Por The New York Times | Jack Nicas and Lucía Cholakian Herrera
El candidato favorito para ser el próximo presidente de Argentina tiene un largo historial de ataques contra uno de sus compatriotas más famosos.
Javier Milei, un libertario de extrema derecha que lidera las encuestas en las elecciones presidenciales de Argentina este mes, ha hecho muchas declaraciones polémicas en los últimos años como cuando afirmó que los humanos no causaron el cambio climático, cuando dijo que la gente debería poder vender sus órganos o cuando aseveró que la moneda de su país “no sirve ni para abono”.
Pero, para muchos argentinos, ha hecho algo mucho peor: atacar al papa.
En 2020, Milei, quien se identifica como católico, calificó al papa Francisco de “imbécil” y dijo que “es el representante del maligno en la Tierra”. El año pasado, Milei dijo que el papa siempre está “parado del lado del mal” porque apoya los impuestos. Y el mes pasado, en una entrevista con el expresentador de Fox News Tucker Carlson, Milei dijo que el papa “tiene afinidad por los comunistas asesinos” y viola los Diez Mandamientos al defender la “justicia social”.
Son palabras atrevidas para un hombre que intenta ser el presidente de Argentina, donde casi dos de cada tres personas se identifican como católicas, donde el Estado es oficialmente católico y el papa argentino es, para muchos, un héroe nacional.
Pero Milei —quien cantó en una banda que tocaba versiones de los Rolling Stones, además de ser un economista libertario, comentarista de televisión y político— no es el típico candidato presidencial.
Se ha postulado con poca estructura de partido a su alrededor. Ha prometido diezmar el gobierno que aspira a dirigir. Promete fuertes recortes en los servicios sociales. Quiere deshacerse de la moneda nacional.
Y en vez de hacer campaña con su esposa e hijos, la familia inmediata de Milei está formada por su hermana (que dirige su campaña), su novia (una actriz que se hizo famosa por imitar a su archirrival política) y sus cinco perros mastín (que son clones de su anterior perro).
El planteamiento es poco ortodoxo, pero funciona. En agosto, Milei ganó las primarias abiertas del país con el 30 por ciento de los votos, por delante de los candidatos del partido de centroizquierda que gobierna el país y del partido conservador tradicional. Desde entonces, ha seguido liderando las encuestas y los analistas dicen que es probable que logre los votos necesarios en las elecciones del domingo para pasar a una segunda vuelta o ganar los comicios.
Pero sus comentarios del pasado aún lo persiguen.
“Habló mal del papa”, dijo María Vera, de 47 años, vendedora de empanadas en una villa miseria llamada Villa 21-24, en el sur de Buenos Aires. “Si Milei no quiere tener respeto al padre, no sé a quién”. Ella no va a votar por él, dijo.
En una carretera que conduce a un barrio popular, las paredes estaban cubiertas de carteles con el rostro del papa y un mensaje claro: “Milei lo odia. El pueblo lo ama. ¿Vos dónde te parás?”.
El Vaticano ha guardado silencio sobre el asunto y no respondió a una solicitud de comentarios. Pero en Argentina, los líderes eclesiásticos están contratacando.
El mes pasado, algunos de los principales sacerdotes católicos de Argentina organizaron una misa en la Villa 21-24 para expiar los “insultos indignos” de Milei hacia el papa. Levantaron un altar afuera de la iglesia y 30 sacerdotes leyeron una declaración de apoyo al papa Francisco, mientras los feligreses llenaban la calle.
El líder de la iglesia, el padre Lorenzo de Vedia, conocido como padre Toto, dijo que gran parte de su rebaño sigue sacando a relucir los comentarios de Milei. Afirmó que incluso la gente que no está tan involucrada en la vida cotidiana de la Iglesia, está ofendida, todavía más que “tiene posibilidad de ser presidente”, dijo.
Sus oponentes han intentado aprovechar la polémica.
Sergio Massa, ministro de Economía argentino, que aparece en las encuestas en segundo lugar, después de Milei, aprovechó su única oportunidad de interpelarlo durante un debate celebrado este mes para preguntarle sobre el papa. “Ofendiste al jefe de la Iglesia” , le dijo. “Quiero pedirte que aproveches estos 45 segundos para pedirle perdón al papa, que es el argentino más importante de la historia”.
Milei trató de desestimar sus comentarios diciendo que los hizo antes de entrar en política, aunque varios han sido hechos desde que fue elegido para el Congreso en 2021. También dijo que se había disculpado con el papa, aunque el Times no pudo encontrar un registro de eso y su campaña no pudo proporcionar detalles específicos.
