El libro "La derrota. Los porqués del fracaso de Lacalle", del periodista Martín Pintos, saldrá a la venta esta semana, y el semanario Búsqueda accedió a un adelanto del mismo.
En la obra, el ex presidente y candidato del Partido Nacional en las pasadas elecciones confesó su convicción de que esos comicios no los ganaba "ni la Virgen María", porque el triunfo de José Mujica "era inevitable desde el comienzo de la contienda".
Según Pintos, luego del triunfo en las internas la candidatura de Lacalle ingresó "en un espiral de errores y fue objeto de críticas que terminaron por plebiscitar su figura ante el electorado".
Luego de ganar las internas, el 28 de junio, Lacalle se reunió con Jorge Larrañaga a puertas cerradas en la sede de la agencia Ímpetu. "No me ofrezcas lo que yo ya sé que tengo que aceptar", le dijo Larrañaga.
No sólo se habló de candidaturas, ya que Alianza Nacional había gastado mucho dinero en publicidad, y el propio Larrañaga se había endeudado fuertemente. "Necesito una mano", le dijo a Lacalle, quien le dio unos 400.000 dólares provenientes de aportes y donaciones, lo que generó un compromiso de parte del líder de Alianza Nacional que continúa hasta hoy.
En la nota de Búsqueda acerca del libro se recoge un pasaje donde "Lacalle había pedido a Mariano Berro y Noelia Franco que despidieran a todo el equipo y lo retomaran en setiembre. El ex mandatario entendía que no era necesario mantener una estructura tan grande durante los meses de julio y agosto".
Pintos afirma que Noelia Franco le habría dicho a Lacalle: "ganaste la interna, metieron como locos y como premio ¿los vas a echar?". Lacalle habría aceptado que continuaran.
"Es mentira", aseguró categóricamente Franco a Montevideo Portal. "Nunca supe que se hubiera intentado despedir a nadie". Y recordó que una vez finalizada la campaña para las elecciones internas, todo el equipo de prensa se puso a trabajar con ahínco de cara a las elecciones nacionales.
En cuanto al diálogo entre Lacalle y Franco citado por Pintos, la funcionaria aseguró que "nunca se produjo"
Volviendo a los detalles del libro, la campaña comenzó luego de un descanso que se dio la fórmula. "Perdimos tiempo", reconoció Lacalle. En sus primeros discursos se lo veía "dolorido de su lesión en la pierna y visiblemente cansado".
Además se criticó "la percepción de un exceso de confianza y con ello la aparición de soberbia en el rostro de Lacalle. Todos los dirigentes consultados dentro y fuera de la UNA, politólogos y publicistas, coinciden en este punto", según el libro.
Lacalle no contó nunca con que el Frente Amplio se armara tan rápidamente y saliera a pelearle terreno. Y afirma que el autor intelectual de la difusión de sus errores fue el publicista frentista Esteban Valenti.
"No es cierta esa afirmación de Lacalle. Si fuera cierto, yo lo exhibiría como un gran trofeo de guerra", dijo Valenti. "Yo no tenía, ni tengo, ninguna capacidad de alinear a ministros, legisladores, candidatos".
Entre los "errores" se señala la entrevista con el periodista Ignacio Álvarez en "Las cosas en su sitio", donde fue interrogado a fondo sobre las denuncias de corrupción. También está la declaración a Búsqueda en donde aconsejaba esperar y no invertir en Uruguay hasta diciembre. "Me equivoqué en la manera en que lo expresé", dijo Lacalle.
El 8 de julio, en Paysandú, dijo que bajaría el gasto público "con una motosierra", lo que fue explotado por Mujica y el Frente Amplio alegando que pretendía cortar el gasto social. Otro error mencionado fue comparar al Plan Ceibal con la Tarjeta Joven, y la idea de instalar unidades en los asentamientos irregulares para que sus habitantes se bañaran y cortaran el pelo.
En la noche del 25 de octubre, después de la primera vuelta, blancos y colorados festejaban esperanzados con vistas al balotaje. Pero Lacalle le adelantó a sus colaboradores más cercanos: "esto ya está. Yo ya perdí. Paremos esta etapa lo mejor posible".
Los que conocen bien a Lacalle afirmaron que el llanto del ex presidente durante el discurso en la Plaza Matriz "fue una despedida pública de la lucha electoral, mas no de su participación activa en la vida política del Uruguay".
El senador Gustavo Penadés, último jefe de campaña de Lacalle, dijo que las denuncias de corrupción durante el gobierno blanco "son un fantasma que estará junto a Lacalle para siempre".
Dijo que Lacalle "se rodeó de alguna gente que no entendió la matriz primaria de la que estaba hecho el Partido Nacional". "Altas fuentes" del herrerismo consultadas por Pintos "no dudaron en ubicar en este grupo a la esposa del ex presidente, Julia Pou".
En el libro, "el núcleo duro del Herrerismo fustiga fuertemente por lo bajo a Julia Pou. Le adjudican un poder que ella confiesa no tener y la responsabilizan de la falta de confianza que el ex presidente tiene sobre ese núcleo". La dirigencia herrerista y no herrerista la señalan como una persona "de dudosa reputación".