Una hora y media después de la hora pactada para la entrevista, por fin veo aparecer a Juan Castillo con unas carpetas bajo el brazo, charlando distendidamente con una persona que bajó junto a él en el ascensor. Pero no tengo suerte, sin percatarse de la presencia de cronista y fotógrafo en la antesala de su despacho, el director de Trabajo enfila para la puerta principal del Ministerio y se pierde de vista. Espero que no se haya ido, olvidando la cita. Su secretaria me tranquiliza cuando le pido que lo llame al celular: "Debe haber salido a fumar". Cuando calculo que deben ir como tres cigarrillos me gana la impaciencia y me acerco a la puerta. Conversa con la misma persona. Decido esperar un poco más sin interrumpirlo: qué le hacen unos minutos más a una hora y media.
El tiempo transcurre y Castillo sigue afuera. Voy hasta la puerta otra vez y ahora habla con otra persona. Salgo. Su interlocutor le muestra unos papeles que tiene en una carpeta y Castillo lo escucha con atención. Debe de ser alguien que vio al director de Trabajo ahí afuera y aprovechó para plantear algún problema, como quien dice "vi luz y entré". Entonces decido actuar. Me acerco, le toco el brazo y le recuerdo que estamos arriba esperándolo. "Sí, sí, ya voy". La verdad, creo que no lo tenía presente.
Finalmente, otros minutos de espera ofrecen su recompensa. Disculpándose con un "esto es así", llega al despacho y puedo suponer que, ahora sí, es tiempo de la entrevista. Pero no todavía. Son casi las 19, y después de estar desde las 15 en otro piso del Ministerio reunido con el ministro Murro y todo su equipo, es necesario ponerse a tiro con las novedades de su secretaría: llamadas, visitas, consultas, pedidos, más llamadas, etc.
Unos minutos más y entonces sí, por fin, llega mi turno.
A ese ritmo parece ser que transcurre la vida de Castillo en la Dirección Nacional de Trabajo (DINATRA) y según él mismo admite, el resultado lo paga su salud. "Vos tenés un estrés galopante, basta verte nada más", le dijeron hace poco en medio de un chequeo médico. Tal vez sea porque estamos en plena negociación salarial, porque es el primer año de esta administración o porque el clima se ha enrarecido bastante en las últimas semanas, pero "el Negro" -como lo conocen sus compañeros del movimiento sindical- asegura que así ha sido su vida en los últimos treinta años y que ahora, en todo caso, solo se nota más.
Funcionario portuario que en los 90 se transformó en uno de los principales dirigentes del PIT-CNT, ex vicepresidente del Frente Amplio, dirigente comunista, hincha de Rampla y de los Diablos Verdes -de los "te sigo a todas partes"-, vecino del Cerro y padre de tres hijos varones, Castillo es reconocido por propios y extraños como un negociador, un buscador de acuerdos. Un fiel discípulo del Pepe D'Elía, quizás. Hoy está en un lugar donde esas características se ponen a prueba todos los días. ¿Sigue pensando como un sindicalista? ¿Sigue creyendo en la lucha de clases? ¿Le siguen afectando las descalificaciones personales que sufre a veces? ¿Los "ultra" son una piedra en el zapato? ¿Cómo lo tratan los empresarios? ¿Por qué estuvo a punto de renunciar? ¿Gana 100 "palos", como le gritaron algunos docentes en medio del conflicto?
Después de una larga espera, el grabador se enciende y es tiempo de las respuestas.
Por Gerardo Tagliaferro
tagliaferro@montevideo.com.uy
1) La tarea en un cargo de gobierno ¿es como la habías imaginado o te presentó alguna sorpresa?
En realidad, yo nunca me había imaginado en un cargo de gobierno. Pero no se me dificulta la tarea, he convivido muchos años de mi vida en la negociación y en el conflicto.
2) Pero siempre siendo parte, nunca en el papel que tenés hoy.
Claro, hay otra responsabilidad y tiene unas características que te absorben una cantidad de horas del día. El equipo de DINATRA es habitué los sábados aquí en la sede del Ministerio y los domingos, lo máximo que podrás hacer es no venir al Ministerio, pero igual estás atendiendo situaciones. Es de dedicación exclusiva, absorbe mucho tiempo. Pero no me quejo, siempre hice lo que más me gustó. Me considero una persona con facilidad para la búsqueda de salidas a los conflictos y no tengo pereza.
