Por César Bianchi
@Chechobianchi
Fotos: Juan Manuel López
Al entrar al apartamento de Juan Raúl Ferreira (65) en Tres Cruces el visitante es recibido por una estatua de casi medio metro, en bronce, de Leandro Gómez, que fue hecha con cañones que se usaron en la guerra que éste libró en Paysandú. Arriba de Leandro Gómez hay un cuadro de Manuel Oribe. El living, de paredes blanquísimas, está dominado por una acuarela de su padre, Wilson Ferreira Aldunate. A medio metro del sillón hay una fotografía en blanco y negro de Wilson y su joven hijo Juan Raúl caminando a su lado, ambos trajeados, y la foto luce una dedicatoria: "No hay camino difícil con un buen compañero. Un abrazo de tu padre. Londres, 1976". En una mesita de luz, no tan perceptible como el cuadro de Wilson, el dibujo de Oribe o la estatua de Leandro Gómez, hay una foto más reciente de José Mujica sentado al lado de una ya añosa Susana Sienra, la esposa de Wilson y madre de Juan Raúl.
La charla se dio al otro día de que el hijo del extinto caudillo blanco oficializara su incorporación al Espacio 609 que lidera el expresidente Mujica, acto en el que ambos políticos intercambiaron piropos: "Pepe es un símbolo de la Patria Grande con la que soñó Wilson", dijo Juan Raúl, quien asegura que no hay nada de wilsonismo ni progresismo en el Partido Nacional. "Lacalle Pou representa los intereses de la ultraderecha", me dijo, y agregó que el Partido Colorado y el Nacional pretenden hacer del Uruguay algo parecido a la Argentina de Macri o el Brasil de Michel Temer, modelos que le preocupan. "Me siento honrado", dijo a su turno Mujica, quien recordó sus inicios nacionalistas al lado de Enrique Erro.
" El Partido Nacional ha tenido una transformación que defiende banderas en lo institucional, en lo jurídico, y sobre todo en lo económico y social que no tienen nada que ver con lo que significa el wilsonismo. No me siento representado"
En la charla de casi una hora y media, mientras caía la noche, Juan Raúl Ferreira se incomodó un par de veces (y lo manifestó), negó estar movido por intereses electorales, negó haber ocupado cargos promovido por el Partido Nacional, y dijo que es bien posible -es más, es necesario- ser wilsonista y estar en el Frente Amplio.
Pero, además, afirmó con vehemencia que el audio en el que su padre dice que "si no quisiera el Partido Comunista y la CNT no habría dictadura" -apenas horas antes del golpe de Estado, en el Cerrito de la Victoria- "es un audio editado, falso". ¿Wilson anticomunista? Pamplinas. Ese 26 de junio del 73 venía de pactar una alianza con Líber Seregni y de promover la recolección de alimentos para los trabajadores que hicieran huelga en las fábricas, dice, contrariando la documentación de la oratoria de su padre disponible en libros y a un clic en Youtube, con su ronca voz perfectamente reconocible.
También reivindicó la autenticidad de un título de doctorado expedido por LaSalle University -de dudosa procedencia, que ha sido cuestionado- y explicó cómo terminó el episodio del faltante de cuadros en la embajada de Uruguay en Argentina. Pero sobre todo, insistió en que tras haberse sentido cerca de la muerte el año pasado, ahora sólo pretende poder expresar sus ideas en un espacio de progresismo y no contestarle a los blancos que parecen no tenerle en gran estima.
-¿Por qué el hijo de uno de los dirigentes históricos del Partido Nacional pidió pase al Frente Amplio?
-Mi viejo no sólo fue un dirigente de gran importancia y de una dimensión enorme en su época, sino que eso venía de la mano de un proceso de recambio en el Partido Nacional y de replanteo ideológico. Wilson fue un vendaval de progresismo, con propuestas a las cuales, quizás, el Partido Nacional no estaba acostumbrado. Por eso muchas veces tuvo sus situaciones complejas, porque el partido no acompañaba el ritmo de cambios que él quería llevar. Por eso, por ejemplo, en el exilio, o cuando las conversaciones en el Parque Hotel, hubo situaciones de tensión porque él tenía una posición y los dirigentes blancos tenían otra. Ya desde la década del '60, cuando mi viejo fue ministro de Ganadería, él forma la CIDE (Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico), que hace el primer diagnóstico profundo, estructural, del Uruguay, y el primero que hace un país en América Latina. Ahora se dice que los países están sobrediagnosticados, pero en aquella época no había nada. Entre otras cosas, se sacó la primera fotografía aérea de todo el territorio nacional, o el estudio de la calidad de la tierra, de tal manera que la capacidad productiva de la tierra no estaba medida. Wilson, a partir de la CIDE, y de "Nuestro compromiso con usted" que fue su programa de gobierno en el año 71 -que él siguió defendiendo después del exilio- lo transformaron en un referente del progresismo nacional. Y yo ese progresismo, ese espacio wilsonista, como se dice ahora, no lo veo en el Partido Nacional. No creo que exista. Creo que el Partido Nacional ha tenido una transformación que defiende banderas en lo institucional, en lo jurídico, y sobre todo en lo económico y social que no tienen nada que ver con lo que significa el wilsonismo. Entonces no me siento representado (por el Partido Nacional).
-¿Y encontró ese progresismo en el Frente Amplio (FA)?
