El presidente de Armenia, Vahagn Khachaturyan, visitó este miércoles y jueves Uruguay, tras su visita a Argentina por la asunción de Javier Milei, y se reunió con su par uruguayo, Luis Lacalle Pou, con la vicepresidenta Beatriz Argimón y con otras figuras del gobierno, entre ellos, políticos de origen armenio, de quienes destaca su labor como “puente” entre este país rioplatense y aquella república del Cáucaso.
El jefe de Estado armenio —no es jefe de Gobierno, dado que ese poder lo ostenta el primer ministro Nikol Pashinian— fue electo en 2022 por el parlamento de su país, convirtiéndose el 13 de marzo de ese año en el quinto presidente desde la independencia del país de la Unión Soviética, en 1991.
Economista de profesión y exalcalde de Ereván (1992-1996), la capital a la sombra del monte Ararat, supo integrar las filas del Congreso Nacional Armenio, partido al que renunció en 2017. Entre 2021 y 2022 fue ministro de Industria de Alta Tecnología, cargo con el cual recibió al excanciller Francisco Bustillo cuando este viajó a Armenia y anunció el establecimiento mutuo de embajadas.
Durante su breve visita a Montevideo, Khachaturyan brindó una entrevista —con traductor mediante— a Montevideo Portal, en la que se refirió a la guerra del Nagorno Karabaj (territorio también conocido como Artsaj), a la comunidad armenio-uruguaya, a las relaciones con Turquía y Azerbaiyán y al gesto que dedicó el canciller turco, Mevlüt Çavusoglu, a la salida de la embajada turca en Montevideo, a manifestantes pro Armenia.
¿Cómo fue la reunión con el presidente Lacalle?
Muy cálida, y muy grato él.
¿Cuáles fueron los puntos clave de lo que hablaron?
Yo le estuve presentando al presidente la situación en la región, y fundamentalmente tratar de ver cuál puede ser la ayuda de Uruguay para el establecimiento de la paz definitiva en la zona.
Hablaron sobre la situación de Artsaj, ¿cuál fue el mensaje que le transmitió Lacalle?
Él introdujo la situación, no es que hubo un mensaje particular. Él quería saber todos los detalles, particularmente con respecto a los refugiados del Artsaj y sobre las relaciones actuales entre Armenia y Azerbaiyán.
¿Cómo es la situación actual de los refugiados artsajíes?
La situación es muy difícil, hasta hace unos dos meses ellos estaban en sus casas y de pronto se encuentran viviendas que son temporales. Hay que ver qué cosas en conjunto se podría hacer para apoyar lo que hace el Estado de Armenia. Se habló [con Lacalle] de lo que podía aportar también Uruguay.
¿Hay un número aproximado de cuántos refugiados fueron a Armenia?
Si, 120.000. El 19 [de setiembre] que fue el último vaciamiento ahí fueron 100.000 [personas que huyeron del enclave tras la operación militar azerí]. En los últimos meses, fueron los otros 20.000 de los que habían venido a Ereván y no pudieron regresar a sus casas.
¿Queda población armenia en Artsaj?
Cincuenta personas. Ancianos y gente con dificultades motrices que no pueden trasladarse. En Azerbaiyán vivían 500.000 armenios, en las cifras del censo de 1989. Y ahora quedan 50 personas.
Volviendo al día de hoy, se reunió con la vicepresidenta Beatriz Argimón y con legisladores y jerarcas armenio-uruguayos. ¿Cómo fue esa reunión? ¿De qué hablaron?
En el Parlamento, saliendo un poco de estos temas, se habló un poco de la necesidad de la profundización de los valores democráticos. Eso particularmente para nosotros es muy importante, yo les presenté a ellos las reformas que nosotros estamos realizando y también la apuesta que nosotros estamos haciendo sobre los principios democráticos y por las dificultades que tenemos con respecto a eso, tanto internas como externas. Hay resistencia desde dentro y también presiones desde fuera.
Eso fue lo que más o menos le presenté a la presidenta del Senado, al presidente de la Cámara de Diputados y a los legisladores de origen armenio.