3) ¿El estrés es el mismo que en la actividad sindical?
Es diferente. Hay una carga que ya la siento en el físico, de hecho estoy en estos momentos en chequeos médicos que me han sugerido. Pero ya todos me dicen: "Vos tenés un estrés galopante, basta verte nada más". Acá la responsabilidad es mayor, cuando en un conflicto representás a una de las partes tu objetivo es sacar lo mejor para esa parte. Ahora tengo que buscar lo mismo, porque estoy en un Gobierno de izquierda y comprometido con un proyecto político, pero hay que mantener un temple que permita resolver situaciones extremas.
"A los ilustres desconocidos los ignoro, yo tengo un nombre, un apellido, doy la cara siempre y camino siempre solo." |
4) ¿Los empresarios confían en vos?
Yo creo que sí, así me lo trasladan. Sería ingrato si dijera que alguna de las partes no me está dando, al menos por ahora, una cuota de crédito. Yo los llamo y los empresarios me responden, y esta puerta nunca deja de abrirse. Recibí más críticas del sector empleador antes de asumir que desde que estoy acá.
5) Y da la impresión que has recibido más palos desde sectores sindicales que de los propios empresarios. Por lo menos ha habido cuestionamientos que hicieron ruido.
No, sindicalmente ninguno me ha cuestionado.
6) En medio de los paros de la enseñanza un grupo de trabajadores vino a la puerta de tu oficina y te insultó.
Hubo un grupo de trabajadores, que después no dieron la cara ni su organización tampoco, que me dedicaron algunos cantos o me hicieron responsable de una situación en la que ellos saben que no tengo responsabilidad. Pero a los ilustres desconocidos los ignoro, yo tengo un nombre, un apellido, doy la cara siempre y camino siempre solo. Te golpea, te choca, yo no lo disimulo, te hiere que descalifiquen tu accionar quienes al rato tienen que estar pidiéndote alguna cosa. Pero por suerte mi pasado habla mejor que lo que yo pueda decir.
7) ¿Atribuís esas descalificaciones a una cuestión personal o creés que hay una intencionalidad política?
Debe haber intereses de todo tipo. Pero esa situación o lo que se ve en las redes sociales me tiene sin cuidado. Es muy fácil insultarte en las redes sociales. Seguramente el que está criticando tu gestión está mirando la telenovela, tomando mate y en chancletas, y vos acá estás 12 o 14 horas resolviendo los problemas de verdad. Pero los sindicatos, aun aquellos que son conducidos por orientaciones que a veces no son las más negociadoras, todos han tenido un gran respeto por mí. Del insuceso de ese día, con esos cantos hacia mí, salí fortalecido porque fueron más las voces de aliento después. Además, yo ni siquiera estaba ese día en el Ministerio, estaba en el interior negociando dos conflictos importantes.
8) ¿Qué habría pasado si hubieras estado acá?
Tal vez mejor que no haya estado, porque como siempre doy la cara, si sentía eso iba a tener que salir. Si no le debo nada a nadie ni tengo por qué esconderme. No sufro de amnesia política, lo que hice toda la vida lo sigo haciendo y mi concepción no ha cambiado. Estoy segurísimo de que esos cantos no interpretan a quienes ellos decían representar, los maestros o docentes de este país.
9) ¿Por qué ibas a renunciar?
Primero: yo no hice público nunca que había tomado la decisión que tomé. Se supo, pero no a partir de una declaración mía. Quien me convocó para formar su equipo fue Ernesto Murro, con quien me une una entrañable amistad y el orgullo de haber compartido una misma dirección del PIT-CNT en la década del 90. El 19 de diciembre de 2014 me propuso integrarme a su equipo y le debo lealtad. Y por esa lealtad, al enterarme un domingo a la noche cuando estoy regresando a Montevideo de una decisión de Gobierno (la declaración de esencialidad en la educación), le dije "hasta aquí llego". Transcurridos los días legales para ejecutar esa resolución del Gobierno y llegado el lunes 31 (de agosto), que era el día en que se iba a ejecutar, yo agarraba las pocas cosas que traje y me iba, porque había luchado toda la vida contra los decretos de servicios esenciales, contra la limitación del derecho de huelga y este era un traspié que no estaba dispuesto a compartir. Entendí que era una decisión equivocada y que había alternativas. Y me iba a ir callado, sin propaganda y sin visitas a los medios anunciando por qué renunciaba. Le informé a las 11 de la noche del lunes 24 a Murro de mi decisión, por mensaje de texto porque salíamos de una reunión en el Ministerio. Él me pidió que no me apurara, que íbamos a encontrar una salida.