-Naturalmente. Hay gente que me pregunta si encontré wilsonismo en el FA. No, wilsonismo en el Partido Nacional no encuentro, y el wilsonismo era el progresismo del Partido Nacional. Entonces yo, después de un año de declararme independiente, elijo el FA porque reconozco que allí sí -con luces y sombras- está la columna progresista del país. Yo quiero llevar el componente wilsonista a donde está el progresismo, por el cual él peleó siempre.
-¿Y por qué específicamente en el Espacio 609 que lidera José Mujica? ¿Que lo identifica de Mujica?
-Fue el resultado de largas conversaciones con dirigentes de todos los sectores (del FA), pero me sedujeron varias cosas. Mujica es un paisano, intelectual, filósofo, sabio, pero paisano al fin, y explica problemas muy complejos en un lenguaje sencillo y paisano, que hace que ante el electorado del interior, que es la base del electorado del Partido Nacional, de la tradición blanca más que nada, su lenguaje entre con mucha facilidad. Allí hay una foto del Pepe con mi vieja (Susana Sienra), mi vieja le tenía una adoración tremenda, él la visitaba mucho. Yo sentí que era mucho más fácil que un blanco que dijera "yo voy a seguir los mismos pasos que Juan Raúl", lo hiciera en un sector liderado por Mujica, que en otros sectores.
-O sea, ve en su elección un modelo a copiar por otros blancos...
-Es que ni siquiera yo era consciente cuán grande puede ser ese espacio (el Espacio 609). En los tres o cuatro días previos al anuncio formal de anoche (lunes 10), el mero rumor que corría significó que yo recibiera arriba del medio millar de mensajes de dirigentes de a pie, militantes, diciéndome: "Si te vas a la 609, me voy contigo". Incluso, un par me dijeron: "Yo no estaba de acuerdo cuando te fuiste del Partido Nacional. Ahora me doy cuenta que no quedaba otra. Si vas para la 609, me voy contigo".
"Wilson no dijo eso (que el golpe no se daría si no estuvieran de acuerdo el PCU y la CNT). Una hora antes estuvimos en la casa de Seregni. Ese audio está editado y es falso. Yo te puedo mostrar a Trump cantando Despacito, y es su voz, pero se distorsionan los videos"
-¿Lo ve a Mujica candidato?
-Bueno, cuando hubo negociaciones y conversaciones previas, éste tema estuvo arriba de la mesa. Y entre las cosas que negociamos es que yo no me meto en tema candidaturas. Haber ingresado ayer al FA y a los cuatro días estar opinando sobre candidaturas, no corresponde. Si yo puse como una de las condiciones para ingresar al espacio que no iba a hablar de candidaturas, tampoco me voy a poner a especular.
-¿Qué cree que pensaría su padre si ahora reviviera y se enterara que su hijo pasó al FA, y al sector de Mujica en particular?
-Suponiendo que le hubiera tocado vivir este tiempo, seguramente yo no me hubiera sentido corrido del Partido Nacional. Toda su vida fue con claros mensajes de acuerdos políticos con la izquierda, es más, nadie me ha sabido citar un sólo acuerdo político con el Partido Colorado, pero con el FA yo te puedo hacer una lista enorme de acuerdos que tuvo. Y antes que existiera el FA, con otros sectores de izquierda, como el Partido Comunista, y el Partido Socialista. A ver, antes de la dictadura, ¿cómo fue electo Héctor Gutiérrez Ruiz como presidente de la Cámara de Diputados? Con los votos de la mayoría blanca, los votos en contra del Herrerismo, y los votos del FA, y reelecto un año más tarde de la misma manera. Si él hoy estuviera vivo y lúcido, de repente hubiera hecho una alianza del Partido Nacional con el FA, no sé... En cuanto a cómo me juzgaría: él siempre fue respetuoso de mis opciones, como yo trato de ser con mi hijo, con el cual a veces coincido y a veces no. Cuando yo veo el insulto al que piensa diferente, él hubiera sido incapaz de eso.
-¿No lo sentiría como una traición? ¿O le hubiera dado su bendición?
-Es que no creo que él hubiera permitido que las cosas en el Partido Nacional llegaran a esto. ¿Y verlo como una traición alejarse del lema Partido Nacional? Para nada. Él lo hizo, cuando el golpe de Estado de (Gabriel) Terra (en 1933), él votó 20 años fuera del lema Partido Nacional, por lo que no creo que él le reprochara a otros hacer lo que él mismo hizo cuando fue joven. Cuando él sintió que el lema Partido Nacional no representaba los valores que él creía, se fue, y volvió luego. Su primer voto no fue por el Partido Nacional, fue por la agrupación socialdemócrata de (Carlos) Quijano.
-"Yo me siento fundamentalmente frentista", dijo cuando anunció su incorporación. "En un frentista o una frentista yo sentiré que hay un compañero o una compañera". ¿Cuándo le nació ese sentimiento frenteamplista? ¿Qué cosas del FA lo fueron seduciendo?
