La jueza penal María Helena Mainard dictó la apertura del juicio oral de la llamada operación Océano el pasado jueves 4 de abril, informó El Observador y confirmó Montevideo Portal con fuentes del Poder Judicial.
En el auto de apertura se estableció que el juzgado competente para el juicio oral es el de 41º Turno, a cargo del juez Huberto Álvarez. De esta manera, se notificó a Fiscalía y a la defensa de los imputados.
El juicio tendrá a ocho víctimas, una de ellas fallecida en 2020, y es contra 11 imputados. Originalmente eran 30 víctimas y 20 imputados, pero algunos fueron sobreseídos y, en otros casos, pasaron a juicio abreviado.
“Ahora viene una parte compleja, que es analizar el auto de apertura a juicio, donde está el resumen de todo el caudal probatorio”, detalló Juan Raúl Williman, abogado defensor de cuatro de las denunciantes, a Informativo Sarandí este martes.
Williman también explicó que esto “va a llevar un tiempo”. “El próximo paso tiene que ver con el juicio oral y público, que es lo que se viene”, agregó, aunque no detalló fechas ya que se desconocen por ahora.
De acuerdo con El Observador, que cita el documento de 327 páginas, la víctima más joven tenía 13 años al momento en que uno de los imputados la contactó mediante redes sociales.
Esa misma persona le pidió a un tercero que lo fotografiara junto a la menor manteniendo relaciones sexuales para, con esas imágenes, promocionarla para realizar tríos —todo según la defensa—.
Otra de las víctimas, de 15 años, fue sometida a prácticas de sadomasoquismo, como la asfixia y golpes con fustas en los genitales.
En el relato de este caso se expresa, además, que la adolescente, “durante toda su infancia, había sido sometida a castigos y abusos por parte de terceras personas, situación que determinaba su extrema vulnerabilidad”.
En ninguno de los casos los acusados intentaron corroborar que fueran mayores de edad, e incluso algunos ni siquiera les preguntaron a las víctimas, y en algunos casos fueron sometidas a prácticas sexuales grupales.
En cuanto a las pagas, algunas recibieron distintos tipos de drogas, como metanfetaminas, o pagos que iban entre $ 2.000 y US$ 300 por ocasión.
El Observador da cuenta del alegato de la defensa de los acusados, en el que afirman que las menores iban “engañando viejos y relacionándose” con ellos, y que “se organizaron y coordinaron” para “tratar de entablar relaciones de Sugar Daddy/Sugar Baby” a través de “la mentira o el engaño” para “obtener dinero para mantener su vicio”.
“Creo que con la complejidad que tiene este caso, es casi milagroso que estemos en esta etapa próxima al juicio. La complejidad tiene que ver con la cantidad de información que tuvimos que manejar todos: defensa, Fiscalía y defensa de víctimas, que de momentos parecía inabarcable”, sentenció Williman.