La candidata de la coalición multicolor a la Intendencia de Montevideo, Laura Raffo, presentó el pasado lunes una parte de su programa de gobierno que se titula Agenda Joven, en la que planteó, entre otras cosas, "subsidiar parte del boleto para estudiantes de la educación privada donde se compruebe un nivel de ingresos bajo o estén becados en alguna institución privada".
Dicha propuesta llamó la atención en filas frenteamplistas, principalmente porque es algo que, en parte, ya se hace. Pero, a su vez, la propuesta reaviva una vieja discusión sobre la que la Intendencia de Montevideo se expresó setiembre de 2019, en el marco de la edición Montevideo Decide de ese año.
En 2019, una de las ideas propuestas en Montevideo Decide que recibió los votos necesarios para pasar a estudio de viabilidad y que finalmente no se llevó a cabo es la de subsidiar los boletos de ómnibus a estudiantes de universidades privadas.
En su respuesta la comuna detalló las tres categorías de beneficiarios para acceder al subsidio de boletos para estudiantes, definidas según la institución donde estudia el beneficiario y su edad. Existen tres categorías de beneficiarios, G, A y B, con subsidios del 100 %, 50 % y 30 %, respectivamente. Los estudiantes G (gratuitos) son todos aquellos que asisten a la enseñanza secundaria pública hasta 18 años (primer ciclo) y hasta 20 años (segundo ciclo), así como los alumnos 100 % becados que asisten a la educación secundaria privada. Los estudiantes categoría A (50 % de bonificación) son aquellos que asisten a la educación privada secundaria, universitaria pública, o a la educación secundaria pública siendo mayores a 20 años. Los estudiantes categoría B (30 % de bonificación), son los becados al 100 % de la educación universitaria privada y los mayores de 30 años de la educación universitaria pública.
En lo que refería específamente a la respuesta de la IM a la propuesta en Montevideo Decide, se aclaró que los estudiantes de educación superior en instituciones privadas con beca total, de cualquier edad, acceden al beneficio del descuento de un 30 % en el boleto.
Además, en su momento se respondió que si se propone que los estudiantes de universidades privadas accedan a un beneficio análogo al de los estudiantes de la Universidad de la República (UdelaR), el costo económico que se asumiría por parte de la IM sería, como mínimo, de $ 66 millones anuales.
En aquella oportunidad la IM también respondió con un breve repaso del perfil socioeconómico de los potenciales beneficiarios del subsidio a estudiantes universitarios de instituciones privadas. "Los quintiles de ingreso nos permiten dividir en cinco partes iguales a la población, siendo el quintil 1 el de ingresos 'bajos' y el quintil 5 el de ingresos 'altos', según la definición del Instituto Nacional de Estadística (INE) (...) Del total de los estudiantes de la educación superior en instituciones privadas solo el 3 % pertenece al quintil 1, es decir al 20 % de la población con menores ingresos, mientras que en educación superior en instituciones públicas se alcanza el 9,3 % del mismo quintil".
"La distribución por quintiles de ingreso, diferenciada por subgrupo, nos permite observar que la concentración de estudiantes es mayor en los ingresos más altos (quintil 5) para la educación superior privada, donde la concentración asciende el 67,6 % de los estudiantes, a diferencia de la educación superior pública, donde la concentración en el último quintil es del 28,9 %", se añadió en la respuesta.