"El presidente me dijo que me entendía perfectamente y sabía el momento que estaba atravesando." |
10) ¿Consultaste a tu partido?
Corté con Murro y hablé con el secretario general del Partido Comunista para comentarle. Me pide tiempo para que hubiera una reunión del Ejecutivo del Partido y que fuera ese mismo órgano, que avaló mi participación en el equipo de Gobierno, el que decidiera. Yo siempre fui un militante orgánico y lo voy a seguir siendo, no estoy acá porque pasé y vi una silla vacía. Eso sí: ni Tabaré Vázquez ni Ernesto Murro me pidieron que yo cambiara mi concepción de vida para estar acá.
11) ¿Qué resolvió el Partido Comunista en ese momento?
Entendió que eran correctos los pasos que estábamos dando en busca de una solución al conflicto y al problema de los servicios esenciales. Y nos continuamos reuniendo con compañeros, tanto del movimiento sindical como de la fuerza política, tratando de buscar una salida negociada a esa ejecución de los servicios esenciales. Y tan es así que el domingo (30), a última hora, se logró una solución. Si amanecía el lunes y se aplicaban los servicios esenciales yo hoy no estaba acá.
12) Más allá de que tú no lo hayas hecho público, la eventual renuncia de Castillo trascendió, y eso operó como un hecho político. ¿No es posible pensar que alguien jugó políticamente, como elemento de presión, con tu renuncia?
No me corresponde a mí interpretarlo. Entiendo la pregunta y hay valoraciones que se han hecho en ese sentido. Yo no quería hacer ninguna cosa con afán de buscar protagonismo, quería una solución. Y si no lo lográbamos, con la unanimidad del equipo político del Ministerio de Trabajo, seguro que yo no estaba más y después no iba a salir a criticar al ministro, al resto de los directores o al Gobierno. Porque es mi Gobierno. Seguramente no hagamos todas las cosas en línea recta, pero me hago cargo de los aciertos y de los errores, no tengo un sentido vergonzante de ser frenteamplista ni comunista, estoy orgulloso. Si alguien lo interpretó como una señal política no fue ese mi objetivo, no medí esa consecuencia.
13) Varios sectores del Frente Amplio calificaron la resolución de esencialidad como un error político, incluso tu propio partido. ¿De quién fue el error?
No hay una persona... Fue una decisión de Gobierno que se asume en el colectivo. El Gobierno, y soy parte de él, asume esas decisiones. No encuentro un culpable si fue un error o un gran gestor si fue un acierto. Yo no tenía otra opción que acatar o irme. Y sentí respaldo del Gobierno, incluso llamadas del presidente de la República.
14) ¿Vázquez te pidió que no renunciaras?
Nunca me pidió que no me fuera, pero llegó a decirme que sabía perfectamente la situación que estaba viviendo y que por encima de la decisión que yo tomara, estaba convencido de mi fidelidad al proyecto político. Para mí fue muy importante eso, no tenía por qué haberlo hecho.
15) ¿El presidente te expresó en algún momento cuál era su fundamento para la declaración de servicio esencial?
No, no. Fue una llamada cortita. En realidad yo estaba reunido con el ministro y él llamó a Murro y luego pidió para hablar conmigo. En ese momento me dijo que me entendía perfectamente y sabía el momento que estaba atravesando. Pero fue una semana de muchos contactos con el presidente y otros ministros y puedo asegurar, y lo pongo en boca mía, que no hubo ningún integrante del Gobierno feliz con la decisión que se estaba tomando. Simplemente hubo una situación que llevó a esa decisión y finalmente, sobre el filo mismo de la aplicación de la medida, logramos encontrar un camino de salida.
16) ¿La resolución de esencialidad fue un intento de marcar la cancha a los sindicatos docentes, una especie de escarmiento que finalmente no prosperó?