-Después de un año de abandonar el Partido Nacional y después de darme cuenta que la única opción progresista donde poder canalizar las inquietudes de tanta gente que dentro del Partido Nacional no se siente representada, tuve que optar por un sector. En ese contexto dije esa frase. Yo elijo una trinchera dentro del FA. Pero el mensaje que está implícito es que todo frenteamplista será un compañero. Y una de las cosas que más alegrías me dio el acto del lunes fue el la presencia multisectorial, la hermosa carta que envió Daniela Paysee, la presencia de Rafael Michelini, la carta que me envió el secretario general del Partido Comunista del Uruguay (Juan Castillo)... Yo ahora vengo de una reunión en el Pit-Cnt donde había representantes de todas las fuerzas políticas del Frente, por la preocupación que hay por la situación de la democracia en Brasil. ¿Qué me sedujo del FA? Que es el polo del progresismo nacional para evitar que se nos quiera llevar como se nos quiere llevar -porque es lo que dice el programa que han acordado Sanguinetti, Larrañaga y Lacalle Pou- se nos quiere llevar a un modelo económico, político y social del tipo de Argentina o Brasil. Creo que basta mirar cómo estalló la crisis económica en Argentina, ya con consecuencias institucionales, porque la propia diputada (Elisa) Carrió está hablando de que a (Mauricio) Macri lo van a sacar en un helicóptero, y la situación de Brasil que ya es patética...
-¿Pero quién quiere copiar los modelos de Argentina y Brasil?
-El Partido Nacional y el Partido Colorado. Sus programas son eso. Es más, el Partido Nacional dijo explícitamente que el programa de Macri era el modelo de desarrollo que ellos llevarían.
-Un día antes del golpe de Estado, el 26 de junio de 1973, su padre dio un recordado discurso en el Cerrito de la Victoria. Está en Youtube, se puede escuchar ahí. Ferreira Aldunate ya sabía que era inminente el golpe. Promediando su discurso, Wilson dice: "Al fin de cuentas, ustedes saben bien que estamos al borde del golpe de Estado, a horas, a minutos, de una dictadura militar, y que si no quisiera el Partido Comunista y la CNT aquí no habría dictadura militar". Ahora bien, los comunistas son frentistas. Usted ve en ellos a compañeros, según dijo, y me acaba de decir que recibió una carta de bienvenida de Juan Castillo y viene de reunirse con el Pit-Cnt. Y su padre dijo claramente que el golpe no se daría si no contara con el visto bueno del PCU y la CNT...
-Ese video es falso. Eso es editado. Es falso.
-Es la voz de él, Juan Raúl.
-¿Tú me estás preguntando o estás contestando la pregunta? ¡Ese video está editado! Yo estaba en el acto. No dijo eso, y sería un demente si hubiera dicho eso, porque una hora antes llegamos al cine Grand Prix procedentes de la casa de Líber Seregni, donde acababan de firmar un acuerdo político para luchar contra la dictadura. Quiere decir que ese audio está editado y es falso.
-¿No es la voz de él? ¿Usted dice que él no dijo eso?
-Yo te puedo mostrar a Donald Trump cantando "Despacito", y es la voz de él, pero se logró con técnicas que se utilizan ahora para distorsionar los videos. Digo que es falso porque yo estaba con él, y hasta me resulta ofensivo para la inteligencia humana que alguien pueda creer que ese audio es cierto, cuando en ese mismo discurso en el Cerrito de la Victoria él encarga como primer tarea militante a los jóvenes blancos salir a recolectar alimentos no perecederos para apoyar la huelga general que ya había decretado la CNT. Entonces, sería una contradicción tan grande... Yo tenía 20 años, ese día no me separé de él ni un minuto. Él nunca dijo eso, es más: dijo todo lo contrario. El último abrazo de despedida cuando él sale de la sala de sesiones de la cámara se lo da Enrique Rodríguez, hoy fallecido, senador del PCU, y le dice: "Quedate tranquilo Wilson, que ya se están ocupando las fábricas". ¿Cómo conjugás eso con el audio editado de ese discurso? ¿Cómo conjugás que a las 18 horas firme con Seregni (el documento está exhibido en la muestra del Museo de la Memoria) el compromiso de luchar juntos Partido Nacional y Frente Amplio contra la dictadura y que unas horas después supuestamente diga eso.
Esa desfiguración, esa distorsión del personaje Wilson que están haciendo, fue obra para un libro que hizo un periodista de apellido Alfonso (NdeR: se refiere al libro "Jugando a las escondidas" de Álvaro Alfonso, publicado en 2004) y fue editado para justificar algunas cosas que dice ese libro. Yo no digo que el audio lo haya editado él, no lo sé, pero sí digo que fue editado porque hay intencionalidad, sin lugar a dudas. Yo logro escaparme y llegar a Buenos Aires, y regreso para la manifestación del 9 de julio. ¿Qué me escribe Wilson? Me escribe (Juan Raúl lee un pasaje del libro "Memoria de una vida por la democracia", firmado por su padre Wilson Ferreira Aldunate, editado por el Museo de la Memoria): "La dictadura no caerá si no se enfrenta a través de una concertación que comprenda un amplio abanico de fuerzas políticas, sociales y gremiales". Es una carta de él, dirigida a mí. Y después termina diciendo: "Siempre sobre estas bases, te agradezco de antemano los contactos que tomes con representantes de la CNT, de la FEUU y otras fuerzas sociales. Para ello te pido que invoques mi nombre y asumas mi representación. Buena suerte y un abrazo... Tu padre". Eso fue cuando yo regresé a Montevideo. No sólo no tengo dudas que eso es falso, sino que va en línea absolutamente contraria. Cuando Wilson se va del exilio en Argentina y empieza su exilio en Europa, promueve la formación de la Convergencia Democrática, de la cual participa activamente. Y la primera reunión que tiene es con Rodney Arismendi, secretario del Partido Comunista. Entonces esa idea del Wilson anticomunista no es así...
