Las autoridades del Ministerio de Salud Pública (MSP) dieron este jueves una conferencia de prensa para informar de la excepcionalidad otorgada por la cartera a OSE, para el aumento de unos compuestos llamados trihalometanos en el agua, vinculados a su desinfección.

“Son compuestos químicos orgánicos que se forman durante la desinfección del agua con cloro. El hecho de tener que incrementar la utilización de desinfectantes clorados para mantener un agua que sea apta, desinfectada y que no tenga microorganismos, que se pueda seguir consumiendo, hace que se utilice más cloro y, por lo tanto, se forme más de estos compuestos que se llaman trihalometanos”, dijo la ministra Karina Rando.

Explicó que si bien hay 27 tipos de trihalometanos distintos, la excepcionalidad rige para dos de ellos. Junto a la ya otorgada por el MSP a la OSE en lo relativo al nivel de sal, cloruros y el incremento de la conductividad del agua, ambas excepcionalidades regirán por los próximos 45 días.

En cuanto a la primera excepción, que rigió en los últimos 45 días, los parámetros establecidos fueron: en cuanto a los cloruros en el agua, desde 450 a 720 miligramos por litro; hasta 440 miligramos de sodio por litro; y en materia de conductividad, hasta 2.981 unidades por centímetro cúbico.

“En este corto plazo no va a producir ningún tipo de daño a la salud, por lo tanto, la excepcionalidad se va a otorgar”, dijo Rando en relación a los trihalometanos.

“Lo más importante acá es decir que estos compuestos, si bien en algún lugar se puede escuchar, o pueden haber escuchado, que tienen propiedades muy dañinas para el organismo, esto no es así en el consumo por períodos de tiempo menores a lo que son decenios”, sostuvo la ministra, diciendo que algunos expertos señalan incluso que el daño puede darse pasadas las siete décadas de consumo ininterrumpido.

Rando recordó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) “es muy clara” al establecer que, si se debe elegir entre aumentar los trihalometanos o arriesgar el nivel de desinfección del agua, se debe apostar por el mal menor, es decir, garantizar que no haya un aumento de los patógenos en el agua y que esta cumpla los valores de referencia microbiológicos.

“La desinfección eficiente nunca debe comprometerse, por lo tanto, los patógenos transmitidos por el agua representan una amenaza real e inmediata para la salud”, señaló.

Rando fue consultada sobre las mediciones de la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea), que registró en varias fuentes de agua del área metropolitana valores de cloruro, sodio y metales superiores a los valores establecidos por el MSP. En respuesta, la ministra dijo que se toman promedios “con un trabajo muy dinámico”, por lo que “puede haber en algunos momentos miles de muestras” y que “en alguno de los lugares puede haber algún punto en el que esté aumentado”.

“El MSP lo conoce, está en permanente contacto con OSE y se realizan las medidas correctivas inmediatamente cuando se conoce que hay algún lugar en el que supera. No es que se duplica el valor de sodio o conductividad; el pasaje del límite es muy poco y muy pocas veces en muy pocos lugares y muy pocos días”, agregó Rando.

A su vez, dijo que los trihalometanos no alteran el sabor del agua. “Ese sabor no tan agradable que tenía es más por la sal, el cloruro de sodio”.

Recomendaciones por la sal

Rando compartió las recomendaciones de la Comisión Asesora Honoraria del Agua en lo relativo al nivel de sodio, “que es lo que nos ha venido preocupando hasta ahora”, dijo.

“El MSP ratifica que el agua de OSE es para consumo humano. A su vez insiste, y esto es muy importante, en la importancia de continuar consumiendo las cantidades de agua diarias necesarias para el organismo, los profesionales, los profesores nos insistieron en que la población no puede deshidratarse, tiene que continuar tomando el agua que venía tomando habitualmente”, indicó.

Dijo que la población sana debe controlar su presión arterial, sobre todo los mayores de 60 años. “No porque el agua les vaya a subir la presión, sino porque tal vez tengan una hipertensión no diagnosticada y tengan que tomar recaudos”, dijo.

“Quiero que eso quede claro, es muy importante. La presión arterial se la tiene que tomar también la gente sana por la eventualidad de tener un subdiagóstico de hipertensión arterial, no porque esta agua les vaya a causar la enfermedad”, remarcó.

“Para la población general, sin diagnóstico de hipertensión arterial, mantener el consumo de agua habitual diario, que puede ser en su totalidad agua de OSE. De ser posible, la preparación de fórmulas de lactantes debe utilizar agua mineral. La población con mayor riesgo de ser hipertenso conocido, mayores de 60 años, recomendar controlarse la presión arterial de forma periódica”, señaló.

“La población que utiliza medicamentos antihipertensivos y diuréticos, es decir, población ya diagnosticada como hipertensa, debe disminuir al máximo el consumo de alimentos con exceso de sodio al máximo, y podría seguir consumiendo agua de OSE hasta una cantidad razonable, que los expertos estiman aproximadamente un día por agua, y se recomienda completar la ingesta de esta agua con agua mineral”, agregó la ministra.

En el caso de la población con más riesgos, es decir, aquellos con enfermedad renal crónica, insuficiencia cardíaca, cirrosis y embarazadas, dijo que “tienen que evitar en lo posible el consumo de agua de OSE, asesorados por el médico tratante”.

“En el caso de tener que tomar agua de OSE, se recomienda no exceder el litro de agua por día y aumentar la frecuencia de controles de presión arterial. Completar la ingesta del volumen de agua recomendado por su médico. Recordamos que en esta población hay algunos pacientes con insuficiencia renal crónica que no pueden tomar esa cantidad de líquido, de ningún tipo de agua. Hay pacientes que están en díalisis o con insuficiencia renal cronica que no vayan a confundir esto con una recomendación de tomar más agua. Cada paciente tiene que tomar el volumen de agua indicado por el médico y eso no cambia”, añadió Rando.