Por GERARDO TAGLIAFERRO
Jeans gastados, campera marrón, buzo y camisa azul. Lejos de la formalidad con que se presenta en sus apariciones televisivas o en eventos académicos, este Luis Eduardo González es el que escucha todo el tiempo la voz de la opinión pública. El que recibe los resultados del trabajo de campo que otros hacen y los analiza, los somete a su particular y probado escrutinio, los desmenuza, los pasa por el tamiz de su olfato y se los entrega a ese otro, a ese hombre de traje y corbata que aparece ante el gran público y los pone sobre la mesa. Ese es su trabajo desde hace unos cuantos años.
Como todos conocen, es sordo. De nacimiento. "No se sabe por qué... alguna peste que se agarró mi madre, vaya a saber". Nunca la sordera le significó aislamiento, pero tuvo que ingeniárselas para escuchar sin oír, en un mundo casi silencioso y por eso, algo hostil. Fue profesor de liceo, una experiencia "siniestra" porque pretender mantener en orden a 30 pibes de doce o trece años, sin oírlos... imaginémonos. Te la regalo.
Durante veinte años pretendió hacerle la guerra a su "discapacidad" con el expediente de ignorarla, de hacer de cuenta que no existía. Cuando se convenció de que el enemigo era poderoso se unió a él, y pasó los veinte siguientes aprendiendo a domesticarlo. Mal no le fue. Hoy es uno de los referentes ineludibles a la hora de analizar los vaivenes de la política y su palabra es esperada cada noche de escrutinio, para amarla o para odiarla, pero siempre para prestarle atención.
Jeans gastados, campera marrón, buzo y camisa azul. El "Sordo" González se disculpa por el retraso y ofrece café. Acto seguido abre el manual que ya sabe de memoria y es seguramente el prólogo de cualquier charla con un extraño como este relator. Como el policía de las películas, que lee sus derechos al prisionero: "tenés que hablarme lentamente, no es necesario que sea fuerte, pero tiene que ser pausadamente". Con esa receta y una técnica de lectura de labios perfeccionada durante más de seis décadas, nada es imposible. No escucha el que no quiere.
Lo demás es cancha y sentido común para interpretar, como en las encuestas.
1) ¿Quién ganaría hoy las elecciones?
No lo sé con certeza, nadie lo sabe. Si tuviera que apostar una cena, diría Tabaré Vázquez.
2) Si Vázquez es candidato, ¿gana seguro?
No, no. Es el mejor candidato posible para el Frente Amplio, a mi juicio, en este estado de opinión, pero eso tampoco quiere decir que gane seguro. Faltan dos años para las elecciones, si él no es candidato el Frente tiene que construir una figura presidenciable en ese tiempo, y no tiene muchas alternativas para eso. La probabilidad de votar bien de esa figura es más baja que la de Vázquez. No significa que vaya a perder, significa que es más difícil.
¿El Partido Colorado está en condiciones de llegar a la segunda vuelta? "Absolutamente, sí" |
3) ¿El Frente podría ganar en una segunda vuelta estando un poco lejos del 50% en la primera? Esto significaría que tendría que captar votos del partido que no pase a la segunda vuelta en un volumen superior al que captó en las anteriores elecciones.
Si está en 45% es difícil. Porque si está en 45, los demás sumados son bastante más. Es complicado. Con 48 o 49 es una cosa, con 45 es muy, muy otra.
4) ¿El Partido Colorado está en condiciones de llegar a la segunda vuelta?
Absolutamente, sí.
5) ¿Esto es así por obra de Bordaberry?
Fundamentalmente creo que sí. La gente siente que el tipo que agarró al Partido Colorado del borde del abismo y lo sacó fue Bordaberry.
6) ¿Qué tiene Bordaberry?
