Madre de Lola Chomnalez: “No perdonaría jamás a los femicidas de mi hija, jamás”

Adriana Belmonte, madre de Lola Chomnalez, participa este viernes de las actividades que se hacen cada 3 de junio en Uruguay desde hace unos años bajo la consigna “Ni Una Menos”, en reclamo de mayor seguridad para las mujeres ante la violencia machista.

“Es una fecha importante de ser visibilizada, y más, pospandemia”, dijo el pasado 31 de mayo a Montevideo Portal la madre de la adolescente argentina asesinada en Valizas, Rocha, en diciembre de 2014, y cuyo presunto asesino fue detenido el pasado 18 de mayo.

Este viernes, en entrevista con el programa Arriba Gente (Canal 10), Belmonte se refirió al caso judicial que investiga el homicidio de su hija. La Justicia procesó a Leonardo David Sena, de 39 años, tras haberse determinado que su ADN fue hallado en la mochila perteneciente a Chomnalez en la playa de Valizas. En ese mismo caso también se encuentra procesado un hombre conocido como “El Cachila”, por encubrimiento.

Al ser consultada sobre si puede procesar el perdón a los culpables, Belmonte dijo: “Yo no perdonaría jamás a los femicidas de mi hija. Jamás, porque ellos no han perdonado la vida de mi hija. Entonces con todo, con todo. Ningún perdón”.

La madre de Chomnalez comentó que el 10 de mayo tuvo un sueño en el que su hija le marcaba tres números —el 12, el 18 y el 19—, que luego se vincularon con fechas claves en la resolución del caso.

“Yo siempre, las veces que la sueño, la sueño en luz, en un aura blanca. Me mostraba, me señalaba un número 12, 18 y 19. Cuando yo empiezo a hacer preguntas, que esto me pasa en otros sueños, sale Lola del plano del sueño”, narró.

“Ese mismo día lo llamo a Juan Williman y estaban con Jorge (Barrera). Les cuento de este sueño, les digo que siento una profunda conexión con Lola, que había soñado esto y me dicen: 'Mirá, estás en muy profunda conexión porque el 12 tenemos una audiencia para ver el tema de los ADN y veremos la semana que viene'. Eso pasó un martes, el jueves fue 12, que se estaban estudiando las líneas de ADN, el 18 lo apresan a este hombre y el 19, la noticia que conocemos todos”, contó Belmonte, en referencia a la conversación con los abogados de la familia y a la detención de Sena.

Belmonte dijo que para ella, Sena es “el autor del femicidio de Lola” porque ahí “hay una prueba que es irrefutable: una mancha de sangre, de ADN”, en referencia a la billetera y la toalla de la joven, donde se encontró sangre del procesado.

“Creo que si, que esta persona pudo haberle dado muerte a Lola, pudo haberla asfixiado. Porque si no, ¿qué es? ¿Una platea de asesinos y violadores que estaban viendo como mataban a Lola? Participación esta persona tuvo. Desconozco el grado, pero que actuó y actuó acompañado, yo como madre no tengo duda”, añadió.

Sobre la participación de “El Cachila” y de una tercera persona, dijo: “Hay un acercamiento, hay alguien que miraba y otro que hacia y no descarto que haya otra persona", comentó.

“Si me preguntas como madre, mi pálpito, que no es científico es que sí”, añadió.

Las coartadas de Sena

Este jueves, según informó Subrayado, se llevó a cabo una nueva instancia judicial del expediente de “El Cachila” en el Juzgado de Rocha, en la que Sena fue sometido a pericias psiquiátricas y psicológicas.

Además, en el juzgado se llevó a cabo una audiencia ampliatoria de las pruebas, con un reconocimiento mediante fotografías de distintas personas, entre las cuales estaba la de “El Cachila”, a quien Sena no identificó.

En la misma audiencia comparecieron dos testigos, pero faltó el dueño del comercio en el que Sena dijo que trabajaba en el verano de 2014, por estar fuera del país.

En declaraciones previas, Sena argumentó que el ADN que se halló en la mochila llegó ahí porque él se cortó con una botella de cerveza que se le rompió al trabajar reponiendo mercadería en el comercio local y que cuando fue a la playa, encontró el objeto y ahí se manchó con su sangre.

Según informó Subrayado, Sena efectivamente trabajó en ese comercio, pero fue despedido antes de que sucediera el homicidio de la joven argentina. El medio accedió a los registros de BPS de ese momento y el hombre ya no trabajaba en el lugar, por lo que se encontraba cobrando el subsidio correspondiente a sus créditos laborales por parte del BPS y el argumento sostenido por el procesado caería.