“Si me equivoco, no tengo problema en repetir que estoy arrepentido”, dijo Milei a su oponente en el debate. “Dejá de chicanear y dedicate a bajar la inflación”.
Algunas personas que alguna vez fueron cercanas a Milei han criticado sus comentarios sobre el papa. Eduardo Eurnekian, uno de los empresarios más prominentes de Argentina y antiguo jefe de Milei cuando era economista dijo en una entrevista de radio que los comentarios de Milei “están completamente fuera de lugar”, y añadió: “El papa es el papa, tiene una responsabilidad enorme y además hace 2000 años que estamos respetando la figura por sus principios religiosos y sus ideas”.
Pero otras personas —y votantes— parecen menos inquietas con sus declaraciones.
En la pequeña localidad de Chicoana, al norte de Argentina, Daniel Mamani, de 64 años, ha representado por más de una década a Jesucristo en las celebraciones de Pascua de la población.
Aunque los comentarios de Milei sobre el papa lo hicieron sentir incómodo, dijo, tiene la intención de votar por él porque el país necesita un cambio. “Tendrá que pagar por sus deudas, ¿no? O sea, con el Señor de arriba”, dijo Mamani, un mecánico. “Me interesa en la parte que nos traiga a la Argentina un bienestar”.
Lilia Lemoine, amiga de Milei y peluquera que se postula al Congreso en su partido, dijo que ella y Milei han hablado durante mucho tiempo sobre lo que describió como las posiciones izquierdistas del papa.
“Pienso exactamente lo mismo que él”, dijo refiriéndose a Milei. El papa “apoya el comunismo y la ideología de género, y no creo que en eso consista el catolicismo”. Y añadió: “Javier se disculpó por lo que dijo, pero yo no lo haría”.
Lemoine dijo que Milei también se había ido alejando de la Iglesia católica de otras maneras. Afirmó que él “ahora estudia cábala”, una forma de misticismo judío. “Se hizo muy amigo de un par de rabinos”.
De hecho, después de que Milei ganara un escaño en el Congreso de Argentina en 2021, varios medios de comunicación argentinos lo citaron diciendo que estaba considerando convertirse al judaísmo y que aspiraba a “llegar a ser el primer presidente judío de la historia argentina”. La campaña de Milei negó que hubiera dicho eso.
En agosto, en una entrevista con el diario argentino La Nación, Milei dijo que, en muchos sentidos, se sentía judío. “No voy a la iglesia, voy al templo’’, dijo. “No hablo con sacerdotes, tengo un rabino de cabecera y estudio la Torá. Se me reconoce internacionalmente como amigo de Israel y como estudioso de la Torá”.
El mes pasado, Milei dijo que fue a Miami a pasar el sabbat con amigos y luego voló a Nueva York para reunirse con un rabino.
Sin embargo, ha seguido describiéndose como católico, y ha apostado por posiciones más en línea con la política del Vaticano que sus oponentes, incluyendo el objetivo de prohibir el aborto, que fue legalizado en Argentina en 2020.
El papa Francisco nació como Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires en 1936. Desde 1998 hasta su elección como papa en 2013, fue el más alto funcionario católico de Argentina, conocido por su trabajo con los pobres.
No es la primera vez que el papa ha tenido tensiones con algún político. Su firme apoyo a las posiciones del Vaticano en cuestiones sociales como el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo y las adopciones por parte de parejas homosexuales, también lo convirtieron en una especie de rival político de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, expresidentes de izquierda de Argentina.
En 2010, cuando el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner apoyó la legalización del matrimonio igualitario, Francisco, que aún no era papa, calificó la ley como “una maniobra del diablo”. Kirchner replicó que la postura de la Iglesia era “medieval”.
Las críticas de Milei han sido mucho más duras. Ha llamado al papa Francisco “zurdo asqueroso”, “comunista impresentable” y un “potato” (el nombre en inglés del tubérculo papa).
Durante sus 10 años como el primer papa del continente americano, Francisco ha visitado todos los países vecinos de Argentina, pero no ha regresado a su patria. Se ha especulado ampliamente que ha evitado su país de origen para mantenerse al margen de su política polarizante.
Pero Francisco afirmó que planea volver a casa el próximo año.
¿Quién podría darle la bienvenida? Milei.
Natalie Alcoba colaboró con reportería desde Buenos Aires.
Natalie Alcoba colaboró con reportería desde Buenos Aires. Carteles en una villa ensalzando al papa y afirmando que Milei lo odia. (Sarah Pabst/The New York Times) Daniel Mamani, un mecánico, afirma que planea votar por Milei pese a las opiniones del candidato sobre el papa. (Sarah Pabst/The New York Times)