-A ver, claramente era progresista, pero también lo tengo como un anticomunista convencido.
-Absolutamente no. Pero es más, fue una de las fuerzas con las cuales él luchó más codo con codo durante la dictadura. Hasta alguna fuerza de izquierda le criticaba que lo veían con más contactos con el PCU que con otras fuerzas de izquierda. A Seregni le daban manija con que eso Wilson estaba muy cerca de los comunistas, y quizás los comunistas se terminaran alejando del FA.
"La carta de Wilson a Videla fue publicada en los diarios más importantes del mundo y traducida a 27 idiomas. Fue censurada por el Partido Nacional en su web, al quitarle la parte más dura del enfrentamiento antidictatorial de Wilson"
-¿Se puede ser frenteampalista y wilsonista?
-Claro, yo creo que sí. Es muy importante que un wilsonista no sienta que deja de serlo por irse al Frente. Especialmente porque hoy el corte es muy duro en la región: es ultraderecha o progresismo.
-¿En qué principios políticos suyos, de su ideología, y que no advierte en el Partido Nacional, se puede advertir su wilsonismo?
-En su lucha permanente desde la década del '60 hasta que se murió contra el neoliberalismo. Sin embargo, hace tres días en un homenaje a Wilson organizado por el Partido Nacional en el Palacio Legislativo se dijo que las ideas de Wilson habían servido de "estribo liberal" para las políticas económicas que aplicó la dictadura. ¿Cómo me voy a sentir representado por eso, si él era la negación del neoliberalismo? Él hizo un programa de gobierno, "Nuestro compromiso con usted", que no lo encontrás en la página web del Partido Nacional, y si tienen algún ejemplar, te dicen "no sabemos lo que es". La carta a (l dictador argentino Jorge Rafael) Videla, donde él revela todo su dolor, pero al mismo tiempo su compromiso de lucha con todos sus compatriotas de todas las ideologías, esa carta está censurada en la página web del Partido Nacional. Los pedazos que no conviene repetir ahora están entre paréntesis con tres puntos suspensivos (...). Para que la gente sepa de qué estoy hablando: fue una carta que él le escribió a Videla cuando matan a (Héctor) Gutiérrez Ruiz y (Zelmar) Michelini. Cuando ingresamos a la Embajada de Austria a refugiarnos, él le relata cómo fueron todos los hechos y probando su responsabilidad, una carta en el tono de grandeza de Wilson, porque termina diciéndole: "Cuando llegue el momento de su exilio, general, que no tenga duda que va a llegar, lo recibiremos en un Uruguay que ya haya recuperado sus libertades. No lo recibiremos con afecto ni con cariño, pero le daremos las garantías jurídicas que usted le ha negado a nuestros amigos que hoy lloramos". Esa carta fue publicada en los diarios más importantes del mundo, fue traducida a 27 idiomas, y fue censurada por el Partido Nacional, al quitarle la parte más dura del enfrentamiento antidictatorial de Wilson. Tu entrás a la página web del Partido Nacional, ponés "carta de Wilson a Videla" y la encontrás, pero con las partes más duras eliminadas.
-"Quien está en otro partido no puede ser wilsonista", dijo el diputado Jorge Gandini, quien lo criticó duramente. Gandini dijo que usted "agotó todos los cargos que podía obtener" del Partido Nacional: fue diputado, senador, el partido lo puso como director de la comisión técnica de Salto Grande, director del Banco de Seguros del Estado (BSE), embajador de Uruguay en Argentina, el Partido Nacional lo votó para integrar el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDDHH) y en la última oportunidad no lo volvieron a votar porque su gestión no fue de conformidad para nadie, dijo. Y varios -no sólo él- sugirieron que usted se va al FA en busca de un cargo.
- Sí, ahora se está diciendo mucho, en las redes sociales, que "me vendí por un cargo". Lo que un legislador debería saber es que yo como ex miembro de la Institución Nacional de Derechos Humanos no estoy habilitado por la ley ni para ser candidato ni para aceptar del presidente electo un cargo de confianza. El tema cargos y posiciones no estuvo arriba de la mesa.
Lo que dice Gandini es todo mentira. Yo no ocupé nunca un cargo de confianza en nombre del Partido Nacional. Es cierto que el Partido Nacional me votó para el Instituto de Derechos Humanos, pero también me votó Unidad Popular, el FA y tres legisladores colorados. Para el BSE fue todo lo contrario. Yo fui embajador (de Uruguay en Argentina) porque me designó Sanguinetti, que quedó sorprendido por no figurar en la lista de cargos propuesta por el Partido Nacional. Yo fui vicepresidente (de la comisión mixta) de Salto Grande porque Jorge Batlle me puso, no porque me haya propuesto el Partido Nacional. Yo fui director del BSE porque el Partido Nacional me pidió si podía renunciar a Salto Grande, para que pudiera ir Sergio Chiesa y ser candidato a intendente en Tacuarembó, y yo quedarme con ese cargo que quedaba libre, y acepté. Era mal negocio, pero acepté igual. Yo no fui propuesto por el Partido Nacional para ninguno de esos cargos. Lo de Gandini es todo mentira, pero veo los insultos y agravios de Gandini y no quiero caer en provocaciones, y menos de tipo personal. Y el deseo de suerte electoral, cuando él sabe que no puedo ser candidato, es una picardía consciente. Él sabe que no voy al FA por motivos electorales, porque él votó mi pase al INDDHH y sabe que me está prohibido aceptar cargos ahora.