Porque para nosotros es muy importante ese sistema de valores de la democracia, nosotros seguimos los principios de la democracia y en ese sentido contamos con el apoyo de la Unión Europea, porque sobre estos ideales precisamente es que tenemos una cooperación con ellos.
Por otra parte, hablamos de las cuestiones estrictamente parlamentarias, hablando de la cooperación de los parlamentos de ambos países. Porque la democracia uruguaya ha pasado caminos muchos más largos y la cultura que existe en Uruguay es muy educativa para nosotros.
Ahí tienen un rol decisivo también los parlamentarios de origen armenio. Los que también levantan precisamente cuestiones vinculadas a los armenios y armenias. Son el mejor puente, no solo para ambos parlamentos, sino para ambos países.
¿Cómo se coordinó la reunión con el presidente Lacalle, él lo invitó en Argentina a venir o ya estaba planeada?
Sucedió de esta manera, nosotros estábamos invitados a la asunción del presidente de Argentina, desde hacía tiempo, independientemente del resultado, y queríamos organizar una visita oficial a la región. Por eso les planteamos a las autoridades de Uruguay realizar una visita oficial o por lo menos una visita de Estado. Fueron caminos separados. El vínculo es que primero fuimos a Buenos Aires y de Buenos Aires vinimos para acá.
Para nosotros era muy importante estar en Uruguay. En cuanto a la visita se me recibió oficialmente y al más alto nivel, por lo que estoy agradecido a las autoridades de Uruguay. Todos los encuentros fueron cálidos y sinceros. En un ambiente de amistad, yo nunca me sentí extranjero y ahí juega un rol importante nuestra comunidad.
Hablando sobre la comunidad armenia en Uruguay, hubo un episodio al que se enfrentó, que fue cuando vino el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlüt Çavusoglu que les hizo con la mano el símbolo de la organización racista Lobos Grises a manifestantes pro Armenia frente a la embajada turca. ¿Cómo vieron desde Armenia ese suceso?
Vi las filmaciones. Conozco los pormenores, se lo hemos dicho a ellos [a los turcos] que eso no contribuye a las relaciones armenio-turcas. Ya no solo no era aceptable para nosotros, sino también lo presentamos a nuestros socios europeos. Es una circunstancia preocupante; es decir, el deseo todavía está en ellos, lo tienen.
Más que nada, hacer eso en Uruguay era inadmisible. Lamentablemente la parte turca tiene problemas con aceptar la realidad, en lo que refiere al Genocidio. Es un hecho histórico muy doloroso, pero ha ocurrido. Fue en el gobierno de los Jóvenes Turcos, que se inició al final del Imperio otomano. Si no hubiese existido el genocidio, los armenios no estarían diseminados por ahí.
Es un sentimiento, una exigencia muy natural que la gente quiera que Turquía reconozca el Genocidio. Yo no creo que no haya nada antinatural en las comunidades de armenios en distintas partes del mundo. Vuelvo a repetir, la postura es inadmisible y más que nada por un representante oficial del gobierno.
Uruguay fue el primer país en reconocer el Genocidio Armenio en 1965; al día de hoy, poco más de una treintena de países se sumaron a esa lista. ¿Cómo trabaja Armenia hoy para promover esa causa?
Nuestra línea política es, primera medida, establecer relaciones con Turquía, sin condiciones previas. Hoy no hay relaciones diplomáticas, cero. Las fronteras están cerradas, las terrestres y en un período también las aéreas.
La postura de Armenia es siempre la misma, que se deben abrir las fronteras e iniciar relaciones diplomáticas sin condiciones previas, ni de parte de Armenia, ni de parte de Turquía.
En cuanto al tema reconociendo del Genocidio, es una cuestión de cada uno de los países que quiera reconocerlo o no. Cada país es el que resuelve si le sirve, si quiere reconocer eso y mostrarle a la comunidad o no. La historia demuestra que cuando no se recuerda, se producen nuevos genocidios.
¿Cuánto está influyendo Turquía en el conflicto con Azerbaiyán?
