Depende a quién se le pregunte, se podrá obtener respuestas diferentes sobre el debate entre Álvaro Delgado y Yamandú Orsi llevado adelante el pasado domingo en Estudio 9. 

El hecho, reglamentado en una ley aprobada en la campaña pasada, fue en sí un suceso importante porque logró reunir a los dos presidenciales en un mismo espacio y “contraponer” las ideas que prevén llevar adelante en caso de ganar la Presidencia el próximo domingo. 

Para los blancos, Delgado logró “mostrar en la cancha” que está preparado para gobernar y que, además, se salió un par de veces del libreto para provocar a Orsi. De igual forma, la recomendación de su equipo antes de comenzar la transmisión fue clara: no arriesgar demasiado. 

En el caso del Frente Amplio, su candidato se concentró mucho más en el guion y se concentró en las propuestas que su partido impulsará. El senador y jefe de campaña de Orsi, Alejandro Sánchez, consideró que “Delgado se escudó en gráficas” mientras que el frenteamplista “habló de los problemas reales de los uruguayos”. Sánchez confesó que le “sorprendió” el desempeño de Orsi y opinó que salió “mucho mejor” de lo que se podía pensar. 

Dentro del guion todo, por fuera nada

Si bien es cierto que hubo poca —o nula— interacción entre Orsi y Delgado, a la hora de pasar raya se pueden sacar diferencias claras en la oratoria de uno y de otro. En el caso del frenteamplista, desde que comenzó el debate estuvo muy concentrado en el guion y nunca dejó de mirar la cámara, incluso cuando el micrófono abierto lo tenía su adversario político. 

En cinco oportunidades, Orsi aludió a su gestión como intendente de Canelones con el fin de hacer hincapié en su experiencia en materia de gestión. Delgado insistió en algunas preguntas, pero el frenteamplista decidió no responder la mayoría salvo cuando se lo interrogó por la posible derogación de la Ley de Urgente Consideración (LUC) y en el ida y vuelta que tuvieron los candidatos en torno al aumento de impuestos. 

En el caso del blanco, insistió en dos o tres oportunidades en que dentro de “las bases programáticas del Frente Amplio se dice que van a subir impuestos”, mientras que Orsi negó que esto sea así y preguntó dos veces: “¿Cuándo van a devolver el 2% que quitaron en las compras con tarjetas de débito?”. 

En el caso de Orsi y su equipo decidieron no mostrar gráficas ni placas impresas, un recurso por el que sí apostó el nacionalista. 

Suelto, pero no tanto 

A nivel visual, una de las diferencias entre Orsi y Delgado es que este último no miraba a la cámara que le correspondía. De hecho, su equipo se desesperó en varias oportunidades porque en las pantallas parecía que estaba usando un telepronter, pero en realidad estableció contacto visual con los dos moderadores, Raúl Ponce de León y Pilar Teijeiro.

Los blancos llegaron al debate con el mismo objetivo que tuvieron en campaña: insistir en los logros del gobierno. De hecho, Delgado usó una corbata casi igual a la del presidente Luis Lacalle Pou en el debate pasado, cuando se midió con Daniel Martínez. 

Además de mostrar los logros de la actual administración, y tanto al comienzo como al final, Delgado insistió en su experiencia dentro del Poder Ejecutivo. “Estoy pronto para gobernar”, dijo. Al igual que Orsi, el candidato de la coalición decidió no responder algunos cuestionamientos y tampoco se salió demasiado del libreto. 

Sin embargo, en líneas generales, fue el que lanzó más “chicanas”. Una de ellas fue cuando habló de discapacidad y aseguró que la candidata a vice, Valeria Ripoll, se encargaría de llevar personalmente el tema. 

“A Valeria Ripoll la elegí yo, no me la eligieron, y tampoco es un repuesto”, dijo Delgado en referencia a las palabras del expresidente José Mujica sobre la llegada de Blanca Rodríguez al Frente Amplio. 

Mensaje final

Al momento de los mensajes finales, Delgado buscó mostrarse como la persona indicada para estar al frente del país. “Si mañana al Uruguay le pasa algo, hay una nueva crisis, ¿quién le gustaría a usted que estuviera al frente del timón? ¿Quién le da más seguridad y más certezas?”, preguntó el candidato. 

Luego, volvió a mostrarse como una persona que está “pronta” para gobernar. “Estoy probado y estoy pronto para navegar en aguas tormentosas y aguas calmas. Yo quiero llevar a Uruguay al desarrollo”, cerró. 

Orsi, por su parte, cerró el debate al decir que le hubiera gustado “escuchar menos del Frente Amplio y más de propuestas”. Tras esto, diferenció que hay dos “proyectos” que se medirán el próximo domingo: “El de las promesas incumplidas y el país de los compromisos”.