El 3 de marzo, Gerardo subió junto a cuatro integrantes de su familia a un crucero de Costa que partía desde Buenos Aires. Si bien el coronavirus ya era noticia en todo el mundo, aún se estaba lejos de las medidas severas de restricción que se debieron imponer en Sudamérica en los últimos días.
Después de bajar en el último puerto en Brasil (Maceió) el barco comenzó el cruce a Europa, momento en que los problemas generados por el virus se convirtieron en una realidad para los pasajeros. En pleno trayecto se enteraron de que Italia estaba cerrando las fronteras.
Comenzó entonces el periplo errante del crucero, que fue rechazado prácticamente en todos los puertos. No pudieron bajar ni en Tenerife, Lanzarote, Málaga ni Barcelona. El crucero debía terminar en Génova, pero la familia de Gerardo (al igual que los demás uruguayos, unos 50 en total) bajarán en Marsella este viernes.
Si bien fue un alivio saber que podían bajar del barco, lo que los aguarda allí es incierto. Francia decretó ayer que los desplazamientos sólo serán posibles para proveerse de alimentos, ir al médico, al trabajo, o realizar un cierto ejercicio físico. Además, los taxis y los hoteles estarán a partir de ahora al servicio de las necesidades del esfuerzo sanitario.
"Mañana comenzaría el desembarco en la mañana pero es incierto que va a pasar con nosotros", contó Gerardo a Montevideo Portal. Aclaró que en el barco no hay ninguna persona contagiada del virus y que el abastecimiento es normal, pero se vive mucho miedo, enojo e incertidumbre. "Los últimos días se volvió angustiante", contó.
Aclaró además que la del barco es una población de riesgo porque el promedio de edad es mayor a 70 años. Hasta ahora no pudieron comunicarnos con Cancillería, aunque sí lo están haciendo sus familiares.
Si bien el canciller Ernesto Talvi anunció ayer que todos los uruguayos que intentan volver al país serán repatriados, por ahora los vuelos previstos son para los que se encuentran varados en Perú, mientras se sigue trabajando con el resto. Talvi dijo ayer que se desarrollan diálogos con Francia, dado que "en un crucero que está en las costas de Marsella viajan 65 uruguayos (50, según la versión que tiene Montevideo Portal) y en otro, en las costas de Punta del Este, se encuentran muchos franceses y europeos". "Estamos viendo de poder facilitarle el desembarco en Punta del Este, con todas las garantías, y tener una medida recíproca, lo que involucra negociaciones con otros países", aseguró.
"El retorno por lo que ha dicho Talvi es por canje, pero solo son conjeturas", dijo Gerardo, que no tiene idea del panorama con el que se encontraran una vez bajen en Marsella el viernes.
"Ellos (la empresa Costa) dicen que hay corredor sanitario y al avión. Pero nunca nos confirmaron si hay avión", dijo. Si no hay vuelo previsto y deben quedarse en Marsella, no saben tampoco dónde se alojarán.
"Hay mucha incertidumbre porque nos imaginamos que mañana no va a estar ningún avión y en teoría no podemos quedarnos ahí", señaló,
"Nosotros teníamos vuelta para después de Turismo. Pero ahora todos queremos regresar cuanto antes. Todos (los uruguayos) queremos bajar y regresar", insistió Gerardo.
Finalmente, le dejó un mensaje al canciller Ernesto Talvi: "Nos gustaría que intervengan con Costa y gobierno francés para nuestra repatriación".
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