Por The New York Times | Paul Mozur and Aaron Krolik
KIEV, Ucrania — Los drones comenzaron a estrellarse en las líneas del frente de Ucrania, sin mayor explicación.
Durante meses, los vehículos aéreos entregados por la empresa tecnológica alemana Quantum Systems le habían funcionado sin problemas al Ejército ucraniano. Surcaban el aire para detectar tanques y soldados enemigos en la guerra del país contra Rusia. Pero a finales del año pasado, en un cambio abrupto, las máquinas comenzaron a caer del cielo a su regreso de algunas misiones.
“Era un misterio”, comentó Sven Kruck, ejecutivo de Quantum que recibió una carta adusta del Ministerio de Defensa de Ucrania en la que le exigían resolver el problema.
Los ingenieros de Quantum no tardaron en identificar al culpable: los rusos interferían las señales inalámbricas de conexión de los drones con los satélites que utilizaban para su navegación, por lo que las máquinas no sabían a dónde ir y se desplomaban. Para ajustarse a esta situación, Quantum desarrolló software operado por inteligencia artificial cuya función era actuar como una especie de piloto secundario y añadieron una opción manual para que los drones pudieran hacerse aterrizar con un control de Xbox. Además, la empresa construyó un centro de servicios dedicado a monitorear los ataques electrónicos de Rusia.
“Lo único que podíamos hacer era obtener información de los operadores, intentar averiguar qué era lo que no funcionaba, hacer pruebas e intentar de nuevo”, explicó Kruck.
En el espacio invisible de las ondas electromagnéticas se libra una ardiente batalla en Ucrania, en la que se utilizan señales de radio para sobrecargar los vínculos de comunicación con drones y soldados, localizar objetivos y engañar a las armas guiadas. Estas tácticas, conocidas como guerra electrónica, se han vuelto un juego del gato y el ratón entre Rusia y Ucrania, que en silencio ha marcado cambios en el empuje de los bandos en este conflicto que ya lleva 21 meses y ha forzado a los ingenieros a adaptarse.
“La guerra electrónica ha afectado la lucha en Ucrania tanto como el clima y el terreno”, señaló Bryan Clark, investigador del Instituto Hudson, un grupo de expertos de Washington. Añadió que, en la actualidad, todas las operaciones del conflicto deben tomar en cuenta las acciones del enemigo en el espectro electromagnético.
La guerra en Ucrania es el primer conflicto reciente entre dos ejércitos grandes y relativamente avanzados que ha incluido la aplicación de componentes de la guerra electrónica y ha hecho evolucionar las técnicas en tiempo real. Ahora, soldados de infantería del frente están al tanto de las tecnologías que en otra época solo conocían expertos capacitados. Los pilotos ucranianos de drones indicaron que no dejan de afinar sus métodos para esquivar los ataques invisibles. Algunos dijeron que, un día, quizá funcione una nueva frecuencia de radio. Al otro día, una antena diferente.
Las tácticas ahora son de tal importancia que se le dio una sección aparte a la guerra electrónica en un ensayo reciente del general Valery Zaluzhny, el comandante militar de mayor rango en Ucrania. “El uso generalizado de la tecnología de la información en cuestiones militares” será clave para salir del callejón sin salida en que se ha convertido el conflicto con Rusia, escribió.
Las técnicas han transformado la guerra en un laboratorio prototipo que Estados Unidos, Europa y China han seguido de cerca para identificar qué podría influir en un conflicto futuro, aseveraron los expertos.
El general Charles Q. Brown Jr., jefe del Estado Mayor Conjunto, abordó el tema de la guerra electrónica este año en comentarios preparados para una audiencia ante el Congreso. Los países de la OTAN han ampliado programas para comprar y desarrollar armas electrónicas, afirmó Thomas Withington, experto en guerra electrónica del centro de investigación británico centrado en seguridad Royal United Services Institute.
“La guerra en Ucrania ha sido la droga de aumento del rendimiento para el pensamiento electromagnético de la OTAN”, comentó. “Ha sido el tema que concentra a las mentes”.
