Simon Bramhall, un médico británico que grabó sus iniciales en el hígado de dos pacientes hace casi una década, perdió el pasado lunes su habilitación profesional.
El cirujano admitió haber firmado en el año 2013 los órganos de dos pacientes trasplantados. La confesión se produjo sólo después de que un colega descubriera su “hazaña” y lo denunciara.
Según informa la cadena Deutsche Welle, en 2017 el profesional fue condenado a pagar una multa de 10.000 libras (unos 610.000 pesos), pero mantuvo su rol de médico.
Las acciones legales siguieron su curso lento pero inexorable. Tres años después, el británico perdió temporalmente su licencia. El pasado lunes, sin embargo, Bramhall fue impedido para trabajar “de manera permanente” según la decisión del organismo local responsable.
El MTPS, el tribunal que revisa el trabajo de los médicos en el Reino Unido, calificó el caso como un "acto de arrogancia profesional". El organismo también declaró que, aunque la firma no causó daño a los pacientes, es una "repugnante violación de su dignidad y autonomía".
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