Tiene muchas virtudes, propias y ajenas. Las ajenas son que él está 90 grados en una dirección y sus opositores le ven 45 grados. Es decir: lo ven allá cuando él está acá. Ejemplo: Lacalle Herrera en 1989. Para la dirección frentista Lacalle era un pituco energúmeno de derecha, pero solo ellos lo veían así. La gente lo veía como un tipo joven, dinámico, que prometía, que no era el heredero perfecto pero sí quizás el tipo que podía ser algo parecido a lo que Wilson representaba para el Partido Nacional. Y eso le alcanzó para ser presidente. En parte, la virtud está en el error ajeno. Buena parte de la dirigencia política actual comete exactamente el mismo error con Bordaberry. Peor, porque dice que Bordaberry es un señor tan equivocado como era el papá. Y Bordaberry hijo los mata con las manos atadas a la espalda con eso. Dice: "bueno ¿qué quieren que les diga? Toda mi vida he sido claro en que yo no pienso como mi padre. Pero ¿quieren que hable mal de mi padre? ¡Por favor! ¿Por qué no hablan mal del padre de ustedes?" Y la gente es sensata, entiende esto.
7) ¿El apellido no le juega en contra a esta altura?
Lleva un apellido que realmente es muy impopular en este país, pero precisamente porque le han pegado por eso, la gente distingue mejor. Además él ha sido extremadamente contenido y muy sobrio en el manejo de este asunto y ha distinguido muy claramente entre lo que es hacer política y su situación familiar. Nunca intentó tirar al padre por la borda. Entonces la gente entiende esto, que es lo que muchos adversarios todavía no aprendieron.
8) ¿Quién es el mejor candidato para el Partido Nacional?
¿El mejor? Ah, eso lo sabe Dios. La gente cree que el mejor es Larrañaga. No sé cuál es el mejor.
9) En el año 2000 escribió que en 2004 el FA iba a tener 50,3% de los votos en primera vuelta. Y obtuvo 50,4%. ¿Las razones por las cuales llegó a ese porcentaje fueron las que usted manejó o hubo otras en el medio?
Otra vez, hubo un conjunto de virtudes propias y defectos ajenos. Empecemos por los defectos ajenos, que son los más fáciles de ver. Por un montón de razones buena parte de la dirigencia tradicional, colorada y blanca, tenía los ojos en la nuca. Veían al Frente de 1973. Y el problema es que habían pasado treinta años. Y la gente, seguramente menos ilustrada políticamente, vivía en el mundo real. Para ella no era el Frente de 1973, ella veía otra cosa. Entonces, si uno trata políticamente a esa cosa como el Frente de 1973, está diciendo cosas irreales para la mayoría de la población. Ese fue el gran favor que le hicieron las dirigencias blancas y coloradas al Frente. Por otro lado, en el 99 Vázquez prometía hacer temblar las raíces de los árboles, y en 2004 prometía "el cambio a la uruguaya". Entonces, ¿en qué maldita cosa se diferencia "el cambio a la uruguaya" de "el cambio en paz"? Es la misma idea. Lo que el Frente prometía era que nadie iba a estar peor y casi todos, si no todos, iban a estar un poco mejor. Pero no victimizaba a más nadie. No iba a dar vuelta los fundillos y los bolsillos de nadie.
"Si el Frente fuera sensato adelantaría el plebiscito por la baja de la edad de imputabilidad"
10) Ese pronóstico que usted realizó en 2000 obviamente no tuvo en cuenta la crisis de 2002 que, se supone, impactó favorablemente para el FA en el resultado electoral de 2004. ¿Eso quiere decir que si la crisis no hubiera existido su pronóstico no habría sido correcto?
En sentido estricto lo que hice no es un "pronóstico". "Pronóstico" es lo que uno hace basado en una encuesta hecha pocos días antes de la elección. Lo que realmente hice fue, primero, un modelo de comportamiento electoral muy simple, basado en el comportamiento electoral anterior y en algunos supuestos sobre qué es lo que motivaba a la gente a la hora de votar. Segundo, luego de ver que el modelo funcionó bien para las elecciones de 1999, la conclusión era: si el modelo siguiera funcionando bien, entonces en 2004 el FA ganaría con una muy ajustada mayoría absoluta en primera vuelta. Entonces, ¿la crisis no tuvo ningún impacto? La respuesta es: aparentemente, muy poco. En parte porque el impacto acumulado de las décadas anteriores, en la medida en que eso estaba "recogido y contabilizado" en el modelo, era aún más pesado que el de la crisis, y en parte porque hacia el final del gobierno de Batlle ya era claro, al menos para la población informada, que el país estaba saliendo de la crisis, aunque la población seguía muy malhumorada. Moraleja: aun sin crisis Tabaré Vázquez hubiera ganado la presidencia, aunque no necesariamente en primera vuelta y con mayoría parlamentaria.