-Quizás no para esta elección, pero sí para la siguiente...
-O sea que sería una movida hoy para negociar una candidatura a diputado en cinco años... No, no... son intentos de impedir que yo desarrolle mis ideas contestando la sucesión de provocaciones en las que no voy a caer.
-El periodista y abogado Álvaro Diez de Medina tuiteó sobre usted: "Lo dijo (Juan Raúl) hoy: 'Wilson era progresista y la columna progresista que hay en Uruguay es el FA'. ¡Y todo el tiempo y los sueldos que le tomó darse cuenta!". Cualquiera puede pensar como él y decir: "¿Y por qué no se fue antes al FA, en vez de seguir cobrando salarios con el aval del PN?"
-No me fui antes porque la situación antes no era la que es ahora. Primero, que es muy difícil irse del partido... a mí me costó mucho. Me dolió mucho. Yo milité 52 años en el Partido Nacional, y no siempre la pasé bien. Diez de mis mejores amigos fueron asesinados cuando yo estaba en el exilio y fueron asesinados en circunstancias muy cercanas a mí: el Toba (Gutiérrez Ruiz), Zelmar (Michelini), (William) Whitelaw, (Rosario) Barredo, el secuestro de (Manuel) Liberoff en Buenos Aires, y ahí nos tenemos que ir con mi padre. Yo llego a Washington y mi primer trabajo el 18 de setiembre de 1976 era ser secretario de Orlando Letelier, y el 21 de setiembre, lo matan a cuatro cuadras de mi oficina, junto con mi colega, su secretaria. Me salvé de milagro. Si yo hubiera vivido del otro lado del Sheridan Circle, iba a ir en ese auto. Al mismo tiempo, me fui a la asamblea de la OEA en representación de la WOLA (Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos), una institución de derechos humanos en La Paz donde se reconoció por primera vez la figura de un desaparecido que es Julio Castro. Y después finalmente, matan en donde yo me estaba alojando, en Bolivia, al diputado socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz. Yo entré a la casa, vi todo tirado, y a los tres días me enteré que lo habían matado. Y después, la persona que fue mi refugio, monseñor Oscar Romero, una semana después que lo invitamos a presenciar el acto de fundación de Convergencia Democrática, lo matan en El Salvador. ¿A qué voy? Me pesó mucho, no es fácil irse de un partido donde estuviste 52 años... Primero tratás de hacer todo lo posible por ver si hay un cambio posible adentro, y eso fue lo que yo hice, hasta que llegué a la conclusión que no era posible. Y que ahora Gandini diga que no hice una buena gestión en la Institución Nacional de Derechos Humanos... nunca se interesó por ningún tema de la institución.
-Pero es verdad que ha ocupado cargos en los gobiernos de Sanguinetti, Lacalle, Batlle, Mujica y Vázquez. ¿No tiene aspiraciones electorales para más adelante, cuando reglamentariamente pueda asumir uno?
-El cargo en la INDDHH que ocupé durante las administraciones de Vázquez y Mujica no depende del Poder Ejecutivo. Lo elige el Parlamento, a sugerencia de la sociedad civil. Y que siempre se hace en la mitad del mandato, para evitar designaciones del Ejecutivo. Yo no tengo intereses electorales... qué me va a deparar la vida política más adelante no tengo ni idea. No está en mis cálculos ahora. Hubo un tiempo que me alejé de la política: abrí mi estudio, mi consultora, trabajé en el sector privado, hasta que un grupo de organizaciones de derechos humanos me vinieron a plantear si estaría dispuesto a ir al INDDHH.
-Hizo campaña por Luis Alberto Lacalle en 1999. ¿Por qué no acompañar la candidatura de su hijo, Lacalle Pou? ¿No lo representa?
-Primero, creo que fue un gran error haber acompañado la candidatura de Lacalle Herrera. Pero en todo caso creo que el momento político que está viviendo el mundo, que eso tuvo mucho que ver con mi alejamiento del Partido Nacional, ha generado otros parámetros. El mundo se está partiendo en una polarización tremenda entre progresismo, cada vez más moderado, y ultraderecha. Hoy hay un candidato en Brasil que dice que las mujeres no pueden trabajar y tienen que quedarse en la casa. Me voy a Brasil porque eso tiene que ver en por qué me preocupa Lacalle Pou en este contexto. Estamos viviendo en una región conmovida por sacudones tremendos de la ultraderecha.
"Lo de Gandini es todo mentira, pero veo los insultos y agravios y no quiero caer en provocaciones. Y el deseo de suerte electoral, cuando él sabe que no puedo ser candidato, es una picardía consciente"
-¿Lacalle Pou es ultraderecha?
-Para mí Lacalle Pou, en ese corte que está viviendo la región entre ultraderecha y progresismo moderado, representa los intereses de la ultraderecha, de los poderosos y su financiamiento electoral viene de los mismos poderosos que en Argentina apoyaron a Macri. Y él mismo se ha identificado con las políticas de Macri. Ahora no, ahora está calladito la boca.