Yo no estuve en el momento en que se tomó esa decisión, no sé qué argumentos se valoraron. No sé si fue eso.
"Cuando empleo y salario pueden llegar a disociarse por una coyuntura complicada, privilegio el empleo. Sé lo que es estar sin trabajo." |
17) ¿La posición que mantuviste en esta oportunidad implica que no avalás la declaración de esencialidad en ningún caso?
No, no. El sábado anterior, 22 de agosto, firmamos una resolución de servicios esenciales por el INAU. Y no la cuestionó ni el mismo sindicato. Joselo López me llamó para decirme que terminaban de tomar esa resolución, que se la pedí que me la mandara por escrito y le dije, sin consultar al ministro: "Mirá Joselo, la actividad de ustedes es esencial". "Soy consciente de la resolución que tomamos y también de la responsabilidad de ustedes", me dijo él. Corté con Joselo López, eran las 2 o 3 de la tarde del sábado y se convocó para las 18 de ese día una reunión urgente en el Ministerio y estuvimos casi hasta la medianoche coordinando con el propio sindicato la aplicación de la resolución de servicios esenciales. Eso no fue cuestionado, hay determinadas áreas en que no está en cuestión, y no lo cuestiona el movimiento sindical. Pero la educación es otra cosa.
18) ¿Joselo López se comió un garrón en los incidentes del hogar Ceprili que terminaron con el procesamiento de algunos trabajadores?
Mirá, en realidad pasa el tiempo y suena todo medio raro, cada vez cosas más confusas. A juzgar por el video que se ve, está claro que no hay responsabilidad política por el accionar de Joselo. Lo que se juzga es la inacción... Es raro pero es así. Y después viene un juez con un procesamiento donde se los juzga por actos de tortura, bueno, suena bastante exagerado. En este país en el que algunos torturadores todavía andan sueltos, que se juzgue por tortura a los trabajadores del INAU... algo no cierra.
19) López ha dicho que el aparato del Estado se ensaña con él porque es opositor, no tiene afinidad con el Gobierno. ¿Qué pensás?
Yo trato de entenderlo, aunque no comparta sus apreciaciones. Formo parte de un Gobierno que no te juzga por tu forma de pensar, si entendiera que eso es así tendría otra razón más para cuestionarme estar acá. Insisto, no me voy a desmarcar. No sé si Joselo adhiere a esta fuerza política o no, me cuesta pensar que no la vote, a juzgar por lo que conozco de sus opiniones. Lo que yo sé es que el dirigente sindical no es un trabajador más, goza de otros derechos pero no de impunidad. También tiene mucha más responsabilidad que el resto de los trabajadores.
20) Estamos en lo que algunos analistas han definido ya como un estancamiento de la economía. ¿Puede haber malas noticias para los trabajadores en estos próximos meses?
Sí... Uruguay es muy grande en nuestro corazón, pero pesa lo que pesa en el contexto mundial un país de tres millones de habitantes. Y como dice Mujica: "vivimos en este barrio y no nos podemos mudar". Argentina tiene problemas, Brasil tiene problemas, el otro socio grande en este momento, Venezuela, tiene problemas... No podemos decir que Uruguay no los tiene. En este Ministerio tenemos un problema cada quince minutos porque el trabajo de los uruguayos está directamente vinculado a la capacidad de compra que tengan los países vecinos, no vivimos solo de nuestro mercado interno. Más del 60 % de nuestra producción se coloca en los países del Mercosur.
21) Con base en ese panorama, tú has dicho que lo fundamental en este momento es cuidar el empleo. Para cuidar el empleo, ¿es posible admitir el recorte de salarios?
No, hoy no está previsto.
22) ¿Puede tener que pensarse en eso, en el futuro inmediato?
La perspectiva es que vamos a tener unos primeros años de este Gobierno con algunas dificultades, producto de lo que les pasa a nuestros socios mayores. A 60 días de que el Gobierno elaboró los lineamientos para la negociación salarial, hubo nuevas medidas restrictivas en la interna de Brasil, que lleva acumulado en dos años un 40 % de depreciación de su moneda. Es difícil competir. Por eso estos lineamientos, que enojaron al movimiento sindical, no los comparte, tienen que tener ese cuidado. No hay rivalidad entre trabajo y salario. Ahora, cuando las dos cosas pueden llegar a disociarse por una coyuntura complicada, si tengo que privilegiar, privilegio el empleo. Porque yo sé lo que es estar sin trabajo. Si el Gobierno logra, con los lineamientos de esta ronda de negociación colectiva, en primer lugar mantener la desocupación en los niveles actuales y en segundo lugar al menos no perder salario, habremos salvado el examen que nos permite avizorar una situación diferente en dos años.