Antenas y bloqueadores
Durante el avance de tanques rusos hacia Kiev, Ucrania, en febrero de 2022, el Ejército ruso en un principio le hizo honor a su reputación como una de las mejores naciones del mundo en la guerra electrónica. Utilizó poderosos bloqueadores y misiles señuelo para saturar a las defensas aéreas ucranianas, con lo que dejó a Ucrania con solo aeronaves para combatir a los aviones rusos.
Las armas electrónicas no parecen peligrosas a primera vista. Por lo regular, son antenas parabólicas que pueden montarse en camiones o instalarse en campos o edificios. El problema es que, una vez instaladas, emiten ondas electromagnéticas para rastrar, engañar y bloquear sensores y vínculos de comunicación que se utilizan para guiar a las armas de precisión y permiten la comunicación por radio. Prácticamente, todas las tecnologías de comunicaciones emplean señales electromagnéticas, ya sean soldados con radios, drones para conectarse con sus pilotos o misiles para comunicarse con satélites.
Tras sus éxitos iniciales con estas herramientas, el Ejército ruso se tambaleó, según los analistas. Pero conforme se ha ido prolongando la guerra, Rusia ha innovado con la fabricación de armas electrónicas móviles más pequeñas, como pistolas antidrones y bloqueadores minúsculos que forman una burbuja de ondas de radio en el perímetro de las trincheras.
“Los rusos han sido más hábiles para responder de lo que esperábamos con base en sus acciones en tierra”, explicó James A. Lewis, exfuncionario estadounidense que escribe sobre temas de tecnología y seguridad para el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington. “Eso debería preocuparle a la OTAN”.
El Kremlin no respondió a nuestra solicitud de comentarios.
Soviético contra empresa emergente
Para combatir el siglo de conocimientos técnicos soviéticos en ataque y defensa electrónicos de Rusia, Ucrania ha recurrido a un enfoque de empresa emergente asociado con Silicon Valley. La idea es ayudar a los trabajadores tecnológicos del país a fabricar con rapidez productos para la guerra electrónica, probarlos y enviarlos al campo de batalla.
Este verano, el gobierno de Ucrania organizó un hackatón en el que les pidió a las empresas participantes encontrar la manera de bloquear drones iraníes Shahed, vehículos aéreos no tripulados de largo alcance que se han utilizado para atacar a ciudades al interior del país, señaló Mykhailo Fedorov, el ministro de Asuntos Digitales de Ucrania.
En campos de prueba a las afueras de Kiev, los fabricantes de drones enfrentan a sus naves contra armas de ataque electrónico. En un campo en el área central de Ucrania en agosto, Yurii Momot, de 53 años, excomandante de las fuerzas especiales de la Unión Soviética y fundador de la empresa especializada en la guerra electrónica Piranha, presentó un nuevo sistema antidrones de mano creado para el conflicto.
El desempeño de estos sistemas en la guerra ha sido escabroso, pero la versión de Momot funcionó. Apuntó la pistola a un dron de reconocimiento DJI Mavic, modelo común y barato, y disparó. El dron planeó inmóvil después de que un estallido de señales de radio del arma saturó su sistema de navegación.
“El sistema en su totalidad es más estructurado en Rusia”, afirmó Momot acerca del programa de guerra electrónica de Rusia, que conoce debido al tiempo que pasó con el Ejército soviético. “Estamos avanzando para alcanzarlos, pero vamos a tardar un poco”.
Otras empresas ucranianas, como Kvertus e Himera, construyen bloqueadores diminutos o walkie-talkies de 100 dólares capaces de soportar el bloqueo ruso.
En Infozahyst, uno de los mayores contratistas de guerra electrónica en Ucrania, un grupo de ingenieros trabajaba hace poco en un proyecto para rastrear e identificar sistemas de defensa aérea rusos. Iaroslav Kalinin, director ejecutivo de la empresa, indicó que no es tan fácil remplazar los radares antiaéreos rusos como los tanques. Pero si fuera posible eliminar suficientes, podría ser un punto de inflexión en la guerra.
“En cuanto tengamos control del aire, será un tremendo fracaso para Rusia”, dijo.