-Gandini no fue el único dirigente nacionalista que habló mal de usted. Juan Andrés Ramírez Saravia -quien acaba de bajarse de su precandidatura- dijo en radio Universal que usted es "un mal blanco, un mal tipo. Tengo información de que es un mal hermano. Si no fuera hijo de Wilson, no sería nada. Se lo mandamos al FA envuelto para regalo y sin devolución". Otros dos dirigentes me hablaron off the record y coincidieron en lo mismo: "Juan Raúl es un mal compañero", me dijeron. ¿Por qué cree que no lo quieren en el Partido Nacional?
-Porque me fui. Este chico Ramírez Saravia no habría dicho eso estando yo en el partido... Pero todo lo que es insulto que sustituya el intercambio de ideas, no lo voy a contestar. No voy a entrar en ese terreno.
-Da la impresión que usted hace un rato largo que no encontraba un lugar en el Partido Nacional. ¿Cree que no le dieron el lugar que usted se merecía?
-No pasa por ahí. Es una cuestión de estilo. Esas reacciones, donde en lugar de discutir con argumentos se apela al agravio. El día que Gandini o Ramírez Saravia quieran polemizar o discutir con argumentos, quizás pueda reconocer que en algunas cosas puedan tener razón. Pero el Partido Nacional hace mucho tiempo ha optado por la descalificación: "al que no piensa como yo lo tengo que insultar, y si puedo acusarlo de corrupción, mejor todavía".
-¿Es cierto que usted fue funcionario público hasta 1975, es decir hasta dos años después del golpe, y antes que su padre se exiliara en Londres?
-Sí, fui funcionario público hasta el año 75. En ese año fui echado porque era el sesquicentenario de la Patria y una cosa que ahora dicen que no existía, la Acción Nacional, en esas reuniones se había resuelto durante el 25 de agosto de 1975 por el sesquicentenario de la Patria cantar del himno sólo la parte que decía: "¡Tiranos temblad!", cosa que yo cumplí en el juzgado donde trabajaba. Y el juez hizo un oficio diciendo que quedaba despedido, sin sumario, ni nada. Por eso no fue difícil para mí presentarme a la ley de restituidos. Pero igual me hubieran echado, porque a los 20 días caí preso, y cuando quedé en libertad, me fui del país.
-¿Y por qué decidió irse al exilio? ¿Usted fue perseguido?
-Sí, sí, fui muy perseguido. Estuve detenido 10 o 12 veces, una de las últimas veces Luis Vargas Garmendia, el subsecretario del Interior, sacó un decreto que lleva la firma de (Juan María) Bordaberry y de él prohibiéndome salir de los límites de Montevideo. Me allanaban la casa cada 15 días, más o menos. Empecé a pensar que en lugar de ser una ayuda, no fuera una presión a mi viejo. Entonces empezamos a pensar en el viaje a Estados Unidos, y por los preparativos del viaje me llevaron preso y estuve un tiempo largo preso, hasta que por un episodio fortuito -estaba en el Servicio de Inteligencia de la calle Maldonado y un preso peligroso, Pedrito Cribari, se trata de escapar, le pegan un tiro y cae justo frente a la ventana de mi celda-, ahí la orden que da el inspector (Víctor) Castiglioni es que todos los que no están procesados por la Justicia Militar quedaran en libertad, en medio del caos que se armó. Y ahí vino un policía y me dijo: "Guarde todo y váyase". Pero a mí me habían procesado el día antes. Yo me quedé en la duda de si me querían sacar encima o si se equivocó. Me quedé tres días en la casa de un amigo, y al cuarto día me fui por la frontera de mis pagos, al Chuy, crucé con ayuda de amigos, me fui a Porto Alegre en ómnibus y de ahí a Buenos Aires, donde me reuní con mi viejo.
-En su página web dice que se recibió de Doctor en Ciencias Políticas (Relaciones económicas internacionales y derecho humanitario) en LaSalle University, en el año 1998. ¿Es la universidad que está en Mandeville, Louisiana, dirigida por Thomas James Kirk? Le pregunto porque la universidad LaSalle respetable queda en Filadelfia, Pensilvania. ¿Sabe que Kirk resultó preso por estafa y evasión de impuestos, y esa universidad fue denunciada por títulos falsos, por ser lo que se conoce como una "universidad de garage"? Es lo que en inglés se conoce como "diploma mills", o fábrica de títulos truchos.
-En realidad, yo hice mis estudios con la profesora Cynthia McClintock en la Washington University. La voy a ver en breve porque ella está como una de las directoras de la WOLA (Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos), la oficina donde yo trabajaba, pero en aquel momento no estaba en la WOLA. Yo hice el college -pago por la iglesia metodista americana-, el máster y los cursos del doctorado, pero nunca hice la tesis. Me fui dejando estar. Se venció el plazo, pasó el tiempo y en el 98 me comuniqué con ella buscando revalidar materias y terminar mi doctorado... Hay muchas universidades que la parte de relaciones internacionales la tienen en Washington.
-¿Pero ésta es la universidad de Mandeville, Louisiana?
-Esta es Louisiana, sí. McClintock me la recomendó, me dijo que podía lograr que a mí me convaliden los créditos y me digan cuántos cursos más tenía que hacer. Y los tuve que hacer a distancia (yo estaba como embajador en Argentina) pero la escuela de asuntos internacionales estaba en Washington.
