Este sábado comienza una de las competiciones sudamericanas de ajedrez más importantes: la Copa Duchamp en la Intendencia de Montevideo. Entre los favoritos hay un argentino, campeón del certamen en 2019, un tricampeón brasileño, un estadounidense que se dedica a entrenar juveniles, un cubano nacionalizado paraguayo y muchos uruguayos que buscarán dar la nota. La ajedrecista mejor sembrada es la argentina Carolina Luján, que en la edición de 2017 se metió entre los primeros 10. También participan del torneo jugadores amateur y sin experiencia previa.
En 18 de Julio y Ejido hay una mesa de ajedrez, diseñada por un artista plástico uruguayo, que reúne a jugadores de barrio que se pasan las horas entre partidas y cuentos. A partir de este sábado, nada de eso cambiará. Estos jugadores seguirán inmersos en su juego, y en paralelo irán llegando a la Intendencia de Montevideo -donde se juega la Copa Duchamp- otros jugadores, tal vez más formales.
Para las 15:45 de este sábado está prevista la ceremonia de inauguración y a las 16:00 comenzará la primera ronda. Hay 10 ajedrecistas que ostentan el título de Gran Maestro, entre ellos el paraguayo Neuris Delgado, los argentinos Leonardo Tristán y Federico Pérez, el estadounidense Robert Hungaski, el brasileño Darcy Lima y el chileno Ivan Morovic. El título de Gran Maestro (GM), que otorga la Federación Internacional de Ajedrez, es un premio a la excelencia muy difícil de alcanzar.
Qué Maestro
En Uruguay, por ejemplo, hay solo tres GM, dos de los cuales no son originalmente uruguayos. El mejor rankeado es Georg Meier, de origen alemán, recientemente nacionalizado. En este momento se encuentra concentrando para jugar el Iberoamericano Absoluto en México, a disputarse durante la misma semana que se juega el Duchamp. Allí también está Andrés Rodríguez, GM uruguayo, segundo mejor rankeado de la escena local. El tercero es Alejandro Hoffman, subcampeón argentino, nacionalizado uruguayo en 2019, quien sí estará presente en el Duchamp.
"Mis candidatos son Neuris Delgado, Leonardo Tristán y Federico Pérez", afirmó Hoffman en diálogo con Montevideo Portal, quien reconoció además haberse preparado "poco" para este torneo, por lo que intentará meterse "más profundamente" a medida que se sucedan las rondas.
El torneo se juega bajo un sistema suizo y el ritmo de juego es de 90 minutos más 30 segundos de incremento desde la primera movida. Hay USD 7.000 de premios para repartir entre los 20 primeros de la categoría absoluta, 1.000 USD para la categoría femenina y USD 500 para la categoría Veteranos. En total, hay 151 jugadores.
En el Duchamp también participarán 10 ajedrecistas que ostentan el título de Maestro Internacional (un escalafón por debajo del GM), entre los que se destaca el multicampeón nacional Bernardo Roselli y el nacionalizado uruguayo Nahuel Díaz.
Un campeón
En la edición de 2019, y aún sin tener el título de GM, el argentino Leonardo Tristán se consagró campeón del Duchamp tras ganarle en el desempate a Sandro Mareco, campeón argentino, también en México. El jugador llegó este viernes a Uruguay y conversó con Montevideo Portal sobre aquella hazaña. "Es un torneo muy fuerte que no esperaba ganarlo. Fue muy importante para mí porque pasé por primera vez los 2.500 puntos de ELO. Arranqué jugando un poco mal las primeras tres o cuatro rondas, tuve algunos accidentes, y la segunda mitad fue muy buena con victorias bastante contundentes sobre rivales fuertes", recordó el argentino de Necochea, ciudad ubicada al sur de la Provincia de Buenos Aires.
El jugador argentino dijo que mira muchas horas de ajedrez por día, pero de manera desordenada. "Soy bastante anárquico", reconoció, y dio a conocer su gusto por la meditación, particularmente por una técnica conocida como Mindfulness (atención plena) para ejercitar el estar presente en todo momento. Esto en ajedrez parece ser muy útil, puesto que en cada posición que cambia se presentan nuevos desafíos. Por ello es que los maestros recomiendan tener planes flexibles.
A largo plazo
Facundo Vázquez es un jugador uruguayo nacido en el nuevo milenio, y también jugará el Duchamp. Con 17 años alcanzó los 2300 puntos de ELO y en abril disputará la final del Campeonato Uruguayo. Para este torneo cuenta que no cambió su rutina de entrenamiento. Solo realiza ejercicios de táctica cuando se acerca la fecha. En contacto con este medio, el jugador del Banco República destaca la posibilidad de jugar con maestros de afuera para poder seguir creciendo.
Entre sus logros figuran un tercer puesto en un sudamericano sub 16 y un segundo puesto en el Campeonato Uruguayo de 2021. En los últimos años, por culpa de "la pandemia", el joven ajedrecista se sintió "estancado", por lo que ya programó varios torneos para ponerse en forma. Uno a tener en cuenta es el Panamericano sub 18 que organiza la Federación Uruguaya de Ajedrez en Montevideo a finales de junio.
