La Asamblea General aprobó el pasado miércoles el veto del Poder Ejecutivo a tres artículos de la ley que buscaba garantizar la indemnización por despido a los extrabajadores de Casa de Galicia tras su cierre.
Las bancadas de senadores y diputados del Partido Nacional estaban divididas porque entre otras cosas se encontraba entre sus filas Sergio Botana, uno de los principales impulsores de la iniciativa.
Ante este escenario, algunos senadores oficialistas buscaron que se acatara la decisión del presidente Luis Lacalle Pou. Botana estaba decidido a votar en contra del veto, por lo que sus correligionarios no “se molestaron” en persuadirlo, dijo una fuente de la bancada blanca a Montevideo Portal.
Sin embargo, el que había mostrado una posición contraria al veto del presidente y se encaminaba a votar en contra era el senador suplente de Juan Sartori, Juan Straneo.
El legislador había argumentado en varias ocasiones que le parecía correcta la solución alcanzada por el Parlamento y que era “de orden” que el Estado le diera una respuesta “justa” a los exempleados de Casa de Galicia.
Otra fuente política de la bancada blanca comentó que en los días previos a la votación del miércoles, la “insistencia” por parte de los nacionalistas sobre Straneo fue “clara y permanente”. Si bien esas charlas se podían haber dado con Sartori, porque estaba en el país, él comunicó que estaría de acuerdo con lo que Straneo fuera a votar porque estuvo sobre el tema desde un comienzo.
Incluso, el empresario devenido en legislador de la República pidió licencia al Senado el mismo miércoles sobre el mediodía, algo que causó que luego Luis Alberto Heber bromeara al respecto: “Justo te pedís licencia ahora y dejás a Juancito con este terrible lío”, recordó el informante.
En los hechos, Straneo estaba convencido de que votaría en contra del veto de Lacalle, pero todo cambió cuando Sartori le comunicó que el presidente lo había llamado para pedirle que repensara su posición.
Luego, tal y como informó El Observador, el mandatario se comunicó con Straneo para explicarle que si la ley se promulgaba la macroeconomía uruguaya se vería afectada, lo que también impactaría en el grado inversor nacional.
En tanto, en términos políticos, Lacalle le dijo a Straneo que si el veto no salía por votos nacionalistas en contra, su imagen pública se vería afectada. Sobre el final de esa llamada, el presidente le insistió en que le estaba pidiendo “un favor personal”.
Tras cortar con Lacalle, Straneo se reunió con Sartori y le comentó lo que habían hablado. Si bien le dijo que él estaba convencido de que la mejor solución para los extrabajadores era la que había propuesto el Parlamento y no el Poder Ejecutivo, no le resultaba “fácil decirle que no a un favor del presidente”.
Sartori le respondió que tenía su respaldo si entendía que lo mejor era votar a favor del veto y cambiar su postura. El único reparo que presentó Straneo es que él se iría de sala antes de que terminara, porque preveía el enojo de los extrabajadores de Casa de Galicia que estaban en las barras, algo que finalmente sucedió.
La reunión con un jerarca de Economía
Antes de que Straneo entrara a sala, mantuvo una reunión con Fernando Blanco, director de Finanzas Públicas del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). En ese encuentro, el jerarca ministerial le explicó cuáles serían los riesgos en caso de que la ley quedara firme.
El diálogo fue desde lo técnico y no desde lo político, porque el cometido de Blanco era darle argumentos “lógicos e irrebatibles” de por qué hubiera sido un error implementar una solución como la vetada el miércoles.
A la salida de ese encuentro, Straneo valoró positivamente las razones que le enumeró el jerarca y decidió apoyar la decisión de Lacalle.