La inflación en Argentina se mantuvo en mayo en los niveles de la desaceleración iniciada en abril, en un escenario económico marcado por la pandemia del COVID-19 que, al mismo tiempo, encierra factores latentes que potencialmente podrían reimpulsar los precios.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó este jueves que los precios al consumidor en Argentina registraron en mayo pasado un alza interanual del 43,4 % y un avance del 1,5 % respecto de abril, mientras que en los primeros cinco meses acumularon un incremento del 11,1 %.
La subida del 1,5 % en comparación con abril confirma la fuerte desaceleración ya verificada en abril, cuando los precios también avanzaron un 1,5 % -un nivel que no se veía desde 2017- tras el salto del 3,3 % de marzo.
Al igual que en el cuarto mes del año, el comportamiento de los precios en mayo se vio impactado por un contexto macroeconómico sin precedentes, de fuerte caída de la actividad debido a las medidas de aislamiento obligatorio que comenzaron a regir en Argentina el 20 de marzo para hacer frente a la pandemia del coronavirus.
AISLAMIENTO ANTIINFLACIONARIO
En un escenario de recesión que ya lleva dos años, la congelación de tarifas, los controles de precios impuestos en medio de la emergencia sanitaria y la reducción del consumo a lo esencial han logrado morigerar la dinámica de los precios en Argentina, donde el año pasado la inflación escaló al 53,8 %, el nivel más alto desde 1991.
"La cuarentena funcionó como política antiinflacionaria, aunque de manera poco tradicional y deseable: tras más de dos años, la suba de precios perforó el 2 % mensual en abril y mayo", observó la consultora Ecolatina en un informe.
De acuerdo a los datos del Indec, lo que más subió en mayo fueron los valores de prendas de vestir y calzado (7,5 %), un alza asociada a la mayor demanda tras la reapertura de negocios de este sector en algunas zonas del país menos afectadas por la pandemia.
Los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas, en tanto, apenas crecieron un 0,7 %, pero sus valores siguen contenidos en buena medida por los precios mínimos fijados por el Gobierno.
¿RESPIRO TRANSITORIO?
Pese a la desaceleración verificada en abril y mayo, los expertos temen que el respiro en los precios sea transitorio y aquellos que mensualmente consulta el Banco Central para su informe de expectativas vaticinan una inflación del 43,3 % para este año y ya avizoran una tasa del 2,3 % para junio, escalando al 4 % para octubre.
"Después de un mayo bastante similar a abril en materia de inflación, junio arrancó con notorios reacomodamientos de precios. Algunos ya habían comenzado a observarse en la última semana de mayo, especialmente en productos electrónicos", dijo en un informe el Centro De Economía Regional y Experimental (Cerx).
Los expertos observan factores latentes que empujarían nuevamente los precios y que podrían activarse en la medida que avance una desescalada, cuando eventualmente se actualicen las tarifas de servicio, se desactiven los precios mínimos de bienes de primera necesidad o se retomen las negociaciones salariales.
El otro factor de riesgo es la fuerte emisión monetaria a la que se ha visto obligado el Banco Central para asistir al Tesoro ante los crecientes gastos para atender a la emergencia sanitaria y económica provocada por la pandemia.
La mayor cantidad de dinero circulante podría alentar una demanda de bienes que presionaría al alza a los precios y, además, en parte se derivaría a la compra de dólares, aumentando el valor de la moneda estadounidense, un fenómeno que en Argentina normalmente termina en un traslado a los precios de la economía en general.
"Se acumulan argumentos como para sostener que la baja de la inflación será más transitoria que permanente y que la misma volvería a los niveles precuarentena, o incluso los superaría, una vez pasadas las restricciones", señaló Ecolatina.
Para la consultora, negociaciones salariales que "se desarrollarán algunos meses más tarde de lo usual y la mayor importancia del dólar paralelo para la formación de precios serán las claves de esta dinámica".
"En este marco, proyectamos que la inflación superaría el 45 % en 2020, de modo que la inercia entraría tan viva a 2021 como durante los últimos diez años", advirtió la firma.
EFE