-Según lo que pude investigar, y hay profusos antecedentes accesibles en la web, la falsa universidad que expidió títulos truchos está en Mandeville, Louisiana...
-Hay dos universidades en Louisiana: una auténtica y una trucha. Yo lo hice por internet pero me corregían en Washington -avalados por la universidad de Louisiana-, y cuando tuve que declarar como candidato para la INDDHH, como éste tema ya se había denunciado en alguna oportunidad por parte de algunos periodistas pícaros, yo entregué documentación... Es cierto que una universidad utilizó ese nombre para expedir títulos truchos pero mucho después.
En ese momento, Ferreira va en busca de libros que contienen títulos, cartas y boletines de certificados con notas de cada asignatura, para demostrar la autenticidad de su título académico. Una de las cartas está expedida desde LaSalle University, cita en Mandeville, Louisiana, en donde estaba la falsa universidad por "fábrica de títulos truchos" o "diploma mills". Y se lo hago notar.
-Bueno, yo no sé dónde queda... Lo que te digo es que los que te fabrican certificados no te hacen hacer exámenes, no te toman cursos... La profesora McClintock me dijo: "Ellos, para convalidarte los cursos que ya hiciste, te exigen dar todos los exámenes". Acá tenés (NdeR: en el bibliorato que me entregó) las copias de los exámenes, las notas que tuvo cada uno... ¿Sabés quiénes fueron los padrinos de mi graduación? Enrique Iglesias y Didier Opertti. Las universidades que te venden, o mejor dicho, los sitios web, que te venden los títulos, no te hacen rendir exámenes, no te hacen escribir, trabajar, no te dan planillas con las notas que obtuviste y las recomendaciones en cada uno de los exámenes. Yo hice ese curso a distancia, fui a Washington a defender la tesis en 1998, cuando era embajador en Argentina. Y sobre todo, no te hacen hacer una tesis final e ir hasta allá a defender la tesis. Esas universidades falsas te cobran y te dan el certificado, no te hacen defender una tesis. Y me la recomendó Cynthia McClintock, una de las académicas más destacadas de Estados Unidos.
Todas las universidades salesianas se llaman LaSalle. Yo no sé si es de Mandeville o de dónde, pero sé lo que estudié y la que me tomó el examen en la escuela fue la profesora McClintock que había sido mi tutora en el máster anteriormente. Y repito: para ingresar al INDDHH junto con mi curriculum entregué el certificado de autenticidad del Ministerio de Educación de Estados Unidos, que allá tiene otro nombre.
-A principios de siglo su figura como embajador de Uruguay en Argentina fue cuestionada por el faltante de 156 bienes de la embajada y 545 bienes de la residencia suya como embajador, según constató la Auditoría Interna de la Nación, sobre todo algunos cuadros que faltaron. ¿Se aclaró todo eso?
-Yo le hice un juicio al Estado, y se lo gané. Y la Cancillería sacó un desmentido. En realidad, el juicio, cuando tomé nota, no existía todo ese faltante, sino que hablaba solo de un cuadro. El inventario que hice al terminar mi mandato decía que faltaba un cuadro de (Oscar) García Reino, tasado en 8.000 dólares, y sobraba un cuadro cuya firma era ilegible. Bastaba chequear si la firma ilegible era o no la de García Reino, y nunca se hizo eso. Cuando se pidió la pericia judicial resultó que era de García Reino. ¿Sabés por qué le hice un juicio al Estado? Porque un día vi una foto de Alberto Volonté, el embajador que me sucedió, sentado abajo del cuadro que faltaba. Pensé: "Que vayan a la embajada, porque el cuadro está ahí". Pero no se dice en el informe de la Auditoría Interna de la Nación que antes de irme dejé de regalo y pagadas de mi bolsillo toda una vajilla de lujo, y dejamos un cuadro de Vicente Martín, que era de la colección de mi padre. Yo hice un juicio por tres millones de dólares, en la audiencia de conciliación, el auditor del ministerio (de Relaciones Exteriores) quería transar, y yo terminé bajando la demanda a un peso. Gané un peso. Pero el juicio ya estaba instalado en el juzgado civil. Finalmente, un perito (el director del Museo Nacional de Artes Visuales, Ángel Kalenberg) terminó concluyendo que el cuadro cuya firma era ilegible era el que supuestamente faltaba, de García Reino.
-En aquel informe de la Auditoría Interna de la Nación también se constató el incumplimiento a realizar las retenciones y los aportes a los organismos de seguridad social de los funcionarios contratados.
"Lacalle Pou representa los intereses de la ultraderecha, y su financiamiento electoral viene de los mismos poderosos que en Argentina apoyaron a Macri. Él mismo se ha identificado con las políticas de Macri. Ahora está calladito la boca"
-Ninguna embajada los pagaba (los aportes previsionales de sus funcionarios). Mi antecesor, Adolfo Díaz Estapé, me aconsejó que no los pagara. Creo que ahora el Ministerio de Relaciones Exteriores empezó a regularizar esa situación...
-¿Por qué no se pagaban los aportes?