11) La próxima elección ¿quién la gana? ¿El que prometa qué cosa?
Esa es la creatividad de la política, caballero (se ríe). Las cosas estables no cambian, entonces gana el que aprovecha mejor esas cosas estables y que sea más creativo para poner encima de la mesa cosas que le importan a la gente.
12) ¿El de la seguridad va a ser un tema central?
El tema seguridad es una ilustración de la habilidad política de Bordaberry y de buena parte del Partido Nacional. Me cuesta creer que el liderazgo frentista pueda creer que los plebiscitos que ganó históricamente sobre temas concretos los ganó por el detalle de lo que se ofrecía. Jamás se debe a la letra chica, siempre gana el que expresa mejor la letra grande. En lo de Antel a la gente le pareció una barbaridad vender las joyas de la familia de esa manera. La gente está dispuesta a aceptar cierta ineficiencia, porque va acompañada de ciertas seguridades. Y ahora ¿por qué creer que es diferente? ¿Por qué creer que la gente va a decidir por la letra chica del famoso proyecto de bajar la edad de imputabilidad? No, es como siempre: la letra grande.
13) ¿Y cuál es la letra grande en este caso?
La letra grande es que la gente está convencida de que hay un problema y tiene derecho a verlo como un problema y está podrida de que le digan que no, que son unos nabos y que es cosa de los medios de comunicación. El que no vea eso... Mujica dijo una vez: los partidos tienen derecho a suicidarse.
14) De manera que el plebiscito por la baja en la edad de imputabilidad, que se va a realizar junto con las elecciones, es un problema para el Frente.
Si el Frente fuera sensato lo adelantaría. Hay una propuesta para hacer eso, legalmente es posible, lo que hace falta es voluntad política. Pero el Frente parece creer que eso lo va a ayudar, si no, no se entiende por qué lo hace.
"Los partidos tienen enfermedades progresivas que empiezan con ‘s': sordera y soberbia". ¿Eso le está pasando al Frente? "Y... yo creo" |
15) ¿Cuál sería el resultado hoy del plebiscito?
Depende mucho de cómo se presente el debate, pero si las dos partes lo hacen con igual habilidad y talento, debería ganar la baja en la edad de imputabilidad.
16) Dicho de otra manera: los promotores de la iniciativa sólo pueden perder si se equivocan.
Dicho en grueso yo diría que es así. Otra vez, el principal problema no es el fondo del asunto, es la letra gruesa, del mismo modo que el principal problema con la ley de Caducidad no era la sustancia sino el hecho de enmendarle la plana a dos plebiscitos. Los partidos se esclerosan, tienen enfermedades progresivas que las dos empiezan con "s": una se llama sordera y la otra soberbia.
17) ¿Eso le está pasando al Frente?
Y... yo creo.
18) En el año 2000 realizó una proyección que adelantó que el FA iba a ganar en 2004. ¿Se puede decir hoy cuándo va a perder?
No, a mi juicio no, porque cambió una de las premisas básicas que permitía construir el modelo econométrico que daba eso. La premisa fundamental era que el Frente se volvía cada vez más potable y no había tenido nunca la oportunidad. Eso no funciona más.
19) ¿Por qué cayó tanto la popularidad del presidente?
