El caso del siniestro de tránsito que protagonizó un ómnibus de Cutcsa, de la línea 121, sigue sin esclarecerse y aún despierta diversas reacciones. Mientras se ultiman detalles de las pericias, algunos pasajeros siguen recuperándose de las diferentes lesiones causadas por el impacto.

El chofer del vehículo de pasajeros permanece internado en La Española y se espera que salga del CTI para poder tomarle declaración. Este testimonio, a la luz de los ojos de la Policía e investigadores de la causa, será clave para dilucidar qué fue lo que sucedió.

En medio de la incertidumbre, videos que se han filtrado y testimonios de quienes resultaron lesionados, está la historia de Sandro Méndez, un hombre de 35 años que permanece internado porque se le quebró una vértebra.

Méndez —fanático del Club Atlético Goes y defendido por el penalista y expresidente de Goes Gumer Pérez— subió al 121 en la zona del Centro y con destino a Punta Carretas, dado que trabaja en un centro asistencial privado en el área de fisioterapia.

Al abordar el ómnibus se dio cuenta de que “algo raro había”, porque el chofer no reaccionaba a tiempo ante las distintas situaciones. Además de frenar por fuera de las paradas establecidas, el hombre recibía y devolvía el dinero de los boletos de forma tardía o no llegaba a dárselos a los pasajeros en la mano.

El trayecto hasta avenida Brasil y Libertad, pasando la Embajada de España en Uruguay, fue relativamente normal. Si bien se notaba una cierta “desprolijidad” del conductor, nada hacía pensar que terminaría como terminó.

Cuando el chofer se enfrentó a la curva que hay sobre avenida Brasil y Libertad fue que todo cambió. En ese punto de la calle comienza una bajada hasta la rambla, lo que hace que naturalmente la velocidad aumente si no se presiona el freno.

Fue ahí cuando el conductor se cambió de senda y apretó el acelerador a fondo, según el relato de Méndez. Por más que los pasajeros intentaron detenerlo, el hombre siguió con el pie firme en el pedal y, al ser un coche automático, los cambios siguieron subiendo, provocando así un aumento de velocidad.

Méndez no tiene claro a qué velocidad iban, pero seguro que por encima de los 100 kilómetros por hora. Cuando se levantó de su asiento para ir hasta el lugar del conductor e intentar frenarlo, se dio cuenta de que la rambla estaba a pocos metros y que el impacto sería inevitable.

Su reacción fue ir hasta el fondo del ómnibus y adoptar una posición fetal. En su cabeza, el único pensamiento era que se iba a morir. Cuando el vehículo comenzó a subir a las veredas, el tren trasero realizó varios saltos y el de mayor impacto fue cuando atravesó el muro que divide la rambla de la playa Pocitos.

En ese momento, el cuerpo de Méndez se elevó y su espalda —al estar en posición fetal— pegó contra el techo. El impacto le provocó que se quebrara una vértebra, precisamente la L-4, lo que hizo que perdiera movilidad en sus piernas.

Las consecuencias las sintió inmediatamente e, incluso, se miró las piernas porque no las sentía y pensó que se las había amputado. Méndez salió arrastrándose del ómnibus hasta la arena, y allí se quedó algunos minutos hasta que llegaron los bomberos para trasladarlo a un centro asistencial.

Este sábado, sobre las 8:00 horas, será intervenido quirúrgicamente y los médicos le adelantaron que no es seguro que vuelva a caminar. Sus posibilidades dependen de cómo salga la operación y su posterior evolución. “No va a poder trabajar por meses. Y si queda en silla de ruedas, nunca más”, resumió el penalista.

Demanda

Pérez inició una demanda penal en contra de Cutcsa y el chofer, además de que conforme avance esa denuncia, se presentará un reclamo en materia civil también contra la empresa.

Al igual que el resto de los abogados y las autoridades, están a la espera de que el conductor pueda dar su versión de los hechos. “Hoy en día estamos en cero. Es como si el accidente hubiera pasado ayer de noche, no sabemos nada”, añadió.