La coordinadora del Observatorio del Derecho a la Alimentación de la Universidad de la República (Udelar), Alejandra Girona, se refirió este martes a la salinidad en el agua de OSE y el impacto que puede llegar a generar en los niños recién nacidos, donde la ingesta de sodio está regulada.

En este sentido, aseguró en diálogo con Subrayado (Canal 10) que actualmente no tienen recomendaciones sobre el consumo de sal, pero que sí hay organismos internacionales que mencionan cuáles son las ingestas adecuadas. Cuando se habla de bebes que se están alimentando solo con fórmula en el primer mes de vida, los preparados ya tienen un contenido de sodio. Ahora, se deberá tener en cuenta este agregado para el preparado de la mamadera.

A continuación, Girona expresó que lo que están viendo en el observatorio es que las ingestas recomendadas se superan “ampliamente” si los niños se estuvieran alimentando con la fórmula y el agua tomada es la de OSE. De hecho, dijo que el agua de OSE triplica la cantidad de sodio en la leche de fórmula para los bebes.

“Cuando son niños más grandes que están incorporados a la mesa familiar, deberían tener una alimentación con alimentos totalmente naturales o mínimamente procesados. A ese niño tomar esos 800 centímetros cúbicos d agua que se recomienda y ahí estamos en los límites de estas ingestas con este nuevo contenido de cloruro de sodio”, aseguró.

“Por lo tanto, estos niños no deberían consumir ningún alimento ultra procesado, que contenga sodio, no deberían consumir ninguna bebida que tenga sodio, ni agregar sal en las comidas cuando sus familias cocinan. Realmente es una situación de alerta, de ver qué va a pasar con esto”, agregó.

Asimismo, Girona sostuvo que actualmente no hay estudios excesivos sobre el impacto de lo que pasa en la cronicidad de este consumo excesivo de sodio, aunque sí se sabe que forma parte de los factores de riesgo ante algunas enfermedades, pero que no se sabe el impacto que pueda llegar a tener en lactantes y niños pequeños.

“Mientras tanto, también estamos preocupados porque una vez más en situaciones de crisis que involucran a los alimentos, que involucran al agua, siempre terminan las poblaciones más vulneradas las perjudicadas porque no todos podemos acceder a comprar agua embotellada, porque no podemos sostener mucho tiempo el preparar la mamadera con agua embotellada”, criticó.

A su entender, el Estado debería pensar qué otras cosas se pueden hacer, además de la responsabilidad individual, para que el sistema alimenticio sea “más justo” porque las medidas tomadas hasta el momento “no parecen ser las medidas más justas”.

“Esta situación que esperamos que sea pasajera, que no puede mantenerse demasiado en el tiempo y que sirva para todos repensar el modelo del sistema alimentario que tenemos, el cambio climático va a seguir sucediendo y esto tiene grandes repercusiones en la alimentación diaria, sin duda”, concluyó.