23) Para Juan Castillo, ¿es posible y aceptable un escenario en el que haya pérdida de salario real?
No. Parado con este razonamiento de hoy y con los datos de hoy, no es razonable.
"La mayoría de los compañeros del movimiento sindical todavía no son conscientes de la coyuntura que estamos atravesando en la región." |
24) ¿En el movimiento sindical hay sintonía con el razonamiento que hacías, en el sentido de mantener niveles de empleo y al menos no perder salario?
Yo conozco bien al movimiento sindical e integro un Gobierno de izquierda, bastante ligado a la suerte de los trabajadores. Conozco a sus dirigentes y charlo directamente con ellos y sé que también hacen este razonamiento, pero la mayoría de los compañeros del movimiento sindical todavía no son conscientes de que estamos atravesando esta coyuntura en la región. Por eso, sanamente, reclaman un poco más de aumento salarial que el que en algunas áreas se puede otorgar. En algunas ramas de actividad los problemas no se están sintiendo y en otras sí. En estas, los problemas los vivimos a diario acá (en la DINATRA).
25) ¿La posibilidad de ver de esta forma la realidad económica, te la da el estar en este cargo?
Mirá, yo iba con Fernando Pereyra a tomar mate con el Pepe D'Elía todas las mañanas y siempre nos pedía que estuviéramos informados. "No podés ir a cada negociación con un abogado, un sociólogo, un economista..." nos decía. A seis o siete meses de estar en función de Gobierno tengo claro que no puedo ir a una negociación mañana sobre la industria del plástico sin conocer qué está pasando en ella. No concibo quedar en falso y además, esto me ha hecho practicar cada vez más la empatía: ponerme en el lugar del otro.
26) ¿Eso te acerca un poco más a los empresarios y te aleja de tus ex compañeros?
No... no. No me ha pasado al menos por ahora. Yo sé que no soy aquel loquito de mierda de la década del 90. No reniego de mi pasado pero considero que hay etapas en la vida. Conozco a dirigentes jóvenes que a veces veo que no dominan ciertos temas, y yo debo haber sido igual.
27) ¿El poder te modera?
No, pero la carga de responsabilidad al menos te hace madurar. Yo no era tan reflexivo y hoy sé que a veces tenés que pensar un poco más lo primero que te vienen ganas de decir. ¿Es porque te cambiaste? No, es porque hay una investidura que es más importante. Vos no estarías sentado hoy acá si yo no fuera el director de Trabajo.
28) ¿El concepto "lucha de clases" es el mismo para vos hoy que hace 20 años?
Ah, no tengo duda. Esta sociedad es capitalista, nosotros tenemos que hacer un ensayo permanente en la gestión de Gobierno, que he visto que muy pocos salgan a decirlo. Lamentablemente hay muchos compañeros en la gestión de Gobierno o muchos cargos importantes dentro de la fuerza política de izquierda que se dedican a discutir más con compañeros que a prestarle atención a la experiencia que estamos transitando. Pero estamos en una sociedad capitalista, una cosa es la teoría y otra es la vida práctica, las necesidades concretas de la gente. Algunas plumas destacadas de la izquierda, gente grande, deberían dedicarse a pensar en los grandes desafíos y no estar buscándole la quinta pata al gato.
29) En el primer período de Tabaré Vázquez, el Partido Comunista hablaba de un "Gobierno en disputa". ¿Sigue caracterizándolo así?
Eso no quería decir que la mayoría en el Frente Amplio estuviera en disputa. Quiere decir que la derecha en este país no está muerta, que haya sufrido tres derrotas consecutivas no quiere decir eso. Ellos procuran que la gestión de este Gobierno fracase para obtener el Gobierno nuevamente. Quien le disputa el Gobierno a la izquierda es la derecha y desde la izquierda se confunde esa caracterización.
