La vida en Israel volvía poco a poco a la normalidad tras una importante campaña de vacunación. La obligatoriedad del tapaboca cesó y los ciudadanos podían trasladarse en la calle libremente. Incluso, el fin de semana pasado se jugó un partido de la liguilla de la Liga de Israel a estadio lleno en el New Bloomfield de Tel Aviv, escenario que albergó Uruguay contra Argentina en 2019.
Sin embargo, la nueva normalidad de confinamientos volvió a ganar terreno, pero esta vez no por temas de salud. Desde el comienzo de esta semana se vienen suscitando varios bombardeos entre israelíes y palestinos dejando un alto número de personas muertas y heridas, en su mayoría civiles. Este lunes, por ejemplo, al menos veinte palestinos, incluidos nueve niños, murieron en ataques israelíes en la Franja de Gaza. Este ataque fue en respuesta al disparo de cohetes desde el enclave palestino, informaron las autoridades locales.
Este miércoles, Israel informó sobre otra tanda de cohetes fue lanzada contra la ciudad de Tel Aviv, informaron las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). "Son las tres de la madrugada se están lanzando más cohetes contra Tel Aviv", escribió el organismo en su cuenta de Twitter.
Montevideo Portal dialogó con Ruben Friedman, uruguayo de 69 años que reside en Israel desde hace 50 años y contó su experiencia. Aseguró que vive a unos dos kilómetros de la Franja de Gaza y que "están curados de espanto" sobre estas situaciones.
Su vida laboral se mantiene de forma normal, pero evita salir a afuera para evadir cualquier tipo de desgracia. A pesar de que vive en una zona de campo, por su edad, el trabajo que realiza es de oficina. Sin embargo, las sirenas de advertencia pueden sonar en cualquier momento y en un período de 15 segundo debe meterse en el cuarto de seguridad. Friedman reconoció que a veces "hay que ser como Usain Bolt" porque esos segundos pueden llegar a ser menos.
Las casas o edificios en Israel, por ley, al momento de ser construidas deben tener sí o sí un cuarto de emergencia que cumpla con todos los protocolos de seguridad establecidos. En el caso de Ruben, por las dudas, su cuarto tiene todas las herramientas para descansar y trabajar.
Además, desde el lunes también están durmiendo allí ya que las alarmas suenan más de una vez en la madrugada y evitar levantarse mientras duermen. Explicó también que en caso de que salgas a un supermercado a hacer compras de emergencia hay lugares seguros públicos para que las personas puedan acceder y ponerse a resguardo de un bombardeo.
El uruguayo destacó la existencia de la Cúpula de Hierro que puso Israel que intentar evitar que los cohetes ingresen en las zonas metropolitanas de Tel Aviv donde residen miles de civiles. Sin embargo, Hamás está haciendo ataques con más de 100 cohetes al mismo tiempo, lo que pone a prueba a este sistema que trabaja con inteligencia artificial. Por ejemplo, Hamás informó este miércoles que realizó un ataque con 130 cohetes como represalia a la destrucción de un edificio que albergaba oficinas de la cadena palestina Al-Aqsa.
"Si los ataja en el aire cuando van camino a destino a la zona metropolitana puede bajarlo. Pero no es 100% hermético y anoche en los más de 120 misiles que lanzaron hacia la zona metropolitana de Tel Aviv, tres cayeron: uno sobre un ómnibus urbano que iba viajando en Holon. Del ómnibus no quedó nada y hubo 2 muertos y decenas de heridos. En los otros 2 casos cayeron sobre 2 casas y también hubo civiles muertos", indicó.
La movilidad de la ciudadanía en las calles volvió a reducirse. En un momento en donde Israel ganaba terreno contra la COVID-19, surgió este conflicto de vuelta e hizo que los ciudadanos se replieguen en sus domicilios. Incluso, Friedman contó que los alumnos que residen en ciudades más al sur del país volvieron a tener clases de forma virtual, algo que ya estaba bastante aceitado con la pandemia. Lo mismo pasó con los trabajadores.
Finalmente, el uruguayo de 69 envió un mensaje en donde se refirió a la vacunación contra la COVID-19 y pidió creer en la vacuna como herramienta para ganarle a la pandemia ya que "ve una similitud" entre los números de Uruguay con los de Israel cuando comenzó a ganarle al coronavirus.