El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, recibió este domingo "una infiltración" en la cadera en un hospital de Sao Paulo para paliar las molestias que viene padeciendo en esa zona, con la previsión de que pase por una cirugía antes de finalizar el año, informaron fuentes oficiales.

“Debe someterse a una operación programada de cadera en la segunda mitad del año”, indicaron a EFE fuentes de la Presidencia de Brasil, que subrayaron que el mandatario progresista, de 77 años, continuará con su agenda oficial de forma “normal” y “según lo previsto”.

La infiltración de este domingo tuvo lugar en el Hospital Sírio-Libanês de Sao Paulo, una de las clínicas privadas más prestigiosas de Latinoamérica.

Lula, en el poder desde el 1 de enero, cuando inició un tercer mandato tras gobernar en dos periodos entre 2003 y 2010, se ha quejado públicamente de dolores en la cadera en los últimos meses.

El jefe de Estado participó este domingo en la ceremonia de toma de posesión de la nueva directiva del Sindicato de los Metalúrgicos de São Bernardo do Campo, en la región metropolitana de Sao Paulo, donde se forjó como político.

En su discurso, Lula exaltó el papel de los sindicatos del cinturón industrial paulista, pues “simbolizan una lucha histórica” ya que “realizaron las primeras huelgas, ayudaron a derrotar” la dictadura militar (1964-1985), a crear el Partido de los Trabajadores (PT), que él lidera, y a convertirle en presidente de la República.

El líder progresista prometió también volver a crear empleo y subir todos los años de su mandato el salario mínimo.

“Necesitamos recuperar Brasil” y “mejorar la vida de las personas y eso se hace con empleo y con salario”, aseveró el antiguo tornero mecánico.

Según la agenda oficial, el gobernante también presenciará un concierto de la cantante brasileña Maria Rita, hija de la fallecida Elis Regina, considerada la más grande de las voces brasileñas.

Después volverá a Brasilia, donde los próximos días le espera una intensa agenda de compromisos, entre ellos una reunión el lunes con el administrador de la NASA, Bill Nelson.

EFE