La última entrevista dada por Gustavo Escanlar fue publicada este mismo viernes por el Semanario Crónicas y realizada en el bar ubicado en frente a Búsqueda: “Estamos poco acostumbrados a leer cosas con las cuales discrepamos de una manera sana, entre comillas. Lo peor que te puede pasar cuando escribís es la indiferencia”, había respondido cuando el periodista Gerardo Teglafierro le dijo que discrepaba con la mayoría de las cosas que decía en Búsqueda, pero que era la primera columna que leía.
Escanlar reconoció tener “un truquito que es provocar excesivamente” para enganchar a sus lectores en las primeras líneas: “¿Quiere ser el centro de cualquier reunión? Vomite”, bromeó y agregó: “A mí me gusta leer Brecha, en la discrepancia, pero me termina aburriendo. Capaz que con un poco más de fuegos artificiales Brecha me parecería más fértil para el pensamiento”.
El escritor negó ser “un provocador” diciendo que se trata de un aspecto “secundario” en su forma de escribir y confesó: “Me resulta un poco frustrante que cuando escribo de un libro o una música que me copa obtengo mucho menos repercusión mediática o de los amigos que cuando escribo el vómito. Sin embargo a mí también me gusta dar línea en cuanto a lo que me gustaría que la gente leyera”.
Por otra parte, recordó su oposición al Asado del Pepe, explicando que para él, esa política “institucionalizaba el infraconsumo”, Escanlar llamó la atención sobre lo que llamó la “valentización” de la sociedad, en referencia a Esteban Valenti, sosteniendo que el publicista “es la señal visible de la cuestión gramsciana de la cultura: todo es política, sino te gusta No Te Va a Gustar, entonces sos un mal tipo o sos un facho, lo mismo si no te gusta Galeano. Los gustos se han politizado”.
Al ser consultado sobre su relación con el público y el hecho de haber dejado la televisión, Escanlar respondió: “La relación con la gente en la calle no cambió demasiado. Me hacen las mismas preguntas de siempre ¿Por qué terminó Zona Urbana? O me gritan los lumpen ´Escanlar dame un saque´, pero básicamente sigo siendo un personaje público y lo voy a seguir siendo al menos por un tiempo, pienso”.
Escanlar dijo que prefería la escritura a la televisión, por el hecho de que la primera se realiza en soledad y contó que luego del escándalo por el conocido plagio, el director de Búsqueda Danilo Arbilla lo llamó y le dijo: “Bueno, ya está, ya pasó la proscripción”.
En ese sentido, el periodista dijo que no vivió como una victoria el regresar a los lugares de trabajo que debió abandonar luego del plagio y aseguró que fue un episodio que lo marcó: “El aprendizaje fue: ´Si te exponés tanto públicamente, si generas tanta cosa, no estás autorizado a cometer errores”. Y al consultársele sobre su reconocimiento del plagio en sí, señaló: “No sé si nunca lo reconocí. No lo reconocí como la figura legal del plagio. Sí reconocí que aparecían ciertas frases similares en un lugar y en el otro, pero no reconocí que eso tuviera la figura legal del plagio. De hecho nadie me demandó. Está bien, lo acepté como un error, pero no que fuera el único caso que apareciera en la prensa en el último milenio”
También habló sobre el episodio con el director del diario La República: “Lo que me pasó con Fassano no fue un error, yo dije de él lo que pienso y no me arrepentí ante un juez. Y porque eso es lo que pienso, no es algo que lo haya herido a él. Yo pienso efectivamente que él es un hijo de puta. Entonces, él me lleva a juicio por eso y cuando me dice que me retracte no lo hago (…) por eso estuve procesado un año”.
En esa entrevista Escanlar habló sobre su última internación: “Si hubiera estado escribiendo en Búsqueda nada más, nadie se hubiera enterado. Se enteraron porque salía en la tele”. Escanlar dijo que estuvo dos o tres veces internado pero que esa fue la más mediática: “Aquella fue la más mediática porque tuve un episodio complicado a nivel masivo. Aparecí en un supermercado gritando, me llevaron al Maciel, ahí me dieron una bola que me provocó una reacción alérgica y esa fue básicamente la razón por la que estuve en el CTI con respirador y todo. Más por la reacción alérgica que por la sobredosis.
Al final Escanlar habla de la paternidad y el abandono de la adolescencia (en una nota anterior se había preguntado así mismo cuándo dejaría de serlo): “La paternidad me ha cambiado. El tema de ser responsable por una persona, por un ser vivo. Te cambia bastante. Yo les recomiendo a las maestras que les hagan tener mascota a los niños, que es más o menos lo mismo que la paternidad. Está buena además la paternidad. Ya no soy adolescente”. Escanlar dijo que había algún tipo de lectura que entendiera que se trata de un viejo amargado: “trabajás en Búsqueda, vas cuatro horas por día, del 1 al 10 cobrás y ya está. Ese es el concepto de viejo amargado que uno tenía hace diez o quince años. Sin embargo siempre hay alguna excusa para decir: no, no vamos marchitándonos lentamente, seguimos ardiendo”.