30) Esto fue dicho a principios de 2005: "El poder va a seguir en manos de la clase dominante: los grandes latifundistas, la rosca financiera, los sectores poderosos económicamente. Yo soy enemigo de ellos y ellos me consideran su enemigo. Y mejor que lo hagan". ¿Quién dijo esto?
Yo (se ríe).
31) ¿Lo suscribís hoy?
Sí. Te dije, con otras palabras, exactamente lo mismo. Hay muchos que se enojan, pero yo no declaro para quedar bien con nadie. Estas son mis ideas, quien tenga otras, bienvenidas sean. Den la cara y siéntanse orgullosos porque una sociedad democrática se fortalece a partir de la confrontación ideológica. Si esta sociedad es capitalista no me echen la culpa a mí. El que manda es el capital: tanto tenés, tanto valés. El capitalismo no le ha dado la solución a la humanidad. Obviamente, desde el movimiento sindical yo no defendía los mismos intereses que un empresario, que un burgués, un terrateniente o un latifundista. Y no lo oculto. Yo no combato personas, no tengo enemigos personales, combato ideas.
"Yo sé que no soy aquel loquito de mierda de la década del 90." |
32) Grupos como Plenaria Memoria y Justicia o corrientes sindicales hostiles al Frente Amplio ¿son enemigos del proyecto frenteamplista?
No. En realidad los veo como un desafío para nosotros, que no hemos sido capaces de sumarlos a este proyecto. Hoy tenemos una porción mayoritaria que apoya al Frente Amplio desde hace 20 años, otra porción cercana al 50 % que apoya a los partidos tradicionales y una porción más pequeña que está a la izquierda del Frente Amplio. Si tuviera que salir a conseguir aliados me resulta mucho más fácil ir hacia los sectores que se ubican a la izquierda. Con la derecha tengo que hacer concesiones.
33) No parece que esos sectores de izquierda tengan interés en acercarse al Frente.
No, tampoco los blancos y los colorados. Son los desafíos que tenemos.
34) Visto lo que sucedió el otro día en el Codicen y pensando en un escenario de confrontación social en ascenso, porque la situación económica se deteriora, ¿el Gobierno debe reprimir como lo hizo el otro día?
Yo no creo en la represión. Más bien creo en la disuasión, en buscar convencer. Hay que buscar hacer razonar. ¿A santo de qué usar de carne de cañón a los jóvenes? Esto no trae agua para ningún molino. A lo que hay que apostar es a unir; cuanto más fuertes son las estructuras organizativas y más representativas, mejor. Creo que a nadie debe poner feliz lo que pasó, tendríamos que buscar el camino para que no vuelva a suceder. E insisto, ¿a quién responsabilizo? A nosotros mismos, que no podemos convencer a más. La pelea de los estudiantes por mejor educación y por el 6 %, que es parte del compromiso del Gobierno, es mi pelea también.
35) Cuando un grupo de trabajadores ocupó el Ministerio coreaban, en referencia a vos: "Ganás 100 palos y yo no llego a fin de mes". ¿Cuánto ganás como director de Trabajo?
Mi sueldo bruto es 106 o 107 mil pesos. En la mano me llevo de acá (busca un sobre y extrae un recibo) 68.468 mil pesos y de eso tengo que descontar un aporte de 10 % del bruto al Frente Amplio y el 10 % de ese líquido al Partido Comunista. Termino llevando para mi casa 3.000 pesos menos de lo que ganaba en el puerto, donde no tenía que aportarle a nadie porque era el sueldo que me había ganado con mi carrera.
36) Siendo dirigente sindical tuviste algunos problemas en la calle, con gente que hacía comentarios o directamente te agredió verbalmente. ¿Te sigue pasando?
¿Vos sabés que me pasa menos? Incluso con esos problemas de agosto sentí muchas más voces de solidaridad, muchos más toques de bocinas y dedos para arriba, muchos compañeros del transporte que me gritaban "no aflojes Negro, no renuncies". Para mí fue sorpresivo porque estaba mucho más expuesto y era un momento en que no hice declaraciones. Cuando asumí acá me vinieron a saludar dirigentes blancos y colorados, y en esos momentos en que me acusaban de traidor y otras cosas, también tuve muchos mensajes de esos sectores. Eso te hace ser más comprensivo con la calle.
37) ¿Qué cosas de ese estilo te afectan?
