Todos los fines de semana, luego de dejar su despacho en el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), José Luis Falero sale a recorrer el interior del país para estar cerca de los dirigentes que están fuera de las fronteras montevideanas.
Mate en mano, con chofer o manejando solo, con su esposa o con alguno de sus hijos, Falero recorre localidades, ciudades, capitales y caseríos para estar en actos y actividades.
Hábil jugador de truco y conocedor de las rutas nacionales, Falero tiene encomendada la tarea de ser una especie de embajador de Aire Fresco —sector que apoya a Álvaro Delgado— en el interior del país, para que allí sientan que nadie se olvidó de ellos.
En entrevista con Montevideo Portal, el ministro repasa temas de su gestión, se muestra crítico con la candidatura de Yamandú Orsi, y argumenta por qué, a su entender, no hubo casos de corrupción en la gestión de Luis Lacalle Pou.
¿Qué proyectos quedaron sin gestionar en el Ministerio de Transporte?
Va a quedar, de lo que teníamos pensado ejecutar y no pudimos, la perimetral y el último tramo de la ruta 1 hacia Colonia; vamos a empezar en el segundo semestre el tramo que va desde Tarariras a Riachuelo. En la ruta 1 nos van a quedar dos tramos sin concretar, pero van a quedar ya avanzados los proyectos. También van a quedar obras que a mí me hubiera gustado hacer y no se pudo, como la unión de la ruta 4 desde Artigas a la 5. Es un tema que va a tener que hacerse. No estaba previsto en este período, pero de todos modos nos quedó para atrás.
¿Qué pasó con el tema de la autopista? Porque primero la anunció y luego salió a aclarar que iba a ser una vía rápida.
Se estudiaron 10 alternativas de trazado de la autopista. Todos ellos tenían alguna dificultad, pero ninguno salvaba la afectación en una parte que tenía que ver con un desarrollo inmobiliario de la Intendencia de Canelones, por lo que generaba inconveniente en lo que ellos ya tenían aprobado como barrios privados. Y lo otro que afectaba era la Laguna de los Cisnes, que habíamos logrado bordearla, pero al no tener la posibilidad de acceder a la parte urbana optamos por buscar una vía rápida.
¿En qué está el proyecto?
El otro día trabajamos en él y vimos que está la posibilidad de transformar la ruta 101 en una vía rápida en la que se van a baipasear las rotondas con intercambiadores a nivel. Esas 11 rotondas están mal hechas, porque vienen en doble vía y se transforman en una vía sola. Entonces, en lugar de ponernos a trabajar en expropiar para ensanchar las rotondas, vamos a trabajar para hacer intercambiadores de nivel.
A la ruta 7 no se le hizo ninguna transformación grande, pese a los reclamos de los productores de la zona. ¿Hay algo pensado?
No pudimos hacer todo, sin dudas. Hicimos desde Santa Clara al sur, pasando por Cerro Chato. Más al sur de Cerro Chato estamos haciendo una recuperación para mantenerla y sí estamos iniciando ahora, en junio, de Santa Clara a Tupambaé la construcción nueva de ese tramo. Hecho a nuevo nos va a quedar cerca de 40% y el resto con mantenimiento. Pero en algún momento es una ruta que va a tener que tener una intervención, porque estaba muy descuidada.
¿Entre la 7 y la 8, se prioriza la 8 por un tema de tránsito?
La ruta 8 venía con un análisis de volumen de tránsito que llevaba a dos cosas: se le hizo un complemento de mezcla y se aprovechó a hacer la tercera vía en varios tramos. Mejoramos la seguridad, el confort, pero dentro de una base que es de un costo menor a hacerla a nueva. En la 7 optamos por empezar a trabajar en los lugares más afectados. Siempre fue una ruta mirada como secundaria, pero creo que hoy ya no debería pasar eso.
¿Qué análisis hacen luego de la colocación de radares en las rutas nacionales?
Ha mejorado el comportamiento. Al principio había gente que estaba de acuerdo y había gente que no; en otros lados te pedían más radares. Siempre es algo que nunca sabés a quién hacerle caso. Sí hemos notado que la gente lo está respetando y ha mejorado la siniestralidad en esos lugares donde los instalamos.
¿Cómo viene la recaudación de multas al respecto? Porque uno de los pedidos del presidente Luis Lacalle Pou fue que no se utilizara con ese fin.
