La mala liga: murió al apuñalarse a sí mismo cuando intentaba separar hamburguesas

Tras más de un año de acciones judiciales, un tribunal de Gales cerró recientemente el caso de Barry Griffiths, un hombre de 57 años que fue hallado muerto dentro de su casa en Llandrindod Wells.

Según consignan medios locales, el cuerpo de Griffiths fue encontrado el 4 de julio de 2023, pero los pormenores del caso salieron a la luz la semana pasada, cuando la Justicia los hizo públicos.

La policía dio con el cadáver luego de que vecinos del lugar manifestaran su preocupación debido a que llevaban varios días sin ver a Griffiths.

Cuando los agentes irrumpieron en el domicilio, encontraron al hombre muerto sobre su cama y con el vientre inflamado y cubierto de sangre seca. El estado del cuerpo reveló que el deceso de había producido días antes.

En un primer momento los agentes manejaron la hipótesis de un asesinato, aunque el móvil y el modo eran un enigma. La casa estaba cerrada por dentro, no había señales de lucha ni indicios de que se hubiera producido una sustracción. La computadora de la víctima, el teléfono, la billetera y otros objetos factibles de ser robados estaban a la vista.

Sin embargo, cuando los agentes entraron a la cocina se formaron una idea de lo que había ocurrido.

“El cajón inferior del congelador se había dejado abierto y se había tirado hacia adelante para poder acceder a los alimentos”, dijo el inspector jefe de detectives Jonathan Rees.

“En la superficie de trabajo de la cocina, junto al congelador, había dos hamburguesas crudas, un cuchillo y un paño de cocina”, continuó. “La herida en el abdomen habría estado aproximadamente a la altura de la superficie de trabajo. Mi hipótesis en ese momento era que el señor Griffiths estaba intentando separar hamburguesas congeladas con un cuchillo”, indicó.

El forense que se ocupó del caso confirmó la idea del detective, y añadió en su reporte que el fallecido tenía un uso limitado de un brazo debido a un derrame cerebral que había sufrido tiempo atrás.

El sargento detective Stephen Vaughan, quien visitó el lugar junto a la investigadora de escenas de crimen Elizabeth Nurse, dijo en un primer momento que estaba convencido de que no se trataba de un suicidio sino “más bien de una muerte inexplicable” y que no había indicios de que el morador de la finca hubiera sido agredido.

Finalmente, el caso se cerró como muerte accidental, pero sus insólitas circunstancias hicieron que la prensa local lo difundiera.