(Piensa largamente) Vamos a dejar las cosas claras desde un principio. Yo tengo simpatía personal por el presidente. Lo que me gusta de él es su capacidad de llamar a algunas cosas por su nombre. A veces se equivoca, pero muchas veces no. Tiene algunos instintos que son una mezcla de blanco viejo y de anarco viejo, que a mí me resultan particularmente simpáticos. Podría decir sin miedo al error que el presidente me resulta mucho más simpático a mí que a un montón de intelectuales con camiseta frentista. Lo que hace particularmente importante esa faceta del presidente es la legitimidad personal que tiene para decir lo que dice. Es muy difícil cuestionarlo: si dice lo que dice sobre Venezuela, sobre la burocracia o sobre el sector público, nadie lo puede acusar de ser un contratado de la derecha. Entonces, su voz políticamente es de enorme importancia y probablemente la vamos a valorar colectivamente mucho más dentro de treinta años. Estoy convencido de eso. Es la primera voz fuerte de la izquierda que dice con todas las letras un montón de cosas que todavía son vacas sagradas, y la gran virtud de Mujica es que no le importan las vacas sagradas. Eso es lo que yo valoro de él. Pero así las cosas, una cosa es pensar bien y otra actuar bien. La gente piensa que el presidente es un filósofo espectacular de la política, pero está un poquito cansada. No le gusta un presidente que está diciendo todo el tiempo que no puede ni siquiera con su propia gente. Los presidentes tienen que hacer cosas.
"La voz de Mujica es políticamente de enorme importancia y probablemente la vamos a valorar dentro de treinta años"
20) En eso Mujica pierde con la sombra de Vázquez.
Vázquez es un hombre, en sus pensamientos y en sus dichos mucho menos llamativo que Mujica, pero era capaz de imponer un pulso a su gobierno que éste nunca tendría. Las diferencias son muy notables. Entonces, hay una población que cree que hay un montón de situaciones muy insatisfactorias y percibe que hay un gobierno que no las enfrenta. El gobierno puede decir que la educación pinchó porque la oposición se borró, pero nadie puede creer eso cuando hay un presidente que dice que no le llevan las cosas ni sus propios aliados. Eso hace mucha roncha.
21) No es lo único, supongo.
No, lo que pasó con la ley de Caducidad fue otra cosa. La gente dice: pero ¿cómo? ¿Resulta que los campeones de los plebiscitos los quieren desautorizar? Es no cierra por ningún lado. Ese fue el primer golpe muy fuerte que se reflejó en la primera caída abrupta de las simpatías hacia el presidente y de la evaluación de su gestión. Después se recuperó un poquito, pero en los últimos seis meses ha habido una seguidilla de golpes, ninguno de la magnitud del primero, pero todos apuntan en la misma dirección. El primero fue casi de nocaut; estos no, pero son los puntos que definen las peleas.
22) ¿Pluna es uno de esos golpes?
Algunos de mis colegas dicen que va a tener un gran impacto. No sé si un gran impacto pero por lo menos suma puntos en la misma dirección. Cuesta entender cómo se hicieron algunas cosas y por qué se hicieron de esa forma. Yo no creo que haya problemas de corrupción ni nada por el estilo, no es eso. Es muy otra cosa, pero el problema es que el gobierno no parece entender cuál es. Y suma para el mismo lado. Son los síntomas acumulativos de esa vieja enfermedad que liquidó primero a los colorados y después a los blancos. Nada como una buena temporada en el llano para tratar de vacunarse.
23) Si el Frente pierde las próximas elecciones ¿se rompe?
No, no creo. Al Frente le puede pasar lo mismo que al PT (brasilero). Puede sufrir un desgajamiento relevante, quizás, pero va a ser una minoría.
24) Las encuestas cada vez predicen con más exactitud los resultados electorales.
Uruguay tiene dos características distintivas, que apuntan en sentidos exactamente contrarios. Por un lado, tiene muy fuertes identificaciones partidarias, las más fuertes de la región, cosa que simplifica mucho el trabajo de los encuestadores. La otra característica es que la población tiene una reticencia a expresar sus verdaderas preferencias que es muchísimo más alta que en una nación culturalmente muy similar a la uruguaya como es Argentina. Los argentinos son mucho más transparentes. Para navegar en ese mar complicado la experiencia ayuda mucho, por eso es que el rendimiento de las encuestas en términos generales ha mejorado mucho en los últimos 25 años.
25) ¿Los resultados que las encuestadoras ofrecen son los que les da el trabajo de campo exactamente, o juegan un poco con el "olfato"?