Todavía es muy poco; es simbólico porque lo que está entrando al Sucive es nada. Creo que hasta ahora han entrado US$ 800.000. Hay sí multas, pero no están todavía diligenciadas, porque al no estar con la expertise de esto recién ahora estamos entendiendo el proceso. Ahora se generó un financiamiento con el Congreso de Intendentes para pagarlas en 12 cuotas. Va a ser algo que se va a empezar a ver con el paso del tiempo.
¿Los radares y cámaras que han instalado las están utilizando para controlar el transporte de carga?
Sí, venimos trabajando muy bien en la sustitución del Sictrac [Sistema Integral de Control de Transporte de Carga] y la idea es cruzar información pero no para fiscalizar, sino con el propósito de tener datos oficiales de dónde andan y con qué carga, porque es lo que al ministerio le interesa.
¿Ha visto algún tipo de sobreexigencia a los trabajadores del transporte de carga? Sobre todo hay algunas denuncias públicas en época de cosecha.
Yo no he visto denuncias, salvo que el ministerio las tenga. Yo he tenido contacto con Pablo [Mieres, exministro de Trabajo] y Mario [Arizti, actual jerarca de esa cartera], y si hubiera una necesidad de información acá está disponible. Es más, he visto mucha prudencia de empresas que se están autocontrolando en esa materia.
¿Cómo vio los cruces entre UPM y el intendente Nicolás Olivera por el tránsito en los caminos rurales? Sobre todo porque usted fue intendente muchos años.
Yo estuve hablando con las dos partes. La gente de UPM me vino a informar qué es lo que tiene acordado con cada intendencia para convenios específicos. También Nicolás me comentó que había algún incumplimiento de esos acuerdos. Yo creo que los dos tenían una cuotita de razón y lo que traté de hacer fue mediar porque había voluntad de las partes para llegar a un acuerdo. Creo que ha habido algún acercamiento para mejorar contratos que tenía la forestal con la Intendencia de Paysandú, pero no sé en qué está. El tema es que las condiciones de lluvia fueron anormales; yo me pongo en el lugar de Nicolás, y se entiende porque te están detonando los caminos.
¿Cómo viene encarando la campaña?
Durante toda la semana estoy trabajando en el ministerio, salvo alguna actividad en la noche que acompaño a algún dirigente, siempre que las fuerzas me den. Y los fines de semana trato de acompañar en algún departamento. Mi rol en Aire Fresco es estar cerca de todos los candidatos y las listas del interior del país. Estoy en un vínculo permanente de atención. Cuando no lo puedo hacer yo, le he pedido a Graciela [Bianchi] o al Cacho [Carmelo] Vidalín, pero lo importante siempre es que sientan que Aire Fresco está cerca de ellos. Martín [Lema] también me ha acompañado, pero él está más focalizado en Montevideo, que lo necesitamos fuerte acá.
Para la segunda etapa, en caso de que gane Álvaro Delgado, es un rol importante para no descuidar el interior.
Yo creo que el interior no se va a descuidar nunca, porque hay una definición clara que ha sido poner acciones concretas en el interior del país. Nos van a ver inaugurando obras, cumpliendo con aquello que se reclamaba.
¿Cómo ve a Delgado en contraposición de Yamandú Orsi, que es el favorito en el Frente Amplio?
Yo creo que Álvaro tiene todas las condiciones para ser presidente. Lo primero es que ha pasado todos los procesos; ha sido alguien probado en distintas tareas. Fundamentalmente, en momentos de crisis, como ningún otro candidato. Y ahora con ese compromiso de ser la opción de continuidad y cambio, con una mirada de apuntalar las cosas que hemos hecho, creo que tiene condiciones únicas de ser una opción mucho más seductora que la de Orsi, que no vemos en su candidatura nada novedoso.
En ese marco de que Delgado es la “continuidad y el cambio”, el Frente Amplio apunta a casos que tilda de "corrupción" como el de Astesiano, Marset y el último sobre los chats de Pablo Iturralde.
Pero eso te demuestra lo poco que está ofreciendo la candidatura de Orsi en lo que hace a las expectativas que tiene la gente. Se está utilizando el relato de la corrupción cuando no tenemos un solo representante del gobierno, del Poder Ejecutivo, que esté en la vía judicial siendo cuestionado por malversación de dineros públicos. Si ese es el caballito de batalla, deberían callarse la boca, porque si hay algo claro son casos de remates truchos que se llevaron puestos a un ministro de Economía, un presidente del Banco República que fue imputado. Un vicepresidente que tuvo que renunciar. Hubo malos manejos de dinero que se llevaron puesto a un diputado y eso son elementos concretos de corrupción que fueron probados.