No me olvido
En el Duchamp, además de los maestros, participan varios ajedrecistas principiantes y de nivel medio. Cerca de 100 jugadores con un ELO menor a 2000, e incluso hay varios que no han competido oficialmente, como es el caso de muchos uruguayos que participan para foguearse. El sistema de juego hace posible que un candidato al título se enfrente a otro de menor nivel. Así sucedió en el Duchamp de 2017, cuando el argentino Sandro Mareco, mejor sembrado, enfrentó en la primera ronda al jugador uruguayo Eduardo Rodríguez de 1931 puntos de ELO. De esa instancia, Rodríguez se llevó mucho trabajo a su casa para afinar su repertorio, y destaca haber tenido esa oportunidad. "Lo tendré agradecido siempre, aunque él se haya olvidado de mí cuando llegó al hotel", dijo entre risas.
"Mi preparación en los últimos meses ha sido sobre el repertorio y sobre mis errores habituales. Trabajo con un entrenador particular (Andrés Rodríguez) que me ayuda mucho en ese sentido. También, dar clases me mantiene activo. Ya que siempre hay que estar preparando o repasando materiales para las clases", sostuvo Rodríguez, que entrena en Euskalerría 70, donde recientemente nació un club que lleva el nombre del legendario Mikhail Tal, octavo campeón del mundo.
En cuanto a los candidatos para este Duchamp, sostuvo que Roselli siempre es favorito. De hecho, el múltiple campeón uruguayo fue el único en acercarse al título en la edición de 2019, al terminar en el tercer puesto detrás de los argentinos Tristán y Mareco.
Disfrute
En los útimos años, lo que se conoce como "pandemia" ha afectado la competencia deportiva al punto de estancar a varios jugadores. Si bien el ajedrez también se puede jugar online, no es comparable con estar presente un torneo como el Duchamp. Por eso es que Andreína Quevedo, la ajedrecista uruguaya mejor sembrada, espera "disfrutar" y sentirse "cómoda" con su juego. La jugadora estuvo estudiando ajedrez el año pasado y espera poder llevarlo a la práctica. Seguidora del campeón mundial Magnus Carlsen y de la ajedrecista argentina Carolina Luján, esta última un "referente" sudamericano para Quevedo.
Un artista
"Todo eso se acabó; ya no pinto más; sólo me divierte el ajedrez", le dijo Marcel Duchamp su esposa Lydie Fisher, según ella misma lo escribió en su autobiografía.
El artista francés estaba un poco cansado de los círculos que lo rodeaban, y encontró en el tablero una salida mental clara. Cuando se fue de Europa por la Primera Guerra, llegó a Nueva York, y tres años después emigró a Buenos Aires, donde estuvo un tiempo corto. Fue en la gran ciudad, cuna de ajedrecistas mundiales como Robert Grau y Óscar Panno, donde Duchamp se pasaría horas practicando ajedrez. En esta etapa, rondando los 30 años, comienza a crecer el Duchamp deportista, lo cual llama la atención porque en general los ajedrecistas profesionales empiezan mucho antes.
Su vinculación con el tablero ya venía de antes: en 1910 pintó "los jugadores de ajedrez", en 1917 tenía en su cuarto un tablero gigante pintado con una posición específica, en 1918 diseñó y creó un set de ajedrez de madera. Todas las piezas las torneó él mismo, menos los caballos, que fueron encargados a un artesano argentino, según se cuenta en el libro "Peón come a Duchamp" de Pau Pascual.
En los años posteriores aparece con más fuerza el Duchamp ajedrecista. En 1925 juega una partida por el campeonato de Francia ante Robert Crepeaux, quien algunas rondas más adelante se consagraría campeón. Duchamp, de blancas, aprovecha algunos errores de Crepeaux, de negras, y se le va encima con tres peones que presionan un enroque largo dudoso. Esta misma partida, analizada por el motor Stockfish, le da gran dominancia a Duchamp durante toda la partida, hasta que en el movimiento 30 el artista comete un grueso error y se terminan sus chances de luchar por el campeonato.
Si bien nunca llegó a instancias decisivas, estuvo cerca. Y además compitió para Francia en olimpíadas y rescató unas memorables tablas frente al estadounidense Frank Marshall (competidor por el título mundial de 1907).
A Duchamp también se lo puede considerar un pensador, un extraño filósofo. En 1913 se preguntaba: "¿Se pueden hacer obras que no sean de arte?". Ya en la década del 20, perfilado como ajedrecista, le expresó a su esposa Lydia: "¿por qué no intentar desembarazarse de todas las preocupaciones que conciernen a la función de mantenerse, es decir evitar el encharcamiento material o intelectual (leer cualquier cosa) y la esclavitud de lo que se llama 'ganarse la vida'?".
Una frase célebre de Duchamp para cerrar: "Mientras que no todos los artistas son ajedrecistas, todos los jugadores de ajedrez son artistas".
Por Nicolás Dovat