La Asamblea Nacional (la Cámara baja) francesa adoptó este martes una resolución en contra de la ratificación del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, que lleva negociándose durante más de dos décadas y que este 2023 vive un nuevo momento de impulso político.
En total, 281 diputados franceses se expresaron a favor y 58 en contra de un texto que había sido propuesto por parlamentarios de distintos grupos políticos de la oposición, que abarcaban de la izquierda ecológica a los conservadores, mientras que el bloque macronista insistió en que los argumentos esgrimidos son, en realidad, idénticos a la posición que defiende ya el Gobierno francés.
“No hay ninguna ambigüedad, no hay ningún doble discurso, las condiciones de Francia son extremadamente claras […] Quiero considerar que entre el fondo de la resolución y la posición del Gobierno hay una convergencia muy fuerte”, manifestó Olivier Becht, secretario de Estado francés de Comercio Exterior, en nombre del Ejecutivo de Emmanuel Macron.
Entre las razones para oponerse al acuerdo, los defensores de esta resolución destacaron los perjuicios para los productores franceses en materia de competencia desleal —Francia reclama que los productos importados estén obligados a cumplir los mismos requisitos sanitarios y ambientales que se exigen en la UE— y los posibles daños para el planeta.
“Fragiliza nuestra agricultura, fragiliza nuestro planeta, no es bueno para nadie”, recalcó Marie Pochon, diputada ecologista de la coalición de izquierda Nupes y una de las autoras del texto, tras haber recalcado que este acuerdo, por ejemplo, podría acelerar hasta en un 25% la deforestación del Amazonas.
El uso de pesticidas y antibióticos prohibidos en la UE en los cuatro países del Mercosur —Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay— también salió a colación en una votación que, además, coincidía con la visita de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen a varios países de América Latina, con el acuerdo con el Mercosur como uno de los temas centrales de la agenda de trabajo.
En relación con los argumentos presentados, Becht sostuvo que Francia ha impuesto tres condiciones y seguirá defendiéndolas, a pesar de que los diputados de la oposición insistieron en el clima propicio para la ratificación del acuerdo a partir de julio, una vez que se active la presidencia española de la UE, y con la cumbre UE-Celac en el horizonte (17 y 18 de julio en Bruselas).
Las condiciones francesas, según el secretario de Estado, son la toma del Acuerdo de París como requisito fundamental de cualquier acuerdo a nivel medioambiental, las denominadas “cláusulas espejo” para que los mismos requisitos sanitarios y ambientales que afectan los productores europeos se impongan a los productos a importar y mecanismos de sanción claros.
En el mismo sentido, la diputada macronista Eléonore Cariot pidió sin éxito no votar un texto que solo serviría para mandar una “mala señal” a América Latina, que es un socio fundamental para Europa.
“Si Francia y la UE” se desvinculan de América Latina, advirtió Cariot, “vendrán China y Rusia”.
Francia, que ya se negó en 2019 a ratificar el acuerdo comercial, busca así enfriar de nuevo las aspiraciones a concluir el tratado UE-Mercosur este 2023, renovadas con la vuelta a la presidencia en Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva.
EFE
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