Pero hay casos como el de Roberto Lafluf o el de Carolina Ache.
Pero fueron conductas personales, quizá sí errores políticos, pero nadie hizo la vista gorda. Los jerarcas renunciaron y se fueron para la casa...
Si se está utilizando el relato de la corrupción cuando no tenemos un solo representante del gobierno, del Poder Ejecutivo.
Lo de Lafluf está en Fiscalía.
Y Fiscalía resolverá. Pero no podemos, en este momento, decir que eso es corrupción cuando no hay elementos probados.
Lafluf ahora asesora a Delgado.
Lo asesora la agencia, un equipo en el que también está Roberto. Es un excelente asesor, no podemos lincharlo por una acusación que se está investigando. Pero lo que te decía antes, todo fueron actitudes personales que no han afectado los dineros de los uruguayos. En este gobierno no hay un caso de corrupción en el Poder Ejecutivo. Si ese va a ser el discurso, bueno, hasta igualar el envido. Vamos a comparar, en todos los actos le pido a la gente que compare. Quieren hablar de corrupción, comparemos. No vamos a tener un horno tirado en Paysandú de US$ 80 millones, vamos a tener sí un Hospital del Cerro, un centro en Casavalle que atiende las zonas afectadas, un puente en La Charqueada que hacía más de 70 años que estaban reclamando que uniera dos localidades.
Pero hay algunos casos que, está bien, no son corrupción desde un punto de vista judicial, pero delatan presunta ilegalidad. Por ejemplo, los chats de Iturralde.
Son conductas erradas que en cualquier grupo político tenemos. Yo no estoy de acuerdo con lo que dijo Iturralde, pero no hay elementos para decir que Iturralde benefició a Penadés, que está imputado con más de 20 delitos. Acá en el ministerio puede haber gente que tome acciones personales, que hasta que no lo sé, no aparecen. Pero la actitud de Pablo me pareció muy correcta.
¿Correcta o valiente?
Correcta, porque acá no estamos atornillados como otros porque se llevaban bien con el presidente o por amiguismo. Acá hay gestión y si no se cumple, tenés que salir; y si no te sacan.
El día de las internas, Delgado prevé salir con la fórmula. ¿Cuál sería el mejor nombre?
Yo creo que hay que actuar como siempre actuó el partido. Nunca fue diferente. Siempre se resuelve en la noche, de consenso. Porque acá no es el primero y el segundo, el consenso es en base a varios dirigentes que podrían ser compañeros de fórmula de Álvaro, más allá de Laura [Raffo] o Jorge [Gandini]. Me parece lo más correcto que en esa reunión se elija la mejor fórmula. Obviamente, la opinión del candidato tiene su importancia, pero sé muy bien que Álvaro va a abrir la puerta para que sea la mejor fórmula posible.
¿Tiene que ser mujer?
No necesariamente, podría ser o no. No es un tema que tiene que ser obligatorio. Si fuera me encantaría y si se entiende que no, está bien.
¿En la interna del sector ya tienen nombres para poner arriba de la mesa?
Lo único que sí se está tratando de hacer es, dentro de las encuestas de opinión, evaluar posibles alternativas para tener encima de la mesa lo que la gente piensa.
¿Tiene idea a dónde va a ir en caso de que Delgado sea presidente?
No, no. Yo donde me necesite voy a estar. Saben que en mi caso no hay un tema de ambiciones personales, yo voy a donde pueda ser útil. Si me dicen que vaya al Ministerio de Salud Pública, te digo que no, porque hay que saber que decir que no cuando uno sabe que no podrá ser de utilidad.
¿Al Ministerio del Interior?
No, no. No son temas que me sienta con la fuerza de poder encararlos porque cada uno tiene que saber dónde calza. Asumir compromisos de los que no sé, me parece una irresponsabilidad de mi parte.
Esa fue una de las críticas que le hicieron a Luis Alberto Heber cuando llegó al Ministerio del Interior.
Pero Heber como profesional es excelente y también como senador. Sin dudas, tenía más capacidad que yo.
¿La decisión de Raffo de dejar la departamental de lado fue un error?
Fue una apuesta en la que quizá se equivocó, porque fue una pena no haberse dado la oportunidad de una segunda instancia; había tenido un buen electorado en Montevideo. Ella entendió que tenía que ofrecerse a la candidatura nacional, pero se perdió esa oportunidad el partido de tener a alguien ya ofrecido en la instancia anterior.