El gobierno de Nicolás Maduro y la oposición de Venezuela firmaron este sábado en México un acuerdo para liberar fondos bloqueados por sanciones, al que Estados Unidos respondió de inmediato con una flexibilización de sus restricciones petroleras contra el país sudamericano.
Tras el convenio, que marcó la reactivación de negociaciones después de 15 meses de suspensión, la administración de Joe Biden autorizó al gigante energético Chevron retomar parcialmente sus actividades de extracción de petróleo en Venezuela.
Delegados de Maduro y la oposición acordaron “hacer todas las gestiones ante las autoridades e instituciones, nacionales y extranjeras, públicas o privadas, que correspondan para obtener los fondos legítimos de la República que se encuentren congelados en el sistema financiero internacional” para utilizarlos en proyectos sociales.
Solicitan apoyo a la ONU, “incluido el diseño, establecimiento e implementación de un fondo fiduciario único” al cual irían “progresivamente” esos recursos, según el documento, leído por Dag Nylander, representante de Noruega, que actúa como país facilitador de los diálogos.
“Hemos identificado un conjunto de recursos pertenecientes al Estado venezolano, congelados en el sistema financiero internacional, a los cuales es posible acceder”, continúa el texto. “Dichos recursos (en caso de ser desbloqueados) serán incorporados progresivamente como contribuciones al fondo”.
No se informó a cuánto ascienden estos recursos, que según el texto serán empleados para inversiones en el sistema de salud y educativo, la recuperación de servicios básicos como la electricidad y la atención de la crisis generada por lluvias que han provocado inundaciones y deslizamientos de tierras.
“Dirección correcta”
Aún quedan pendientes en la mesa asuntos medulares como las próximas elecciones presidenciales, previstas para 2024, pues la principal exigencia de la oposición ha sido fijar fecha y condiciones para esos comicios, después de haber acusado a Maduro de reelegirse fraudulentamente en 2018.
De todos modos, una alta fuente del gobierno de Estados Unidos celebró el acuerdo, al considerar que da cuenta de “importantes pasos en la dirección correcta”.
El Departamento del Tesoro autorizó a Chevron a retomar en parte las actividades de la empresa de la que es copropietaria en Venezuela con la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), siempre que se asegure que “Pdvsa no reciba ningún ingreso de las ventas de petróleo realizadas por Chevron”.
Este levantamiento parcial “refleja la política de largo plazo estadounidense que apunta a un levantamiento de sanciones sujeto a avances concretos” que aminoren el sufrimiento del pueblo venezolano y permitan “respaldar el regreso de la democracia” a Venezuela, dijo el Tesoro.
El Departamento de Estado subrayó, por su parte, que las demás sanciones siguen vigentes y que seguirán aplicándose “vigorosamente”.
Venezuela está bajo sanciones estadounidenses y europeas, que buscan promover la salida de Maduro del poder, sin lograr los resultados buscados en un país que ha visto emigrar a unos siete millones de personas por su crisis política y económica, según Naciones Unidas.
Maduro y Washington han tenido contactos directos luego de la invasión rusa de Ucrania y su impacto en los precios del crudo.
El gobierno estadounidense admitió públicamente que el petróleo venezolano podría ser útil en un mercado internacional de precios altos y un contexto de fuerte inflación en Estados Unidos debida, en buena medida, al incremento de precios de la gasolina.
“Triunfo de la política”
El canciller de México, Marcelo Ebrad, celebró el acuerdo como “el triunfo de la política” y “una esperanza” para América Latina.
El gobierno y la oposición venezolana entablaron diálogos en México en agosto de 2021 tras fallidas iniciativas en 2018 en República Dominicana y 2019 en Barbados, pero Maduro los congeló dos meses después por la extradición a Estados Unidos del empresario Alex Saab, enjuiciado por lavado de dinero.
El chavismo incluyó ahora en su equipo negociador a Camila Fabri, esposa de Saab, cuya incorporación a la mesa exige el mandatario.
El tiempo le ha servido a Maduro para oxigenarse, mientras que el dirigente opositor Juan Guaidó se ha erosionado desde que, invocando su condición de líder del Parlamento, se autoproclamó "presidente interino" de Venezuela en 2019 con apoyo de medio centenar de países, entre ellos Estados Unidos, al desconocer la reelección del mandatario socialista.
El poder de Guaidó de convocar protestas mermó y, en el campo internacional, países como los vecinos Colombia y Brasil viraron a la izquierda.
AFP
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