[Su influencia] es muy grande; directamente apoya a Azerbaiyán sin ocultarlo, en la guerra de los 44 días del 2020 lo declaró, tuvo una gran participación y lo proclama públicamente, y vincula el tema del establecimiento de relaciones [de Turquía] con Armenia, con las relaciones de Armenia con Azerbaiyán.
Por otro lado, ¿qué países hoy Armenia puede decir que son sus aliados en el marco del conflicto actual?
La Comunidad Europea y Estados Unidos, quieren sinceramente que se firme ese acuerdo de paz y se establezca la paz. Irán, Uruguay, Argentina, son países que nos apoyan; tenemos realmente gente que están dispuestos a apoyarnos, incluso países árabes, Egipto, Jordania, incluso Irak.
Nuestros diplomáticos en distintos ámbitos levantan esta cuestión y reciben el apoyo. Naturalmente no tenemos el apoyo que Azerbaiyán tiene de Turquía, al declarar públicamente su respaldo. No solo brindan ayuda militar sino participan como parte del conflicto. Nosotros lamentablemente no tenemos un país así.
¿El pueblo armenio hoy se siente amenazado?
Si, naturalmente. Esta amenaza está latente hasta que no se firme un acuerdo de paz definitivo. Esa amenaza está y se puede utilizar cualquier excusa para iniciar una acción.
Nuestro deseo es poder elevar el nivel. El hecho de que hoy Armenia trate de aumentar su armamento no tiene que ver con estar dirigido contra nadie, sino para defenderse. Solamente es una cuestión de defensa.
Miembros de la comunidad armenia y de la política uruguaya, criticaron en su momento la declaración del Gobierno uruguayo sobre la invasión azerí a Artsaj, diciendo que llegó tarde y que fue “poco feliz”. ¿Sienten que Uruguay tendría que apoyar más firmemente?
En realidad, el apoyo de Uruguay y de otros países ha sido útil para poder hoy negociar un acuerdo de paz. Yo estoy seguro de que si no hubiese ese apoyo no tendríamos esa posibilidad. La necesidad de eso todavía la vamos a tener, yo lo digo claramente. No quiero hablar de sí pudo haber sido más fuerte o no, pero el hecho de que si podemos necesitar eso es real. Nosotros estamos seguros que en caso de estar en esa situación [de guerra], Uruguay nos va a apoyar.
¿Invitó al presidente Lacalle a Armenia?
Si, le hice la invitación, que probablemente sea para el otoño [del hemisferio norte], en setiembre.
Lo importante es que hay predisposición para hacer esa visita.
Me gustaría que todos los ciudadanos uruguayos pudieran visitar Armenia, Yo me consideraba bastante informado con respecto a Uruguay, pero vine a Uruguay y tengo otra imagen, estoy mucho más impresionado con lo que vi: la situación del país, la relación con la gente, y el medio en general. Son necesarias estas visitas mutuas.
¿Qué fue lo que más le gustó de su visita a Uruguay?
Todo: la gente, el país, la inmediatez, la simpleza. Ustedes miran a la vida de otra manera, la disfrutan; nosotros no, no somos así, sería muy bueno que nos volviésemos así, es un ejemplo para nosotros.
Quienes viajan a Armenia comentan que a los uruguayos se les da una gran bienvenida, que se los considera un pueblo hermano. ¿Ve así el vínculo entre ambas naciones?
No sabría decir por qué, pero si, es así. Los recibimos como hermanos. Yo lo veo así, no sé si es nuestra historia, que se nos ha presentado de esa manera. En la primera vez que tuve un encuentro con uruguayos en septiembre del 2021 cuando fue el canciller uruguayo [Francisco Bustillo], en ese momento yo era ministro de Altas Tecnologías y durante ese encuentro, todo lo que dije para con respecto a Uruguay fue lo que sentí. Hay cosas que no tienen explicación. Cuando uno se encuentra con alguien se genera esa energía y no sabemos qué es.
Hay una cosa cierta que es que siempre que van, decís Uruguay en Armenia y siempre hay cosas positivas con respecto a Uruguay, eso es real.