No, en absoluto, si usted se juega a la nariz está frito, porque la nariz es muy fácil de engañar. Usted lo que tiene que tener es un modelo de cómo ocurren las cosas y de cómo se corrigen ciertos problemas de las muestras, y tiene que aplicar rigurosa y sistemáticamente ese modelo porque si no lo hace sus resultados no son comparables a través del tiempo.
26) Me refiero a usar la nariz a la hora de afinar los números.
En Uruguay los resultados puros de las encuestas, políticamente no sirven. Lo que es decisivo es el modelo interpretativo que usted tiene. Pero si no tiene datos genuinos de encuesta tampoco sirve. Lo que necesita es buena información final y una capacidad razonable de interpretar esa información. Si alguna de las dos patas le falla, chau.
"El FA padece esa vieja enfermedad que liquidó a los colorados y a los blancos. Nada como una buena temporada en el llano para vacunarse"
27) ¿Cuánto influyen las encuestas en el resultado de una elección?
Yo creo que muy poco en las que duelen. O sea, influyen muy poco en el ganador, pero pueden influir uno, dos o tres escalones más para abajo. En los partidos pequeños. Hay que ser guapo para votar a un partido que se sabe no tiene chance, hay que estar muy convencido. Si uno está arriba de la ola las diferencias no importan porque la gente no les cree mucho a las encuestas. Los únicos que le dan pelota a las encuestas son los encuestadores, los periodistas y los políticos.
28) ¿La gente no cree?
Y hace bien (se ríe). No porque las encuestas sean malas, sino porque la gente se forma juicios generales -otra vez la letra grande, no la pequeña- y lo que importa es seguir sus instintos, me parece. Yo no voto como un encuestador, voto con mis tripas: al que me cae bien, al que creo que puede.
29) Los políticos se quejan cuando las encuestadoras les dan mal y hablan como si las encuestas influyeran en la gente.
Bueno, el asunto es que si de diez gana uno, el noventa por ciento de los políticos va a estar en contra de las encuestas.
30) Pero insisto, los políticos se enojan y desacreditan a las encuestas cuando les dan mal. Eso debe ser porque creen que influyen en los votantes.
Otra vez: no influyen en el premio mayor pero sí en los premios menores. Entonces las políticas de alianzas, los recursos que se inyectan en las campañas están influenciados por las encuestas porque los políticos les dan pelota. El problema es que la mayoría de los políticos no se tira al premio mayor.
31) El 15 de mayo, en una charla sobre la estatización de la argentina YPF, dijo que en Venezuela hay un agujero negro que va a costar llenar. ¿Qué quiso decir?
Dije exactamente lo mismo que Mujica. Él dijo en aquel famoso libro que hizo muchas olas en 2009 (se refiere a "Pepe. Coloquios", de Alfredo García) que los venezolanos creen que están construyendo el socialismo. "Socialismo minga. Lo que están construyendo es una hiper burocracia, lo que tenemos acá es un juego de niños". Ese es el agujero negro.
32) Otra cosa que dijo en esa oportunidad es que los uruguayos en general pensamos que Chávez es un payaso.
Sí, porque es. Desde la óptica caribeña Chávez es una cosa, pero visto desde acá es un payaso. Es un tipo con una oratoria absolutamente desorbitada, sin vínculo con la verdad objetiva, entre muchas comillas, o con un vínculo un poquitito tenso y distante.
33) Sin embargo sigue ganando elecciones.
Y bueno... lo que pasa es que los venezolanos se las ingeniaron, como eran ricos, para hacer pomada uno de los primeros sistemas de partidos serios y democráticos de la región. Padecieron las mismas enfermedades que los de acá, pero llevaron las lacras y las heridas hasta extremos mucho más duros porque eran mucho más ricos y había mucha más capacidad de aguante. Con eso quedó un cráter lunar. Y ¿qué pasó? Pasó que en ese país muy rico y con mucho petróleo había mucha desigualdad social y muchas diferencias sociales vinculadas a temas culturales y étnicos, larvadamente. ¿Quién tiene dudas que Chávez es un mestizo, que no está con las oligarquías blancas del país? Bueno, si su discurso acentúa eso y el comportamiento de los otros encima lo ayuda, ya está. En relación a lo que podría haber sido, como gobernante Chávez es un desastre. Pero la gente no ve lo que podría haber sido, sino que parte no desdeñable de toda esa riqueza petrolera se ha canalizado en programas de ayuda a la población. Y efectivamente eso ha tenido algunos impactos reales sobre las condiciones de vida de la población. Y encima de todo, un discurso que dice que toda esa gente es la verdadera Venezuela.
