Layera declaró como indagado por traslados del narco González Valencia cuando estaba preso

La investigación por la fuga del mafioso italiano Rocco Morabito y los movimientos del narcotraficante mexicano Gerardo González Valencia (extraditado de nuestro país en mayo del 2020) llevó a que el exdirector nacional de la policía Mario Layera declarara en calidad de indagado ante el fiscal de Delitos Económicos y Complejos, Ricardo Lackner, el pasado viernes, informó El País.

En concreto, la indagatoria sobre Layera tiene que ver con el narco centroamericano y los movimientos que se realizaron cuando estaba recluido entre el Penal de Libertad y la Cárcel Central, que en ese entonces funcionaba en la calle San José y Carlos Quijano. Según el diario, el fiscal tiene la “convicción” de que González Valencia se encontró por lo menos dos veces con Morabito, previo a que se fugara a Brasil.

Layera fue consultado por el matutino, pero este evitó dar declaraciones porque hay un “compromiso” de que la investigación sea reservada, algo que a su entender el fiscal “ha respetado”. Además, señaló que, “como siempre”, está a la orden de la Justicia.

Por el caso que se investiga a Layera ya hay un efectivo de la Guardia Republicana imputado, formalizado por un delito de abuso de funciones, tras haber ordenado (al menos en 12 oportunidades) el traslado del narco mexicano desde Punta de Rieles de forma “irregular y sin orden judicial”.

De acuerdo con la información difundida por Fiscalía, cada traslado de González Valencia costaba al Estado $ 94.000 porque había que hacerlo en una camioneta blindada Tiger, con el auxilio de entre ocho y 12 funcionarios armados a guerra. En suma, se gastaron al menos $1.128.000 en los viajes del mexicano.

El capitán de la Republicana que fue imputado disponía los traslados y los efectivizaba, con el argumento de que el preso debía asistir a visitas conyugales. En realidad, González Valencia tenía en Punta de Rieles las condiciones necesarias para recibir las visitas sin restricción. A su vez, Lackner reunió evidencia suficiente de que el imputado adquirió un teléfono satelital con conexión a internet que fue utilizado por González Valencia para comunicarse con México en varias oportunidades.