Me jode la vida sentirme continuamente mirado, me da una vergüenza tremenda. ¿No tengo derecho a salir con mi familia, a ir a un cine o a comer? Pero para evitar tener que dar explicaciones me he tenido que limitar y eso lo ha pagado muy caro mi familia.
"Hoy me llevo para mi casa 3.000 pesos menos de lo que ganaba en el puerto." |
38) ¿Qué edades tienen tus hijos?
Mi hijo mayor tiene 34 y hace diez años que está en España. Se tuvo que ir del Uruguay cuando ganó el Frente Amplio porque no tenía trabajo y no aguantaba más. Paseaba títulos por todos lados y nunca dejó de ser "el hijo de Castillo". Y no encontró trabajo. Yo sé que se lo jodió en muchos lugares porque era el hijo de Castillo, el hijo del dirigente sindical, eso le jodió la vida y decidió irse. Desde ese momento, a mí es como si me faltara un brazo, nunca lo superé. Pelear tanto por esto y que mi hijo se me vaya justo en ese momento, me partió el alma a mí y a mi mujer. ¿Y sabés qué llegaron a decir, en notas públicas? Que el "Polo" (Reinaldo) Gargano había acomodado a mi hijo en España. Una triple injusticia: con Gargano, conmigo y con mi hijo. Mi otro hijo fue peón zafral en la bebida y le dijeron que trabajaba en esa fábrica porque era hijo mío. ¡Peón era! Cargaba y descargaba casilleros. Ese tiene 31 años y el más chico tiene 24.
39) ¿Cómo viven los que están acá tu exposición?
Les ha embromado la vida. Ellos comparten mucho lo que yo hago y lo respetan, creo que son conscientes de que no sé hacer otra cosa. Haber trabajado en el puerto 37 años y ocho meses generó las condiciones, porque mi actividad está bonificada para la jubilación, para jubilarme con 51 años. Tuve un trabajo estable, la posibilidad de estudiar después de grande, un buen salario, un techo propio a través de una cooperativa de vivienda... Si fuera por mi situación no hubiera tenido necesidad de hacer lo que hago. Lo hago por vocación, por compromiso social, podía haber estado jubilado, sin ningún tipo de problema, pero no me veo dándole de comer a las palomas. No me fui por la puerta de atrás del movimiento sindical; cuando me fui mi lista había ganado las elecciones en el congreso, no perdí una batalla ahí adentro. Consideré que era oportuno irme para darle paso a las nuevas generaciones. Yo también fui joven y veía dirigentes sindicales de muchos años y decía: "¿Cuándo vamos a tener la oportunidad nosotros?".
40) Tenía un viejo compañero de trabajo que era comunista y decía: "Ser anticomunista en este país es lo más fácil que hay". ¿Sentís anticomunismo en parte de la sociedad?
No... no, no tengo un complejo de persecuta. Siempre digo que si no hay más, es también responsabilidad mía. Vivo en una sociedad capitalista donde todo está forjado para determinados tipos de creencias, de filosofías, distintas a las nuestras. En sociedades como la nuestra la discriminación a veces es muy grande y no solo hacia los comunistas. Siempre hay a quien echarle las culpas. ¿Que me molesta? Sí. Me caga la vida, me recontra jode y calienta cuando le hacen pagar el pato a mi mujer y a mis hijos. Yo viví toda la vida en el Cerro, hace 30 y pico de años que vivo en una cooperativa y siempre hice los mandados y voy a los mismos lugares. En el medio de esa situación donde fui descalificado por un grupo de enanos mentales, voy a un puesto muy humilde y mientras estoy mirando qué llevar, el puestero le dice en voz alta a otro: "Está lleno de traidores esto". Te juro que sentí cosas increíbles adentro. Lo miré y sentí pena. Me da pena que esta sociedad forme ese tipo de cabezas, porque estoy seguro de que ese hombre no sabe lo que he participado en colectivos para que él tuviera mejores condiciones de vida que las que tiene. Él me calificó de traidor, yo lucho para que él no tenga necesidad de estar con una bolsa en el piso vendiendo un mísero fierro para ganarse un salario. Él habló con una cabeza formada por una sociedad que yo intento cambiar.
Montevideo Portal | Gerardo Tagliaferro
Fotos: Juan Manuel López