Miro a Rafa Villanueva en su programita con los Martín Fierro. No lo puedo creer. Me da vergüenza propia, ya que también pertenezco al universo de la televisión. Pero no logro convencerme: ¿por qué miramos un programa cuyo conductor, para hacernos creer que es un tipo gracioso, anda de frac negro y de championes blancos? ¿No es una estética que saturó hasta la repulsión en los años 80? ¿No se nos ocurre nada nuevo? ¿No miramos revistas más actuales? ¿Por qué ese mismo conductor se empeña en hacer gala de su ignorancia? ¿Cuál es el motivo que le impide hacer una -UNA SOLA, POR LO MENOS!- pregunta interesante? ¿Por qué debería causar gracia ver cómo sus entrevistados lo desprecian y lo pisotean? ¿Por qué se considera un "talento", un "creativo", una "promesa", a un tipo que cuando ve a Pinki le dice "jaja, Pinky y Cerebro, jaja"? ¿Cuál es el chiste de que el tipo no conozca a Perla Santalla? ¿Qué gracia tiene el hecho de que Victoria Onetto no entienda lo que el tipo intenta decirle? Capaz que todos los que aparecemos en la tele somos como Rafa Villanueva y tratamos de hacernos los fenómenos. Pero verlo así, con orgullo de ser tonto, es entre cruel y patético. Y me pregunto: ¿por qué no cambio de canal? ¿por qué lo sigo viendo? ¿por qué lo mira tanta gente?
(Se ve que no grabaron mucho material, porque tuvieron que meter cosas de la ceremonia que habían pasado hacía tres días. Y son tan ocurrentes que metían el efectito ese que va para adelante y para atrás con los discursos de los ganadores. El efecto está bueno cuando tiene algún sentido, cuando subraya algo, cuando se ríe de algo. Acá lo usaban al tuntún, porque sí, como para decir "mirá mirá tenemos chiche nuevo")
(Si alguien viene a decirme "qué hablás vos, si también sos un idiota", le daré la razón. Eso sí: conozco la cara de Perla Santalla y sé que Raquel Satragno es la hermana de Pinky)
(Y no pertenezco a esa generación que perdona cualquier cosa diciendo de alguien "es buen tipo", generación acomodaticia y miedosa ante el choque. No sé si Villanueva es buen tipo o no, no me interesa. Pero el que aparece en la tele, ese, ese es un imbécil)
Estrenan el viernes un documental sobre pingüinos. Voy a verlo corriendo, en la primera función, a ver si aprendo algo sobre los hábitos y las costumbres de tan pintorescos animalitos. Quizá me ayude a entender su lógica, sus reacciones. Son bichos raros, los pingüinos. Vos los ves así, cortitos, insignificantes, asexuados, cagaditos de frío, y hasta te pueden inspirar lástima o ternura. Pero les das la mano y terminan agarrándote todo el tórax los hijos de mil putas
("La marcha de los pingüinos" ganó el Oscar al Mejor Documental. Desde el viernes en su cine favorito)
Vi Adictos al sexo, la nueva película de John Waters bueno, no tan nueva, pero acá recién llegó, en DVD. Waters es uno de mis directores favoritos, por la forma que tiene de mezclar lo bizarro con lo más tradicional, por la manera tan natural con que combina la vida en un pequeño pueblito estadounidense con las tetas más descomunales del planeta y con el sheriff que se excita disfrazándose de bebé. La película, como la mayoría de las de Waters, termina convertida en un delirio, pero un delirio muuuy divertido. Es más de lo que puedo decir de ciertos cineastas. (¡Pablo Dotta, el de El dirigible, prometió volver a dirigir!!! ¡¡¡¡Nooooooooooooooo!!!!!)
(Las películas de John Waters están casi todas editadas en DVD. Pink Flamingos, Hairpray y Cry Baby son las que me gustaron más. Pero, en cuestión de gustos, ya se sabe)
Empieza el Mundial. En todos lados organizan pencas para que aciertes quién va a salir campeón. Vamos a ver partidos todo el día. Pero como sedados: en el fondo, es una suerte que la selección de Tenfield haya quedado afuera. fororelax.com también organiza una penca. El premio: una atención en Acuarela. Voy a tratar de ganar
(fororelax.com es un sitio de Internet dedicado al intercambio de comentarios acerca de la oferta sexual montevideana y, eventualmente, del resto del país. Basada en el cooperativismo, fororelax es de gran utilidad para no clavarse a la hora, justamente, de clavar. Las experiencias, los descubrimientos y las relaciones costo/beneficio se comparten. Y, encima, hay links a páginas similares de otros lados y la penca del mundial. Que más querés, varón uruguayo????)
Demoré, pero ya tengo mi i-pod. En los 80 y pico me cambió la vida el walkman. Mis compañeritas de facultad me miraban y cuando me desconectaba me decían "alienado, alienado" mientras yo seguía tarareando "De música ligera". En los 90 y pico me cambió la vida el discman. En los bondis me miraban con envidia cuando pelaba el aparato para cambiar el cd. Ahora me cambió la vida este minúsculo objeto que me almacena más de 15 horas de música. O sea, me puedo tomar el avión y puedo llegar a cualquier lado sin necesidad de desconectarme ni para ir al baño. Es utilísimo, además, para evitar conversaciones con taxistas
(Se lo voy pagando en cuotas a Fablet, Paysandú y Cuareim. Pedí el i-pod nano. Chiquitito pero rendidor)