Finalmente, de forma oficial, la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia resolvió mediante una resolución denegar la solicitud de autorización de la compra de Minerva Foods de tres plantas frigoríficas actualmente en propiedad de la también multinacional brasileña Marfrig.
En la resolución, el organismo dependiente del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) señala que la operación de compra de los tres frigoríficos ubicados en Salto, San José y Colonia viola el artículo 9 de la Ley 18.159 de Defensa de la Libre Competencia en el Comercio.
Dicho artículo sostiene: “En todos los casos sometidos a la solicitud de autorización, se prohíben las concentraciones económicas que tengan por efecto u objeto, restringir, limitar, obstaculizar, distorsionar o impedir la competencia actual o futura en el mercado relevante. La Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia, por resolución fundada, deberá decidir en un plazo máximo de sesenta días corridos de presentadas la notificación y la documentación requerida”.
En esta línea, entre los 87 puntos señalados, el órgano que tomó la decisión final destacó que la operación entre “los dos grupos económicos del sector cárnico, considerados conjuntamente, concentran al día de hoy una cifra que se aproxima a la mitad de las faenas de ganado bovino que se realizan en territorio nacional”.
En este sentido, la Comisión concluyó que “la operación propuesta daría lugar a la creación de una posición dominantes, y a un mercado altamente concentrado”.
“El objeto de la concentración económica planteada consiste —en lo medular— en la adquisición por parte de Minerva del 100% de las acciones de tres sociedades uruguayas (Establecimientos Colonia SA, Inaler SA y Prescott International SA)”, recuerda el informe.
Y agrega que la operación no comprende al resto de las actividades de Marfrig en Uruguay: Frigorífico Tacuarembó, fábrica de Fray Bentros, ni el feedlot de Río Negro, entre otros.
Sin embargo, se valora que la operación se da en una coyuntura de un sector que ha experimentado una “creciente y reciente concentración, y que la misma tendría lugar entre dos grupos económicos que poseen múltiples plantas de faena de ganado bovino en Uruguay”.
“Minerva posee en la actualidad cuatro plantas frigoríficas y, en caso de aprobarse la solicitud, podría pasar a controlar un total de siete”, reafirma el informe.
Puntualmente, se apunta que en caso de concretarse la operación de compra-venta tendría efecto en los siguientes mercados relevantes: el de ganado bovino con destino a faena y el de carne vacuna.
Dichas plantas tienen como destino dos potenciales compradores: el mercado doméstico y el internacional (exportación).
“En la actualidad, la demanda en el mercado de compraventa de ganado bovino con destino a faena está concentrada, en la medida que las cuatro mayores empresas controlan casi el 70% de la faena (Minerva, Marfrig, Grupo Pando y Frigorífico Las Piedras). Por eso, es necesario tener presente que cuanto mayor es la cuota de mercado de una empresa, más probable es que esta tenga poder de mercado y más probable que una operación de concentración dé lugar a un aumento significativo de dicho poder”, apuntó la Comisión.
“Es concluyente que la operación daría lugar a la creación de una posición dominante en la que Minerva concentraría el 43% del ganado bovino del país. La concentración proyectada implica un aumento sustancial en el poder de compra de Minerva, en el mercado de compraventa de hacienda de faena y la limitación de la capacidad de competencia de Marfrig en dicho mercado”, se añade, en referencia a los riesgos competitivos que se pueden generar en el sector.
La Comisión entendió también que, las medidas de “mitigación” propuestas por Minerva, “no son suficientes para impedir los efectos anticompetitivos que produciría la operación proyectada en el mercado de compraventa de ganado vacuno en Uruguay”.
Para realizar el informe, según consta en el documento, el organismo entrevistó a productores ganadores, gremiales, carniceros, comerciantes, abogados, y también requirió informe de economistas, incluido Isaac Alfie.
Aunque el documento reconoce que los precios del ganado para faena en Uruguay se ajustan a largo plazo por la demanda de carne que existe desde el exterior, de todas formas, señala que “un nuevo escenario con un mercado altamente concentrado puede modificar la tendencia al ajuste de los precios y la velocidad de los ajustes en el corto plazo”.