Para mayo de este año está previsto el remate de piezas de los naufragios de los barcos el Salvador y Agamemnon que fueron encontradas en la costa de Maldonado.
La noticia generó repercusión, especialmente en quienes trabajan en la conservación del patrimonio histórico del Uruguay.
La subasta de más de 2.000 piezas, a cargo de la casa Zorrilla Subastas tuvo repercusión en España.
En una nota que publicó el diario ABC el pasado domingo, se afirma que "el reparto entre el Ministerio de Defensa y los cazatesoros repugna a la comunidad científica y supone un fraude de ley contra la protección del patrimonio".
"Desgraciadamente, cuando los cazatesoros llegan a un acuerdo con parte de un gobierno, la historia acaba pagándola la sociedad, que asiste impotente a la pérdida del patrimonio", agrega la publicación.
El escribano de profesión e investigador de vocación, Juan Antonio Varese, dijo a Montevideo Portal que esto "lleva a que es necesario valorar más nuestro patrimonio".
"Ha hecho surgir conciencia de patrimonio en mucha gente. Quizás el remate sirva para valorar lo que no se ha rematado. Sería interesante que con las piezas restantes se formara un museo marítimo o de naufragios donde las piezas estén exhibidas", agregó el escritor que ha publicado libros sobre naufragios en Maldonado y Rocha.
Varese sostuvo que "siempre hay quienes dicen que el lote de piezas fue mal elegido o Prefectura fue omisa en respetar algunas normas".
"Cuanto más se hable del tema más se va a tomar conciencia sobre la necesidad de un lugar donde instalar las piezas, como un museo", añadió.
El escritor dijo que "no hay una ilegalidad", pero "quienes defendemos el patrimonio mantenemos nuestras reservas".
Un viaje hacia el mar
HMS Agamemnon era una fragata de línea inglesa que estuvo en la batalla de Trafalgar, "aunque por entonces no le cupo un papel muy importante", contó Varese.
"Era uno de los barcos importantes de la época, tenia 64 cañones. Era de tercera línea", sostuvo el investigador.
Varese destaca que fue el barco en el que se inició el legendario almirante inglés Horatio Nelson, figura máxima de la historia marítima británica. "Él le tenía mucho cariño porque uno de sus romances juveniles, con la esposa del embajador inglés en Nápoles, lo vivió al bordo del Agamnenon", cuenta el escritor.
"Hablar de él es como hablar de Artigas en Uruguay, es un personaje legendario y heroico en la historia naval inglesa. Fue su capitán durante tres años", agregó.
Además, contó que "el barco fue construido por el ingeniero naval Thomas Slade, que fue quien construyó el Victory (barco más emblemático en la historia inglesa)".
"Este barco lo encomiendan a una flota británica que iba desde Río de Janeiro a las Malvinas para patrullar. En 1809 ancla justo en la bahía de Maldonado realiza una mala maniobra y ancla sobre un pico de rocas a unos 800 o 900 metros de la costa. Cuando bajan las aguas, queda como ‘pinchado' por las rocas y se desencuaderna, comenzando a inundarse", agregó. El barco quedó allí, donde fue rapiñado (y declarado patrimonio nacional). El buzo que recuperó los objetos del barco se llamaba Héctor Bado.
Por otro lado, "en 1812, cuando España ve que comienza a perder sus colonias, opta por cuatro o cinco lugares para reforzar su presencia militar, entre ellos Montevideo. Manda entonces a nuestro país a la fragata El Salvador con un regimiento de élite (trayendo 500 soldados), los arcabuceros de Albuera", explicó.
"Montevideo en ese momento, después de la Batalla de las Piedras, había sido sitiada y la ciudad estaba rodeada por las tropas patriotas. Desde España enviaron refuerzos", sostuvo Varese.
"Casi no había lugar para marineros, por lo que se enseña rápidamente a los militares a manejar las velas. Al llegar a la bahía de Maldonado, en enero de 1812, el práctico Antonio Acosta y Lara, que conocía el Río de la Plata, advierte sobre una posible tormenta y recomienda esperar. El capitán de la tropa se niega y ordena llegar lo antes posible a Montevideo, teniendo en cuenta que se había hecho ya un largo viaje. Al entrar en la bahía de Maldonado se desata un temporal y demoraron en hacer las maniobras para bajar las velas y ofrecer resistencia al viento, ya que la mayoría del personal eran soldados, no marineros", aseguró.
El Salvador "cayó en el mismo lugar donde había encallado el Agammenon tres años atrás. En pocas horas el barco se destrozó", dijo el escritor.
"En la zona hay aún restos esqueléticos, además de objetos de pequeñas dimensiones", afirmó sobre el hecho en el que murieron más de 600 personas.