marcaron momentos de mi vida, y la responsabilidad de cantar cosas que, de repente, yo no vivía, pero interpretaba lo que quería decir el compositor elegido. Por eso voy a hacer una especie de racconto sentimental, dentro de unos días en Uruguay.
"'Garota da Ipanema' es una chica caminando hacia la playa y quedó una letra tan grácil, ¡y pegó! Es la magia que tienen algunas canciones que trascienden y quedan en el imaginario colectivo para siempre, ¿no? Como 'Você abusou', 'Você abusou' es la 'Garota de Ipanema' 2"
Poético, de 1982, es un disco homenaje a Vinícius de Moraes, o dedicado a él. Y dos años después grabó Você e eu. ¿Cómo lo recuerda? ¿Qué legado ha dejado Vinícius?
Fue un antes y un después de María Creuza, ¿entendeu? (sic). Fue un tipo bárbaro, generoso, con el que tuve la suerte de convivir durante 10 años muy especiales de mi vida. Tenía un sentido del humor y una generosidad que nunca vi en las personas. Fue un gran amigo, mi compadre. Se casó nueve veces, pero nunca conmigo, eh, porque yo ya estaba casada, jaja... Es mi amigo querido, terminó siendo padrino de mi hija. Tuve mil charlas con él, incluso de madrugada, aprendí mucho con él, aprendí a tener paciencia, porque yo era muy acelerada como toda joven, quería todo para ayer. Él fue un tipo con mucha experiencia, fue diplomático, representó a Brasil en lugares importantísimos como Estados Unidos, también en Montevideo, fue cónsul de Brasil en Montevideo. Fue un músico extraordinario, tocaba guitarra o violão, como se dice en portugués. Hay temas que los escribió él solo, hacía las melodías y las letras. Y después se transformó en el ícono de la música brasileña. No lo digo solo yo: hay un antes y un después de Vinícius en la música de Brasil.
¿Qué otro género ha explorado, además de la bossa nova y la samba?
Hice samba de raíz, de esas músicas de carnaval, que me encantan, y son extraordinarias. Sambas de autores como Cartola o Pixinguinha. Tengo un disco totalmente dedicado a estos “mestres” del samba, a los grandes maestros del samba brasilero, samba de las favelas, del morro, de carnaval. Y empecé cantando en Bahía, en radios, cantando boleros, ahí empecé a practicar mi castellano, y canciones de Nat King Cole, mi ídolo.
"Vinícius fue un antes y un después de María Creuza, ¿entendeu? Fue un tipo bárbaro, generoso, con el que tuve la suerte de convivir durante 10 años muy especiales de mi vida. Tenía un sentido del humor y una generosidad que nunca vi en las personas#
¿Sigue la política brasileña? ¿Ha apoyado a Lula Da Silva y su llegada al poder?
Apoyo sí, sobre todo por lo que fue antes, su primera etapa. Ahora no me interesa, porque está todo muy mal, fue un desastre este hombre que estuvo antes de él… Prefiero no meterme en política, primero porque no me gusta, y después porque somos una especie de rehenes de todos estos políticos. Yo no quiero meterme a opinar, prefiero ignorarlos. Basta con que no me molesten, que no molesten a mi trabajo.
Veo que no le gustó el gobierno de Jair Bolsonaro…
No, para nada. No, no, no…
A los 80 años sigue cantando y girando, cuando podría dedicarse a descansar y disfrutar de su familia. ¿Por qué? ¿La llama sigue viva?
Porque es un vicio. Es un vicio, un oficio, y digo siempre que cuando estoy en el escenario es una especie de terapia. Tantos años que canto, desde tan joven, y tengo la suerte de seguir cantando con mi garganta perfecta a los 80 años. Es un honor para mí tener como coetáneos a compañeros que siguen cantando como Caetano Veloso y Gilberto Gil. ¡No se me pasa por la cabeza jubilarme ahora! Como todo artista, quisiera morir en el escenario, je.
"Apoyé a Lula sí, sobre todo por lo que fue antes, su primera etapa. Ahora no me interesa, porque está todo muy mal, fue un desastre este hombre que estuvo antes de él (Bolsonaro). Yo no quiero meterme a opinar, prefiero ignorarlos"
¿Qué puede esperar la gente que compre la entrada para verla en la Sala Camacuá de Montevideo el 24 de abril?
Es un reencuentro sentimental. Primero porque voy a hablar a través de los temas que elegí para el público que me vaya a ver. Todo lo que significó el público en estos años, desde que empecé, y marcamos con el disco grabando en La Fusa. Son temas que no puedo sacar de mi repertorio, porque la gente las sigue pidiendo hasta hoy. Será un recital de voz y viola (guitarra). Es la intimidad que me encantó cuando yo empecé en La Fusa en Mar del Plata, y en Punta del Este, en la parada 10 (de La Mansa).
Tiene tres hijos y dos nietas. ¿Cómo es como abuela?
Soy insoportable. Estoy siempre pendiente de ellas. Una tiene 25 años, es mayor, y la otra cumplió 14. Ambas viven en Estados Unidos, la primera nació allá, es hija de mi hijo mayor, un artista plástico extraordinario. Allá yo soy la “madre de”. Y las nietas, como son de la generación de la informática, se divierten conmigo porque pregunto todo, hablamos por videollamada y están encantadas de que yo esté siempre pendiente de las novedades. Mis nietas me ayudan en el aggiornamento con la tecnología.
¿Es feliz?
Soy feliz. Primero porque hago lo que me gusta, y eso es una bendición. Y tengo una familia maravillosa, así que tengo todo para agradecer. Lástima que el mundo está complicadísimo. Si pudiera tener el poder de ayudar más a la gente dándole paz con mi música, ahí estaría más feliz.