"Los únicos que le dan pelota a las encuestas son los encuestadores, los periodistas y los políticos"
34) ¿Y Cristina qué es?
Cristina no es peronista. Cristina es una "heredera de". Si logra serlo de lo mejor del peronismo va a seguir teniendo mayoría. Si empieza la duda de que lo es de lo peor del peronismo, chau. Creo que la polarización de la opinión pública argentina significa eso: muchos creen que sí, que es heredera de lo mejor, y los demás creen que lo es de lo peor. Y los que están en el medio son cada vez menos.
35) ¿Cristina es diferente a su marido?
Por lo menos en un sentido importante sí: es mucho menos pragmática. Eso puede ser bueno o malo, ese es otro problema.
36) ¿Cuándo se dio cuenta de que era sordo?
Me di cuenta de que era distinto probablemente desde antes de tener memoria. Aprendí que era sordo a los cuatro años.
37) ¿Alguna vez sintió que era algo que lo iba limitar de manera importante?
Es una pregunta difícil de contestar. Me pasé los primeros veinte años de mi vida pretendiendo que eso no era así; los siguientes veinte años aprendiendo a convivir con la idea de que era así. Ya adulto una vez me invitaron para recibir un premio por ser un discapacitado distinguido y me ofendí. ¿Cómo? ¡Discapacitado tu madrina! Me explicaron por qué y acepté, porque el asunto no era yo, sino ayudar a los que tienen problemas iguales o peores.
"Me pasé los primeros veinte años de mi vida pretendiendo que no era sordo, y los siguientes veinte aprendiendo a convivir con la idea"
38) Cuando dice que los primeros veinte años de su vida intentó negarlo, ¿se refiere a negarlo para afuera o a sí mismo?
A mí mismo.
39) Fue profesor de liceo, algo que usted mismo calificó como una experiencia "siniestra".
Sí, yo era estudiante del ciclo básico en la Facultad de Ingeniería, tenía 22 o 23 años, y concursé para un cargo docente en matemáticas. Me fue bien, y todavía negando las cosas tomé unas cuantas horas. Mi idea era alimentarme de eso y dedicar el tiempo restante a las cosas que me interesaban. Y tomé unas cuantas horas en primer ciclo de liceo: los dos años que siguieron fueron feroces. Descubrí que yo podía dar una clase y hasta no ser del todo aburrido para los gurises, pero era absolutamente incapaz de mantener la disciplina en un grupo de chiquilines díscolos, de 11 a 15 años. Entonces mi clase era un relajo vivo, la gente venía a ver de qué tamaño era el despelote local y a ver qué se le estaba ocurriendo hacer a los muchachos. Esa experiencia fue muy determinante. Finalmente me di cuenta de que hay cosas que puedo hacer y cosas que no. Entonces mi estrategia de defensa fue, como primer paso, renunciar a todas las horas en el primer ciclo y cambiarlas por horas de práctico en lo que entonces se llamaba "preparatorio". Ahí igual seguía el relajo pero ya era mucho menos importante, porque los muchachos, mucho más grandes, estaban en otra. Pero aún así cuando pude renuncié.
40) Tiene edad para jubilarse. ¿Hasta cuándo piensa trabajar?
Mientras viva... (piensa) Mientras viva no, mientras pueda. Lo peor que puede pasar es creer que uno puede mientras los demás creen que ya no puede. Aprender esa diferencia es crítico. Pero uno es lo que hace, y si lo que hace es comer pop y mirar televisión, está mal.
Montevideo Portal / Gerardo Tagliaferro
Fotos: Juan Manuel López
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