-Porque no se pagaban... Pero entonces, el embajador Díaz Estapé, que era un hombre muy bien, me dijo: "Cada fin de mes, cuando te manden la liquidación de sueldos, poné un télex diciendo 'falta el monto para pagar los aportes previsionales, te van a contestar 'proceda', y vos vas guardando todos los papeles que digan 'proceda' y la responsabilidad es de Cancillería, no de uno". Y eso lo sabía el auditor interno de la nación, Gustavo Matroiani, quien ya arrastraba algo personal contra mí.
-¿Qué pudo hacer en el INDDHH? ¿Cómo evalúa su gestión?
-Yo creo que fue muy buena. Una de las tareas que me encomendaron fue lograr la aceptación de Naciones Unidas, que normalmente es un trámite que lleva cinco o seis años, y nosotros lo conseguimos en el mínimo que el tratado internacional permite, que son tres años. Y fuimos de las muy pocas instituciones que arrancó con la máxima calificación: calificación A. No sé qué calificación tiene ahora. Pero además hicimos un trabajo muy importante en materia de voto exterior, en materia de salud mental. Es más, redactamos el anteproyecto de ley de salud mental junto con la Dra. (Mirtha) Guianze armando un grupo de estudio, donde le dimos participación a todos los sectores corporativos vinculados al tema. Y sobre todo, la Dra. Guianze y yo íbamos todos los días a trabajar. Parecía una cosa rarísima...
-¿Los demás miembros del Instituto no iban a trabajar todos los días?
-Guianze y yo íbamos todos los días. Éramos cinco.
-¿Cómo se imagina su futuro político?
-Hay un tema de edad en esto... Yo durante mucho tiempo pensé que a mí me habían robado la juventud y que había tenido una juventud triste; hoy estoy convencido que fui un privilegiado. Porque detrás de cada tragedia, siempre había actos de solidaridad que todavía recuerdo en forma conmovedora. Me costó mucho romper los lazos con el Partido Nacional, pero después sentí un alivio muy grande y una gran libertad, que es lo que más le pedí al Espacio 609: poder actuar con los criterios básicos de independencia y libertad. Y ahora no tengo aspiraciones de cargos. No sé qué deparará la vida.
-¿Qué le dijeron sus hijos, Wilson y Sofía, y su hermana Silvia, respecto al cruce de vereda hacia el FA?
-A mi hermana Silvia le tengo un cariño y muy grande. Me parece una bajeza lo que dijo Juan Andrés Ramírez (Saravia) porque su madre es íntima amiga de mi hermana, lo que insinúa es una cosa muy fea. A mi hermana la admiro por cómo actuó durante la dictadura y por la firmeza con que defiende sus ideas, que en este momento son distintas a las mías. Pero nosotros nos creamos en un hogar donde pensar distinto no era un pecado o algo mal visto. Mi hijo, de 25 años, estuvo en el acto de la 609, él se alejó del Partido Nacional antes que yo. Me gustó verlo en el acto. Y a mi hija, de 23, no le interesa nada la política, es una contadora que vive encerrada estudiando. Normalmente con mi hermana Silvia no hablamos de política, hablamos todos los días, pero no hablamos de política, y no me dijo nada de la incorporación al FA, como yo tampoco le dije nada por su apoyo a la juntada de firmas por la cadena perpetua que está haciendo Larrañaga...
-Se refiere a la campaña Vivir Sin Miedo de Larrañaga...
-Hablo de la reforma constitucional para establecer la cadena perpetua. Eso va contra todos los principios de Wilson, que no era partidario de la cadena perpetua, él decía que ya la Constitución tenía demasiadas cosas.
-El año pasado estuvo muy embromado de salud...
-Sí, pasé mucho tiempo internado. Empezó con una operación de próstata, pero como tomo anticoagulantes tuvo una suerte de complicaciones, que se conjuntaron con un pequeño problema neurológico, quizás provocado por eso, que ya está superado, como verás. Pero cuando estaba en casa me moví con muchas dificultades motrices. Eso duró casi todo el año pasado. Mi última operación fue en marzo de este año y aparentemente dieron en el clavo. Llegué a estar más de un mes internado.
-¿Llegó a reflexionar sobre la vida y la muerte?
-Mucho, mucho. Hubo una noche que sufrí una crisis de dolor. En una internación fui tres veces al quirófano, pero a veces había que esperar que dejara de actuar el anticoagulante, pero hubo un día que hice una crisis de dolor que perdí el sentido, la conciencia, la cama era un baño de sangre, y ahí me acuerdo que había que esperar 48 horas -los médicos no se movieron de al lado mío- y en esas 48 horas pensé que podía morirme. Creí que la muerte era inminente.
Claro que me hizo reflexionar. Lo que más me preocupaba era estar tranquilo con el tema de morirme sin ningún rencor. Es más, después que superé la enfermedad, me acerqué a amigos de la infancia con los cuales estaba distanciado. Hace un año, cuando murió mi madre, empecé a revisar papeles y encontré una carta de mi viejo que fue la primera que le mandó cuando estuvimos exiliados en la Embajada de Austria, y termina así: "Nosotros, dentro de todo, bastante bien -hacía horas que habían matado a Zelmar y el Toba-, no nos hemos dejado dominar por esa cosa espantosa que es el odio". Esa frase, en los momentos que tuve miedo de irme, me repiqueteó mucho en la cabeza.
-¿Es feliz?
-Sí, sí. A veces uno es feliz y no se da cuenta. Yo por suerte me siento feliz.
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